sziget
Mostrando entradas con la etiqueta sziget. Mostrar todas las entradas

Bohemian Betyars en la Sala Mon de Madrid 

Ha costado pero volvió el balkan a Madrid. Ha costado pero volvieron Bohemian Betyars a Madrid. Ha costado pero la espera mereció la pena. 

La tarde empezaba con calma, no para todos. Los que elegían el lejanías en vez del cercanías acabaron corriendo pero llegando, que es lo importante. Y los que llegaron con tiempo, sortearon el control policial, que es lo importante, y para la sala. Allí arrancaban unos Balkan Bomba que, como buen equipo de fútbol, demostraron estar perfectamente entrenados.

El escenario de la Sala Mon es grande, y menos mal, porque parecía empequeñecerse con las idas y venidas de sus nueve componentes. Con su cantante "Muskulov" desatado, la temperatura de la sala empezó a subir y el hueco en el ropero era cada vez más pequeño. No se guardaron nada y ante un público muy a su favor se fueron creciendo canción a canción.

Normalmente diría que el grupo principal esa noche serían los húngaros de Bohemian Betyars, sin embargo, la sensación que quedó fue que la mayoría de la gente había ido a ver a estos manchegos que, como volvieron a demostrar, tienen muy engrasada la maquinaria y su espectáculo, de algo más de una hora, funciona a la perfección.

Pogos, saltos y mucho sudor fueron el aperitivo perfecto para lo que llegaría justo después.

Y después apareció el terremoto húngaro: Bohemian Betyars. Ha pasado mucho tiempo desde la primera vez que los escuchamos allá en una cola de duchas en una isla del Danubio. Sin embargo este grupo de húngaros locos, no ha perdido ni un ápice de su esencia. Con la fiesta como excusa, el violín como instrumento y ese ritmo rapidísimo por bandera, son un claro ejemplo de que los sonidos del Este enganchan y de qué manera con los aires mediterráneos.

Desde el primer minuto, con el primer acorde, la gente conectó y se puso a bailar, a saltar, a reír y a no parar de moverse. Con Máté a las voces y un corte de pelo más... digamos... corto, y sin la botella de Unicum a la vista (aunque estar, estaba, seguro), los Bohemian se entregaron a una gente que estaba deseando montar el pogo a las primeras de cambio. Y vaya si lo hicieron!

Gente desapareciendo entre la gente, gente apareciendo entre la gente y muchas idas y venidas sin descanso. Lo normal, vaya, para un concierto de Bohemian Betyars. Mucho ha pasado desde la primera vez, sí. Mucho también desde la última vez que los vimos perdidos por la Sierra de Madrid o en algún Iboga. Pero los húngaros son como los buenos amigos o el buen café. Al primer instante ya tienes la sensación de que siguen igual de bien y que se mantienen fieles a los principios musicales que les han llevado hasta aquí.

Por muchos más! Y aunque nos faltó un palinkita... EGÉSZSÉGEDRE

J&B





Iboga prepara una fiesta balcánica para el nueve de febrero en Madrid. La Sala Mon recibirá a dos grupos dispuestos a liarla: los húngaros Bohemian Betyars y los manchegos Balkan Bomba. Ya resuenan las trompetas en la vuelta de la Iboga Balkan Party a la capital.

La mezcla promete. Bohemian Betyars son unos viejos conocidos. Los húngaros comenzaron su andadura allá por 2009. Los hemos visto poner el escenario boca abajo en Sziget y montar un fiestón tremendo en muchos festivales como el propio Iboga. Su mezcla va del Punk al Ska sin perder sus orígenes húngaros, gitanos y balcánicos. Atentos a los violinistas locos y a la botella de Unicum que raro es el concierto en el que no acaba vacía.

Por su parte Balkan Bomba es uno de los mejores exponentes del balkan nacional. Habituales también de Iboga y de todos sus eventos, sus vientos los han convertido en su mejor seña de identidad. Con influencias balkánicas pero también jamaicanas, su directo es pura potencia. Nunca decepcionan y siempre te hacen bailar. Qué más se puede pedir?

Juntos sumarán una noche veraniega en pleno invierno madrileño. Si no te lo quieres perder, todavía estás a tiempo de pillar tus entradas aquí. La fiesta está asegurada.

J&B

Spiderman en Sziget 2022
Existe la Isla y el resto del mundo. Y empiezo a escribir esto recién llegado al resto del mundo, aunque para contar lo que allí sucede suele ser bueno esperar unos días, asimilar lo vivido en una semana entera. 

Según escribo aún me dura la sonrisa y aún voy bailando por la casa, por la calle, en el mercado... se duerme bien en una cama después de siete días de acampada, no lo niego, aunque se echan de más las paredes y de menos el latir de la Isla. Lo que no se echa de menos es el polvo en suspensión de este año, demasiada sequedad en el terreno, aún me dura un poco la tos. Y hoy ya no desperté rodeado de cuarenta mil tiendas de campaña pensando si habrá cola en las duchas, lo cual tiene su lado bueno y su lado de realmente me parecía bien así.

