El Automne Club
19 de Octubre. Las cristaleras de la entrada del edificio del Conseil Général multiplican la luz de los potentes reflectores y crean un gran pasillo azul, una puerta hacia el espacio imaginario en el que se encuentra el Automne Club. La lluvia fina y la humedad del Canal du Midi nos han vestido de sombrero y gabardina. En el interior, los focos a media luz y la decoración años veinte nos sumergen en la atmósfera adecuada para esperar a un saxofonista neoyorkino . Hemos encontrado un reservado libre y, protegidos por sus finos tabiques de espejo, aún tenemos tiempo para revisar la óptica de la Nikon y repasar algo sobre el artista. 

Myron Walden, nacido en California, formado en el corazón del Bronx. Cuentan que la inspiración por la música le llegó al escuchar una grabación de Charlie Parker interpretando One Night in Washington y oír a su tío exclamar Tell it Bird!. Con la ayuda de un profesor pudo sacar un viejo saxofón del almacén de la escuela local y aprendió a tocar solo, teniendo como única guía el álbum de Charlie Parker y la colección de discos de su tío. Después vendrían la formación académica, las noches del Small's en las que pudo codearse con grandes como Winton Marsalis, la integración en The Brian Blade Fellowship Band y, mas tarde, en la Ray Barretto's Band. Hoy llega a Toulouse, con motivo del festival Jazz sur son 31, en medio de su gira europea para presentar uno de sus últimos trabajos, Momentum, aparecido a finales de 2009 después de un parón de cuatro años sin grabar como líder.

Levantamos la vista de nuestro cuaderno de notas y aplaudimos para recibir al quinteto. Es cierto todo lo que hemos oído de él: Walden es un tipo elegante, seguro de si mismo, y que, a pesar de su enorme talento, deja espacio suficiente para que sus músicos se desarrollen. Por eso parece no tener miedo de rodearse de otros grandes talentos. Misha Tsiganov al teclado: un pianista sólido como una roca;  John Davis, batería, el ritmo que parece innato; Yasushi Nakamura, multiplicando los dedos sobre las cuerdas del contrabajo, Darren Barrett capaz de demostrar el contorsionismo de una trompeta. Y como la trompeta ya esta cogida, Miles Davis se ha reencarnado en saxofonista: Myron Walden. Nos muestran diferentes piezas de Momentum y reconocemos el toque Miles y el toque Walden, o mejor dicho, reconocemos a Miles visto a través de Walden. El momento climático viene un poco mas tarde con su recuperado Like a flower seeking the sun que introduce con un toque místico de profeta en trance para despertarse en una fiebre palpitante que acaba envolviendo a toda la banda y al público en un terremoto que hace temblar las tablas del Automne Club. Al acabar nos despedimos del Automne Club hasta el año que viene. El quinteto nos ha dejado el Canal du Midi impregnado del genuino sonido Nueva York.


Dr. J





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