Vetusta Morla desplegando Mapas
El concierto de Vetusta Morla nos estaba gustando: Pucho había abierto su colección de Mapas y nos tenía flotando en esas coordenadas imaginarias tan concretas, en ese limbo hecho de letras equidistantes entre nuestros sueños y nuestras vidas, cuando nos dimos cuenta de que el público comenzaba a desaparecer. Se marchaban como quien va un momento al baño o a por bebidas y no volvían a aparecer nunca más. Algo estaba ocurriendo y para descubrirlo sólo había que seguir a los que se escabullían discretamente hacia la barra del fondo. Todo conducía al Stage Two, donde el espíritu de la Union Jack flotaba en el ambiente y la magia del festival transmutaba el kalimotxo en pintas de negra stout. Para cuando los Vetusta Morla acabaron su concierto, una multitud se impacientaba esperando frente al otro escenario. Tom Meighan y sus Kasabian salieron como una tormenta eléctrica, nos engancharon desde la primera nota y no bajaron el ritmo ni un solo momento. Entre saltos, me preguntaba si de verdad aquellos eran los mismos que yo conocía, y si sería cierto que la tercera es la buena. Como venganza a mi incredulidad, hicieron sonar un potente Fire, que no dejó  títere con cabeza frente a un escenario rebosante de luminosidad y del carisma que Tom Meighan y Sergio Pizzorno comparten sin disputas. Los Kasabian fueron la chispa adecuada en la noche de un viernes en la que un perdido y rockero monte bilbaino se convirtió en un pequeño Glastonbury.

Dr. J



Kasabian despierta con Fire al público del BBK




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2 comentarios hasta ahora. Añade el tuyo

  1. ¿¿¿HOLAA??? En serio que Kasabian estuvieron bien? NO ME LO CREOOO! Jajajajaj El año pasado en el Sziget fueron unos auténticos sosales...

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  2. Pues ya ves, sorprendidos nos dejaron, pero muy bien... y no creo que estuvieran aun al 100% de lo que pueden conseguir en cuanto a sonido y ambiente...

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