Porque Sziget no es un festival cualquiera, pero eso ya lo hemos dicho.

 

Personajes de la Isla

Sziget es lo que te pasa mientras cualquier otra cosa ocurre en la isla. Mientras buscas el sitio donde bailar y echar la noche otros también lo buscan. Así los primeros días son para patear y descubrir rincones, mesas de mezclas secretas, carromatos de brebaje escondidos. De repente encuentras a otra patrulla pateadora en un cruce de caminos y alguien pronuncia la palabra mágica. Palinka es un sortilegio, una pócima de agrupación y efusividad, una palabra a conocer dentro de Sziget por sus implicaciones.

Puede que después de probar la poción, se precipiten los personajes a tu alrededor, cada uno con su propio concepto del universo, una gorra rosa de 'make america great again', un gigante con collares tribales que acabará perdiendo a manos de un parlanchín trilero, alguien de nombre impronunciable, un camarero que no sabe dónde meterse.

Puede hacer que acabes la noche hablando con Rumor, holandés, perdón, neerlandés errante con ganas de hablar de política, y le cambies el paso para hablar de música. Puede ser que le enseñes quiénes son Smash y Califato 3/4 cuando te das cuenta que su referente de música española son Triana. ¿Lo soñaría? ¿Quién, él o yo? Yo creo que no, pero ya sabemos aquello de los recuerdos inventados...

Lo que está claro es que ese tipo de cosas son Sziget, reconozco la sensación.

La evolución de Sziget

 

 

La Evolución de la Isla

Al llegar nos llamó la atención que en la Isla de la Libertad ya no hay banderas en el puente que te den la bienvenida, y aun así algo ocurre en tu cabeza cuando lo cruzas, pero sí que hay más vallas que nunca en el interior. El camping libre y gratuito se intenta reducir y no facilitarlo demasiado, supongo que para empujar a los campings de pago. Tampoco nunca fue fácil, dirá alguno de los primeros exploradores. Aun así acampamos en el mejor lugar posible, como siempre ocurrió.

Esto hace que... ¿qué ocurre? Ah que ha llegado un mini-mini bus que dice que nos lleva al main. Pues sube que nos vamos. ¿Quién tocaba hoy? Qué más da, tira y luego ya vemos. ¿Por dónde iba? Ah sí, la libertad. Qué palabra. No se cuántos festivales la han usado este año. Y lo que no son festivales. Le vamos a gastar el nombre a la pobre, libertad...

Transporte en mini-mini bus en Sziget

 

Los recortes y la subida de precios también son libres. Este es un punto negativo del festival este año. Precios prácticamente duplicados respecto a la última edición, algo difícil de digerir y de explicar convincentemente. Recortes de presupuesto reconocidos de un cincuenta por ciento, en cartel parece obvio pero también en decoración, instalaciones, lugares de esparcimiento de los festivaleros. Recortes y precios unidos a una afluencia masiva, hacen que este año Sziget probablemente se haya recuperado ya del palo de los últimos años. Ojalá todo haya sido temporal y el año que viene los precios vuelvan a su cauce y la isla se engalane como debe y regenere esos espacios perdidos. ¿Soy ingenuo, verdad?

Los baños y duchas siguen funcionando muy bien en general. Limpios todos los días al iniciar la jornada. Ahí no se han notado los recortes y se agradece. Pero un punto de duchas más ya hubiera sido la guinda. 

Lo que sí se ha notado es una mezcla entre el viraje de los asistentes a un público más joven y más anglosajón, y la madurez absurda y desbocada del uso de los móviles y de las redes, en su pleno apogeo, para acompañar cualquier momento. Instagramers y posturetas campan a sus anchas, hacen video llamadas a voz en grito durante los conciertos con personas que les devuelven morritos, y postean fotos que están a su vez llenas de otras pantallas. Se hacen la foto sonriendo y dejan de hacerlo cuando el móvil deja de enfocarles. Se cargan la experiencia propia y la de los demás. Una pena. Antes hadas y duendes no tenían una pantalla en la mano, les bastaba con mirar los ojos de los que tenían al lado.

El relevo generacional se nota en el público pero no en la nueva organización, más tendente a eso que llaman negocio. El festival mantiene mucho de su esencia, enraizada en la isla como sus enormes árboles, pero se nota la tentación de tirar por senderos ya transitados por otros grandes festivales, cuando Sziget nunca tuvo que fijarse en otros. Siempre fueron otros los que se fijaron en Sziget. 

Mucha zona vip (este año una en cada escenario grande) y poco protagonismo para la cultura húngara, tan presente en años pasados, relegada a rincones como la feria o tres casetas de venta de vino en la que ni siquiera podían hacer vörös boros kola (kalimotxúngaro para los iniciados).

