"Me dije, quieres acabar con el poder pero ¿para qué? ¿qué quieres poner en su lugar? Hasta que nosotros mismos no nos hayamos vuelto humanos, hasta que la felicidad de los demás no sea tan importante como la nuestra, no construiremos nada diferente."  Esta es Keny Arkana, la rapera más pura, dura y verdadera de la música francesa.

Algunos dicen que nació en Salta, Argentina, y aunque no es cierto, bien podía haber sido así. Su madre, marsellesa trotamundos, conoció al padre de sus hijos en aquel país, pero el destino quiso que diera a luz a Keny en la barriada periférica de París conocida con el nombre de Boulogne Billancourt. Sus continuas mudanzas hicieron de Keny una niña problemática y desarraigada que comenzó a fugarse de casa cuando solo tenía nueve años. Se fabricaba un nido en un rincón de cualquier escalera y se quedaba allí hasta que se le pasaba la cólera. Las autoridades la separaron de su madre a los once años y la internaron en una institución. Keny aún recuerda aquellos años y se subleva contra los recuerdos de las inyecciones que les imponían cuando no querían tomarse las gotas porque "era más fácil controlar a treinta vegetales que a treinta agitados". A los doce años comenzó a rapear para sí misma, a los catorce, para sus colegas de albergue. Se curte en las escenas con el colectivo État Majeur y, cuando abandona el grupo, solo tarda un año en sacar su primer maxivinilo: Le Misile est lancé (2004). En poco tiempo es calificada de revelación del rap francés y le colocan la etiqueta de rapera contestataria, pero ella prefiere decir que es más bien una contestataria que hace rap, una anónima en la masa que tiene la suerte de tener un altavoz. Se siente una marginal en el mundo del rap, cuya vertiente competitiva y deriva capitalista no consigue entender.

Del rap, Keny se queda con la lucha. Los valores los ha aprendido sobre el terreno, de las amarguras en los albergues de su infancia, de las voces de los excluidos que encontró en las carreteras de Sudamérica, de los argentinos en lucha contra el desplome económico, de los mexicanos irreductibles de las comunidades zapatistas, de los sueños de igualdad y justicia social debatidos en Porto Alegre y en Bamako. La lucha se cristalizó en 2004 en La Rage du Peuple, un movimiento social urbano creado por Keny y otros artistas y ciudadanos en la barriada de Nouailles, en Marsella, tras ser desalojados de los locales de la Maison de David. Sus principios de desobediencia social y acción de desarrollo local los han conectado con un movimiento global a través de su participación en los Foros Sociales y pertenencia a una red de movimientos similares que propugnan la justicia social por todo el mundo. 

Una de sus últimas apariciones épicas, fue en el Festi-Zad: el festival clandestino que se organizó a principios de este año en  Notre Dame des Landes para protestar por la construcción del nuevo aeropuerto de Nantes. En Toulouse, veremos a Keny Arkana el 24 de Mayo en el Weekend des Curiosités de la sala  Le Bikini. Mientras tanto, os dejamos un video con un montón de argumentos para la desobeciencia civil, perfecta banda sonora para estos tiempos de escraches.

Dr. J

Désobeissance Civile by Keny Arkana 

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  1. Quisiera conocerla y poder entablar mil temas de conversación. Ojala hubiesen mas personas con ese corazón, con ese espíritu de lucha y con ese corazón para poder transportarnos a nuestros sueños y nuestras utopías mas deseadas. Cuando nada de lo que veo a mi alrededor me gusta, cuando no tengo esperanzas y cuando veo mis sueños rotos, pienso en ella y me elevo. Gracias Keny. Para mi la mejor rapera en el mundo y las letras mas cargadas y potentes.

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