¿Qué es lo que puede pasar por la cabeza de un festivalero un fin de semana cualquiera en que Madrid está invadido por hordas de fanáticos futboleros? Evidentemente, música en directo. Sinceramente, creo que no hay nada mejor que se pueda hacer un sábado por la noche que escuchar una descarga de dinamita directa a la sesera. Y más en estos tiempos tan complicados. Para mí los conciertos siempre han sido una forma excelente de disolver la rabia y la frustración. Y me parece que últimamente estamos sobrados de ambas. Al menos yo.
Trashmetalbeer

Así que para la capital nos fuimos a ver a Tankard a la ahora rebautizada sala Marco Aldany (o Arena o como se llame). La verdad es que además de a estos muchachotes alemanes teníamos muchas ganas de escuchar a los ingleses Onslaught, que también estaban en nómina cuando compramos las entradas, pero que, como suele ocurrir, se cayeron del cartel sin más explicación apenas una semana antes del evento.

Llegamos así sin prisa a la sala. No vimos al primer grupo, y apenas un par de canciones de la segunda banda, que poco a poco iban calentando el ambiente. Aunque con unos monstruos como los de Frankfurt no sé si esto es muy necesario, pues tienen al público metido en el bolsillo ya antes de salir. Un poco de humo en el escenario, unos tipos grandotes y tralla sin tregua de principio a fin. Pudimos escuchar un repaso bastante selecto a toda la discografía de la banda, que no nos dio respiro hasta el séptimo corte. Después, unas paraditas muy breves entre tema y tema para coger impulso, dirigirse al personal y tomar unos tragos y Gerre demostrando que sigue en plena forma y hecho un auténtico gamberro, pero de esos que caen simpáticos. El público no paró de subirse al escenario para el típico mosh, las constantes alusiones a la cerveza que no podían faltar cuando se está ante los reyes del Thashmetalbeer, y en más de una canción Gerre requirió la colaboración de alguna chica guapa de esas que se encontraban en las primeras filas del público.

Y allí estuvimos algo más de una hora ante unos tíos que no fallan ni una nota y hacen un show potente y preciso. Entre los temas más coreados por un público fiel que no dejó ni un momento de bailar y disfrutar con los alemanes no faltaron The beauty and the beer, Total adiction, Die with a beer in your hand o Chemical invasion. Y entre los bises, como no, el Space beer y el Whiskey or beer, para acabar con un aceleradísimo y trashero guiño al público en forma de Que viva España.

En definitiva, ni más ni menos que lo que uno puede esperar de una de las más entrañables bandas de trash que han machacado nuestros oídos desde adolescentes.

FROM HELL

               Tankard - Die with a beer in your hand
 

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