Dance at Sziget 2022

 

 

La esencia de Sziget

Que Sziget ha cambiado es innegable, que sigue siendo el mejor festival que conozco, por ahora, también. No es un macro cualquiera, tiene su cuota por supuesto, pero tiene mucho más que ofrecer, varios festivales más pequeños y cercanos dentro del mismo espacio. Como digo, consiguen mantener mucha de esa esencia, el espíritu de diversidad global, personal, musical, artística. Hay que agradecer a quien corresponda y sobre todo a Marina, que se mantenga ese pequeño oasis llamado Global Village, que aunque ni se acerque a lo que antes era un World Music Stage potente y a la altura en nombres de los escenarios grandes, sí que le pone un punto terrenal fuera la inmediatez. Lo llaméis como lo llaméis, nunca dejéis de hacerlo porque ese espacio y esas músicas son uno de los órganos vitales de un festival como Sziget. Curiosamente allí se ven muchos menos móviles.

Allí pudimos ver a artistas de Argelia (Sofiane Saidi), Cabo Verde (Tabanka), Hungría (Csángálló), Ghana (Santrofi), Haití (Moonlight Benjamin), Japón (Minyo Crusaders), Marruecos (Mehdi Nassouli)... por citar sólo algunos.

La magia de Sziget no son Calvin Harris o Arctic Monkeys. Eso lo puede hacer cualquier festival. Espero que eso lo tengan claro. La magia ocurre en esos sitios que completan la gran programación. Por ejemplo también el escenario Europe Stage, dedicado a bandas europeas emergentes que cada vez va ganando más importancia en el festival. O seguir dedicando el escenario Petofi íntegramente a bandas húngaras de diferente índole. Hay un Circo con reconocidos artistas internacionales, espacios de arte visual como el que nos ofrecieron los catalanes Insectotròpics con un espectacular 360º sobre la primavera árabe, o la compañía nacional de marionetas acuáticas de Vietnam, o todo un recinto como el Magic Mirror dedicado a la diversidad LGTBI con ciclo de cine, talleres de yoga o hula hoop a las mañanas y actuaciones drag y DJs por las noches... y una larga lista de espectáculos por las calles de la isla.

Y la magia ocurre en la música. Ay la música. Es lo que mueve Sziget, no los conciertos, o no sólo los conciertos. Es la Música. Esa que suena por todos los rincones de la isla. Esa que suena en las decenas de escenas diferentes donde alguien actúa en un momento dado, pero también suena en los bares, en los caminos con los teatros callejeros, en los innumerables talleres que copan rincones de arte, de movilidad reducida, de juegos de mesa, o carpas explicativas de ese viejo sueño llamado Europa. Suena en la tienda cuando te acuestas, y en tu cabeza. La música no deja de sonar.

La Caravane Passe at Sziget 2022

 

La Música

Lo de menos es si vimos a Dua Lipa, que en lo suyo muy bien por cierto aunque todavía no estoy seguro de si era playback o no. O a Justin Bieber, que en lo suyo muy mal por cierto, ahí sí que dejó claro que no era playback.  

Y Stromae confirmó lo que todos esperábamos, que el escenario grande no sólo no le queda grande sino que lo llena apabullante con su cuerpo escuálido y su clase desbordante. El espectáculo es fantástico. Los originales juegos de luces y pantallas completan la historia de las canciones, la puesta en escena sobria de los músicos tras teclados blancos ahondan en la elegancia del concierto. Es Stromae abriéndose ante el público sin demasiada parafernalia, con grandes temas que rebosan honestidad. Como curiosidad, en un par de ellos se puede ver y sentir el rasgueo de las cuerdas de un charango.

Fue probablemente el mejor concierto del main. Con permiso de los alemanes Meute, que no sorprenden a casi nadie a estas alturas o de Sigrid, no tanto por la música en sí sino por la frescura y la naturalidad de esta noruega de 25 años que echa por tierra todas las tonterías que se supone tienen que acompañar a una estrella del pop.

De la carpa que yo seguiré llamando A38 (ahora FreeDome) destaco sobre todo la electrónica finísima de Woodkid, la intensidad de Palaye Royale, el descaro de Black Honey y la originalidad en la mezcla de Tsha.

Pero lo de más son los descubrimientos. Darte cuenta de que estás viendo músicas, grupos o artistas a los que no volverás a ver en un alto porcentaje o de los que nunca más sabrás nada. Rap en holandés (Cor), rap en finlandés (Laineen Kasperi), Luiku y su folk ukraniano, o una batería acompañando a una guitarra y un bajo tocados con varios teclados, combo del que no sabemos ni el nombre. La Perla, percusión, cumbia y raíces populares desde colombia, una delicia. Stake, los más duros del festival con unos cortes medios casi bajos tiempos metaleros, rompecuellos y demoledores. Conocimos a Anima Sound System, divertidos húngaros poco clasificables que mezclan electrónica, ritmos de la tierra, toques funkys y varios cantantes que se van alternando. La canción 'Reading is Sexy' es surrealista. Y por supuesto Gilipojazz a los que incluyo por descubrimiento en directo, ellos sí que sorprendieron con su manera de tocar rápida y muy técnica que a la vez conecta con el público por simpatía y por lo impredecible de la propuesta. Espero volver a verles muchas veces y que Iker pague ese café.

Gilipojazz en Sziget 2022


Y los viejos conocidos a los que encuentras por el cartel, en nombre pequeño que tú te encargas de engrandecer subrayándolos bien. Besh'o'Drom o Kerekes Band fueron un inesperado soplo de música húngara, La Chiva Gantiva y su punklore nos dio una buena paliza de baile (y un ratito de charla muy agradable que publicaremos en breve) y La Caravan Passe nos trajo a la memoria rumores de trompetas, música itinerante, otras formas de vida.

La mezcla de músicas es casi casi lo mejor de Sziget (este tema ya lo discutimos). Un festival cero temático, todo variedad, donde cualquier cosa es posible, incluso casi ni pisar el escenario principial en siete días. Esa es la identidad del festival. 

Puedes empezar tocando para 2 personas y acabar el concierto ante multitudes haciendo pogos (Stake, Gilipojazz), te puedes dejar llevar por el mini-mini bus que me recogió al inicio del artículo, puedes toparte con dos enormes vacas articuladas, una fanfarria pakistaní o te puedes encontrar en medio de una aldea gallega itinerante que llevan consigo Pan Sen Fron (junto a Xurxo Fernandes) con sonido de pandeireitas y faldas y pañuelos al viento. 

Por supuesto puedes conocer a varios superhéroes, algunos con traje y otros capaces de montarte una tienda en el centro mismo de tu campamento, o encontrarte a dos bañistas irreales contando su historia alrededor de una piscina de juguete sin decir palabra (Cie Super Super). Puedes descubrir que el sonido envolvente del Colosseum no se aprecia justo en el centro, como era de esperar, sino corrigiendo un poquito hacia atrás a la derecha, o encontrar a tu crush en el Party Arena mientras Ofenbach intentan mezclar el 'killing in the name' con nefasto resultado, o ver que la hora de la sesión en el escenario temazos es tan esperada como muchos conciertos.

Pandereiteira en Sziget 2022

Outro

Cada Sziget es distinto, y eso es tan difícil de decir cuando llevas ya más de una decena, como verídico. Siguiendo con la costumbre de llevar cada año a al menos una persona nueva a la Isla, en esta ocasión tocó que fuera Ibai quien conociera de primera mano los caminos de Obuda por primera vez. Y a fe que los recorrió, pateó, saltó y bailó de la única manera que conoce: a la máxima potencia.

Nestor y Anna también se lo pasaron como niños descubriendo palmo a palmo la isla.

Esos caminos nos siguen llevando a lugares inesperados y compartir este año Sziget en familia y con pequeños grandes festivaleros de energía inagotable ha sido una manera diferente y muy especial de vivirlo.

Y nos llevan también a rincones de la isla que nos traen a la mente a quienes allá estuvieron en algún tiempo, y a quienes se les echó de menos por momentos también. Habitantes de la isla por derecho propio que nunca dejarán de serlo. Historias, recuerdos.

Me he despedido de Sziget muchas veces. Siempre he vuelto. Veremos si hay una próxima o los caminos nos llevan por otros lares a descubrir. Por ahora, como cada año a estas alturas, sólo puedo decir gracias Sziget por todo y gracias a todos los que durante los años habéis contribuído a darle a este festival esa aura mágica y legendaria. Para vosotros tengo otra palabra, Filatorigat. Quizás allá nos veamos.

kboy

P.S. Por supuesto gracias a Inti y a Sziget Spain por las facilidades, el buen rollo y el cariño en todo momento.

En 2019 no podíamos imaginar lo que nos iba a costar volver a la Isla de Obuda. Han sido tres años, dos ediciones no nacidas a cuenta de una pandemia que nos encerró y de la que nos ha costado salir. Pero el tiempo lo ha curado todo (o casi) y en 2022, por fin, vuele Sziget Festival y volvemos a la Isla de Obuda

Está a punto de empezar la edición más especial, por todo lo que significa, de nuestro festival. Ese por el que aterrizamos allá por 201... allá por.... hace más de una década. Muchos han sido los cambios desde aquella primera vez. Mucho hemos cambiado nosotros también. Pero la esencia siempre permanece.

Sigue habiendo Main Stage, sigue habiendo carpa pero ya no es el mítico A-38, ahora es el FreeDome. Ya no tenemos World Music Stage, ni Roma Tent, y seguimos teniendo esa mirada de nostalgia cuando lo decimos. Pero sí tendremos el Europe Stage para descubrir a ese grupo inesperado. No faltarán, como no, el Party Arena y el Colosseum para los más madrugadores. Hay por ahí un Escenario Tributo en el que siempre habrá un Festivalero dejándose la garganta. Otra vez el Magic Mirror nos sorprenderá, igual que el Cirque. Atentos al dropYard para descubrir el hip-hop mundial y lo más local lo escucharemos en el Global Village. Por tener, este año tienes hasta supermercado!

El resto de sorpresas te toca descubrirlas a ti. Nosotros te contaremos las nuestras, las que vamos a vivir junto a la familia festivalera, la de uno de los festivaleros más jóvenes que estarán en la Isla; le de una de las que fue más jóvenes y que ahora es toda una mini-festivalera que sigue enamorando cámaras y escenarios.

Busca la F! allí estaremos!!!!!

J&B


 

Desde hace unos años en Sziget Festival existe un escenario muy especial. Es especial porque tiene un diseño único y exclusivo, porque no tiene forma de escenario sino que es un recinto redondo 360º en el que caben 2500 personas y con un equipo de sonido y luces top a nivel mundial.

Esta escena se llama Colosseum y es uno de los alicientes de los que en Sziget Festival se sienten más orgullosos. Aquí la programación es totalmente música eletrónica y cada día estará sonando música desde medio día hasta la mañana siguiente. Un before, durante y after para los locos de la electrónica o de alargar la fiesta.

Se ha ido confirmando durante los últimos meses un cartel que cuenta con grandes y conocidos nombres como con artistas por descubrir. El gran Sasha, Seth Troxler, Nina Kraviz, Nicolás Lutz o John Talabot son alguno de los nombres que estarán al mando de la cabina del Colosseum de Sziget Festival. 

Y en otras partes de la isla, otras cosas estarán pasando, como siempre, del 10 al 15 de Agosto en Obuda Island de Budapest.

kboy

Vuelve Sziget Festival a nuestras vidas! En realidad después de 'Vuelve...' podríamos empezar a poner nombres de festivales sin parar y comenzar así cada uno de los futuros artículos anunciando carteles por toda Europa.

Pero obviamente, para aquel que nos siga desde hace un tiempo, no hará falta explicar lo especial que siempre fue para nosotros Sziget Festival.

Pues bien este año, si ninguna locura natural o humana vuelve a impedirlo, volveremos a pisar la Isla de la Libertad, a transitar por esos caminos entre árboles, colores, sonidos y festivaleros, que nos llevarán de un extremo al otro de la música y de nuestro propio entusiasmo. Y lo haremos bailando, para que no puedan quitárnoslo.

Para ello, como siempre hemos dicho, lo más importante son las personas. El reencuentro con grandes conocidos y el descubrimiento de nuevos personajes en esa aventura llamada Sziget.

Pero luego está la música y así, La Isla ha empezado a hablar y a atraernos con sus cantos.

Con lo que hay anunciado hasta ahora vemos por dónde discurre el rumbo del festival y cómo va completando la evolución comenzada ya hace un par de años. Un cartel con poquitas guitarras y plagado de ambientes digitales y ese cajón desastre que se da en llamar nuevas tendencias.

Ni en una categoría ni en la otra se encuentra Justin Bieber, el más sorpresivo de los nombres. No así, volvemos a ver a viejos conocidos como Arctic Monkeys o Kings of Leon, la vuelta de los infiernos de Stromae, la cosa electrónica de baile de Steve Aoki o Calvin Harris, los omnipresentes Bastille o la sorprendente Bad Gyal.

Toda una mixtura con un largo etc en el que incluso están los Many More..., y en la que echamos de menos, esperemos que sólo por el momento, los sonidos más orgánicos, terrenales y globales del malogrado escenario de World Music, aunque sean repartidos por diferentes rincones de Obuda. 

En cualquier caso le seguimos teniendo ley a La Isla y creemos en su capacidad para sorprendernos un año más. Estaremos atentos a próximos anuncios y los iremos contando. Sziget Festival será en Budapest del 10 al 15 de Agosto.

kboy


 BCUC, Sziget Festival

Aprovechamos estos días de confinamiento para rescatar perlas musicales que teníamos guardadas desde hacía un tiempo. Empezamos por una entrevista que hicimos a BCUC (Bantu Continua Uluhru Consciousness), cuando actuaron en la Caravan Tent del Sziget Festival. Marina Pommier, gracias por hacer posible esta entrevista.

Ya habíamos cruzado con BCUC en dos otras ocasiones. La primera fue en el FMM Sines, uno de nuestros festivales preferidos donde siempre descubrimos grandes bandas. Luego, volvimos a verlos en la Sala Le Jam de Montpellier, Francia. ¡Ambos conciertos fueron excepcionales! La banda se entrega por completo a un público que les sigue hipnotizado, llevando algunos al trance y éxtasis con su viaje afro-psicodélico. Si los ves en un festival, en comparación con otras bandas se destacan por su potencia y originalidad. Si tienes la oportunidad de ir a su concierto en una sala has tenido un privilegio y volverás a casa con una sonrisa de oreja a oreja y el alma lavada.

BCUC es una banda de siete surafricanos de Soweto, inspirados en la música indígena, que inventaran su propio género, el "africangungungu". Cuentan historias de donde son, en zulú, sotho e inglés acompañados de tambores tradicionales en canciones rituales, canciones shebeen y canciones de la iglesia infundidas con raps, funk, blues y punk rock. Para ellos, la música siempre debe resonar con la espiritualidad, la historia y el futuro de las personas. Tienen 3 álbuns publicados: "Our Truth" (2016), "Emakhosini" (2018), "The Healing" (2019) y colaboraciones con Femi Kuti y Saul Willians.

Aquí podéis leer nuestra entrevista a Saul Williams.

Charlamos con los vocalistas Nkosi “Jovi” Zithulele y Kgomotso Mokone.

FESTIVALEROS!: ¿Podéis contarnos cuando os habéis conocido? ¿Cuándo y dónde empezó BCUC?

NKOSI "JOVI" ZITHULELE: Fue en 2003 en el Centro Comunitario cuando conocí a Cheex, quién toca las congas. En aquella época yo aún estaba rapeando. Le escuché tocando el saxo, le propuse hacer una jam y tocamos por horas... Fue tan buena la jam. Entonces le llevé a mi sitio secreto en Soweto, que es una gran torre, de donde puedes ver todo Soweto, y seguimos tocando allí hasta la puesta del sol. Me “enamoré” de él musicalmente. Cuando nos encontramos de nuevo, él me presentó a uno de sus amigos, Luja, quién toca el bombo. Después le presenté a mis amigos y él me presentó a más amigos. Entonces empezamos a hacer sesiones en el parque durante el día, nos sentábamos en la sombra y tocábamos buena música, éramos unos 20 tocando. Luego, una señora pasó, nos vio cantando, dijo que le gustaba mucho, quería programarnos y preguntó el nombre de la banda. No teníamos nombre de la banda, ni mismo teníamos una banda. Entonces, un día creamos la banda y decidimos llamarla Bantu Continua Uluhru Consciousness porque queríamos un nombre largo. Nos parecía guay tener un nombre largo como A Tribe Called Quest.

BCUC, Sziget Festival

F!: ¿Cuándo empezasteis con las jam sessions?

NJZ: En 2003. La razón de haber elegido los instrumentos fue porque eran los instrumentos más baratos que podíamos comprar en aquella época como tambores, shakers y muchos vocales. No teníamos dinero para comprar un teclado... En el principio ni teníamos una guitarra base, solo teníamos una guitarra acústica barata. Lo que siempre tuvimos fue soul. Entonces, nos decíamos que no hace falta instrumentos caros para tener soul. Empezamos así. La gente que escuchaba nuestra música nos pedía que no cambiáramos y no hemos cambiado.

F!: Creo que es la intención que quieres transmitir al público, no hace falta un instrumento caro.

KGOMOTSO MOKONE: Eso es. Es sobre la intención. El espíritu humano reconoce la intención, la honestidad y la verdad como fuente de todo esto, independientemente del idioma que tú hablas y que yo hablo. Puedes sentir la intención.

F!: Es lo que puedo sentir en vuestros conciertos porque no puedo entender las letras, pero puedo sentir toda vuestra energía. Es muy potente e impresionante.

NJZ: Porque para nosotros es lo único que tenemos y es la única cosa que estamos intentando compartir con todos: el sentimiento y la honestidad.

F!: Es muy bonito.

NJZ: También pensamos que es bonito. Es más bien lo que la música sudafricana es cuando no se toca comercialmente. Es una música tradicional de ceremonia, la música que usamos para comunicar con nuestros antepasados. Creemos que cuando cantamos, nos olvidamos que la vida es difícil. Cantas y tu alma sabe que todo saldrá bien. Después que cantamos, todo va a estar bien porque también es una medicina para nosotros. Cantamos y pensamos que es posible.

KM: También es muy bueno para nosotros porque somos todos niños y niñas problemáticos. Aún estamos intentando encontrar nuestro camino. La música nos encontró. Nos encontró e hizo sentido, luchamos por ella.

NJZ: Nos dio un propósito. Cuando empezamos, pensamos que íbamos a grabar y a tocar en todo el mundo, que seríamos super stars, pero empiezas a cantar y la música empieza a convertirse en lo que es. Se convirtió en música para la gente, música de la gente y música con la gente. Se convirtió en música sin orgullo, sin ego, música que es una medicina para la gente. Nos ha atrapado y sentimos que fuimos elegidos por esta música y no la dejamos ir. En el comienzo, nuestras familias no pensaba que sería una buena idea cuando les dijimos que no íbamos a hacer música que se escucharía en las radios. Entonces pensaron que estábamos malgastando nuestro tiempo, ya que habíamos ido a la escuela, ¿por qué no trabajar directamente? Pero, ya no podemos trabajar porque amamos a esto más que a cualquier otra cosa, nos preocupamos por eso más que a cualquier otra cosa. Esta es la vida que vamos a vivir hasta que nos moramos. El escenario para nosotros es como un santuario para rezar, un sitio para superar problemas.

KM: También creemos que si no somos honestos, si no tenemos conversaciones verdaderas con nosotros mismos en aquel santuario, que es el escenario, entonces el público sentirá que no es sincero. Entonces, para nosotros en cada concierto tenemos que ser honestos, que llevar a todos con nosotros, desde el técnico de sonido, técnico de luces, el público, el stage manager... todos para venir con nosotros en este viaje para que todos nosotros podamos hacer un concierto increíble. Sin el público, sin el sonido, sin las luces no será un concierto increíble, somos una comunidad.

NJZ: Nosotros solo somos un vehículo que lleva estas emociones. Ahora estamos tocando en muchos países, se siente diferente en estos países y no lo entendemos. A veces llegas a otro sitio y la gente solo está pensando en el dinero, con mucho stress, y que sus vidas van muy mal. Queremos llevarles alegría, es lo único que podemos hacer para la gente. Nos estamos convirtiendo en un reflejo de lo que se necesita en cualquier sitio que estamos tocando. Somos una especie de profetas.



F!: La sensación de liberación cuando acaba vuestro concierto. Por lo menos es así cómo me siento y lo que veo en las caras de las personas. Es muy potente. Hablando sobre “Yinde”, ¿de qué habla la letra?

NJZ: “Yinde” significa "el camino": un símbolo de la distancia que queda por recorrer hacia una sociedad sudafricana más justa. Habla del gen de la vida, de la imprevisibilidad de la vida y la necesidad de ser fuertes aunque la vida no esté bien. “Yinde” dice que la vida no está prometiendo ser buena ni siquiera mañana, pero hay que seguir adelante, seguir adelante... Yinde, yinde...

KM: Y también es una celebración de nuestra cultura y nuestras creencias. La segunda parte es sobre qué nuestros antepasados han tenido que pasar para que nosotros existiéramos.  Es sobre el viaje de aquellos que vinieron antes de nosotros y nuestros viajes. Es sobre la apreciación y la celebración de nuestra cultura. En ocasiones, has nacido como has nacido y no lo elijes, pero no significa que esto debe ser un peso. Estamos aquí, hacemos black music, somos negros. Nuestras diferencias no deberían separarnos, deberían unirnos aún más.

BCUC, Sziget Festival

NJZ: Sobre la segunda parte de “Yinde”, también habla de nosotros como realmente somos. No significa que uno es más especial que el otro. Todos somos especiales, todos somos diferentes y todos deberíamos unirnos en este camino. Descubrir más sobre nosotros mismos. Mientras estás descubriendo más sobre ti mismo, facilitas que la gente descubra más sobre ti porque ya tienes más clara tu identidad, ya sabes quién eres.

F!: Creer en uno mismo.

KM: Eso, esforzarse y seguir adelante. No necesariamente va a ser fácil. Al principio, pensaba que la música debería ser algo fácil, sobre la creatividad, pero luego he entendido que hay muchos percances por el camino. Eso no significa que iba a desistir, no. De hecho, nos impulsa a seguir adelante, a esforzarnos para alcanzar nuestro máximo potencial. Cuanto más avanzas, te das cuenta que aún queda mucho más. Aunque tengas un día malo, hay que seguir adelante.

NJZ: La mayoría de nuestras canciones y los nombre de nuestras canciones hablan de donde estamos en la vida. Estas canciones vienen de lo más fondo de nosotros y son sobre ahora y donde estamos. No sabemos donde estaremos en dos años, pero en dos años estaremos cantando canciones que hablan de donde estamos en aquel entonces.

KM: Fuimos creados por personas que madrugaban y volvían cansadas tarde a casa, sin tiempo para compartir con sus hijos, pero aún así, eran familia, gente que se sacrificaba por nosotros para que fuéramos lo que somos ahora. Nos enseñaban alegría, apreciación, gratitud y positividad. Gracias a ellos, somos personas optimistas y positivas. Creo que Sudáfrica tiene una cultura positiva con diferentes culturas en una misma. Las personas con más dinero no necesariamente son las más felices, pero aún se puede encontrar momentos felices en tiempos oscuros.




F!: Tenemos que ser positivos e intentar transmitir esto a las nuevas generaciones. 

NJZ: No estamos diciendo que la vida no es difícil. La vida es difícil, pero no solo para ti, la vida es difícil para todos. Mismo la persona que creo que está teniendo la mejor vida de todos, aún así quiere una vida mejor. Entonces, puedes ayudar a ti mismo siendo feliz con quién eres ahora y ayudar a la gente que necesita. Debes ayudar, pero si alguien más no te ayuda, no pasa nada, es su elección. Ni todos los hombres son codiciosos, ni todos los hombres son generosos. Elige quién eres, sé honesto contigo mismo. Seremos muy felices si puedes ser amable contigo y con los otros. Sé lo mejor de ti y nosotros estaremos allá para ayudarte.



Adriana
Fotos: J&B

Sziget 2019


Una edición más del festival de referencia en Europa central tuvo lugar del 7 al 13 de agosto en la isla de Obuda de Budapest, Hungría.

Este año han pasado por sus puertas más de 530.000 “sziudadanos”, nombre por el que se conoce a los asistentes a Sziget Festival. Sus cifras son la mejor prueba del éxito que sigue manteniendo este aclamado festival, una cantidad abrumadora que puede hacernos pensar que no cabe un alfiler más en la isla, y que quedó demostrado el día estrella con cerca de 95.000 asistentes, que abrieron el festival de la mejor forma posible.

Previendo tal ese gran número de asistentes, han mejorado las infraestructuras, haciendo un trabajo excelente mediante la disposición de nuevas pantallas gigantes y replicadores de sonido.

Con todo ello, podías seguir el concierto a gran distancia del escenario y vivirlo como si estuvieses en primera fila nos ha impresionado, y mucho.

Durante siete días, más de mil artistas, actores y ponentes han inundado de magia la isla de la libertad en sus más de 60 escenarios, ampliando la cantidad de actuaciones respecto a otros años durante todos los días del festival.

Sziget 2019

Los cabezas de cartel que dieron vida al escenario principal fueron Ed Sheeran, Martin Garrix, Macklemore, 6lack, Franz Ferdinand, Richard Ashcroft, Tove Lo, Mura Masa, Tom Odell, Post Malone, The 1975, Florence & The Machine, Twenty One Pilots, The National, Years & Years y el cierre apoteósico de los míticos Foo Fighters.

Pero Sziget no sólo es música, también es arte y compromiso. Cuenta con un montón de actuaciones, obras teatrales y talleres.También charlas y ponencias como las de la Dra. Jane Goodall o Emtithal Mahmoud a quienes pudimos oír en el escenario principal y que son el mejor ejemplo para promocionar su lema de Love Revolution.

Ese lema es lo que principalmente caracteriza al festival: un compromiso que tiene como objetivo mejorar las condiciones en las que vivimos. Este año ha puesto especial atención a concienciarnos sobre la huella que dejamos en nuestro planeta y que todos debemos tomar acciones. Un ejemplo es la cantidad de obras de material reciclado que estaban expuestas y repartidas por toda la isla, un toque muy diferente y sostenible que no hemos visto en otros festivales nunca.

Desde la organización han conseguido poner en práctica otra serie de medidas como son:

Mantener el uso de vasos reciclables.
Evitar servir pajitas de plástico.
Repartir ceniceros de bolsillo.
Reducir al máximo la cantidad de desechos no reciclables en puestos de comida y bebida.
Dando información a los asistentes de diferentes iniciativas sobre el cambio climático.
Ha quedado demostrado que un festival sostenible es posible y cada edición va un paso más adelante.


Sziget se ha vuelto a coronar para nosotros y con tanto que hacer en los siete días, también necesitamos un sitio donde recargar las pilas. Eso nos lleva a la nueva y mejorada zona chill del festival. Un área de relax donde, al aire libre, puedes sentarte o tumbarte a descansar, escuchar música relajante o fumar una shisha a orillas del Danubio. Sinceramente, este año hemos pasado muchas horas allí.

Otra de las cosas que seguimos viendo que evoluciona cada vez a mejor es la cantidad de información que se ofrece desde la organización. Desde avisos por inclemencias del tiempo, cambios en los programas y todos los servicios disponibles en el festival. Todo esto se puede encontrar en su web o en la aplicación móvil, que funciona estupendamente.

Sziget 2019
Nos seguimos encontrando que la apuesta de los festivales húngaros es la variedad de géneros musicales, consiguiendo siempre sus escenarios llenos, desde el principal al más pequeño. Siempre atrayendo gente el mítico Global Village con sonidos procedentes de todo el mundo, o el Colosseum con su estilo más puro electrónico. Este año, además, han contado con el show Chinatown de los españoles de Elrow, que han llenado el Bacardi Arena de la mano de Paco Osuna y De La Swing.

La inmensidad de la isla y los espectáculos del Sziget no dejan de sorprendernos, queriendo siempre repetir la experiencia año tras año. El espíritu de libertad y el buen rollo que transmite la gente venida de 100 países diferentes construye un ambiente muy difícil de lograr en otros festivales.

Ya tenemos marcadas las fechas para el año que viene en nuestro calendario, será del 5 al 11 de Agosto de 2020 y qué podemos decir más que... alí estaremos.

Guille