Hace frío esta noche en Barcelona, un frío inusual, siberiano dicen. Nos acercamos al Palau de la Música y tengo la esperanza de que los chicos de Vetusta Morla nos quiten un poco de este helor, que en los tiempos que corren viene muy bien que se te caliente el alma. El edificio impone. La sala es tan bonita que mientras los teloneros Inspira tocan, a la mayoría se nos pierde la vista por las paredes. El Palau está considerado el corazón de la música catalana y nosotros tenemos fama de ser un público duro, puede que frío en ocasiones, exigente, quizás, sea la palabra. Es una plaza importante.

Faltan pocos minutos para las diez. Alguien se mueve en el escenario a oscuras... Un foco ilumina a Pucho y a Guille, los primeros acordes de Pequeño Desastre Animal resuenan en la sala, desnudos en la voz del cantante. Los acordes de la guitarra abren la caja mágica de Vetusta Morla. Su magia hace susurrar al público la letra de la canción, los aplausos truenan bajo el techo de cristal. Entra la banda al completo y entre "Bona nit" suenan Los Buenos, Autocrítica y Mapas.

Pucho despliega sus artes de maestro de ceremonias, su buen rollo y su don de lenguas para darnos la bienvenida en catalán durante dos o tres minutos, y como él mismo dice: "Sin chuletas!" El público se rinde a sus pies y él aprovecha para darnos trabajo: en la siguiente canción vamos a participar. Una vez aprendida la lección nos emplaza "hasta nueva orden". Impresionante Indio en Baldosas Amarillas, tocando el cajón con una energía contagiosa. Llega la orden y suena genial. Se nota que se curran las canciones en el local, están haciendo unas versiones para acústico geniales. Con Maldita Dulzura y Al Respirar empieza a ser imposible mantenernos sentaditos. La energía ya fluye a raudales.

Jorge hace gala de sus recursos cambiando el famoso bidón por un bombo XXL y con el dan una vuelta de tuerca más a En El Río. Después Escudo Humano y Pucho con sus coñitas: "Habéis venido con ganas de bailar, verdad? Pues no." Y es que a muchos ya nos arde el respaldo de los sillones del Palau. Rey Sol me pone una sonrisa enorme en la cara y las luces me hipnotizan. Con "voy a explotar" me dejo la garganta y las entrañas. Estoy dentro del universo que han creado para esta noche.


Canción de Vuelta, Boca en la Tierra, Un Día en el Mundo... nos hacen saltar del asiento y ya no hay quien nos vuelva a sentar. Copenhague, La Marea y su juego de luces... La calma y la violencia del mar en una canción, me deja asombrada. Increíble el despliegue técnico, se merece todos los agradecimientos que les ha dado Pucho hace un rato. Después, Cenas Ajenas, Sálvese Quien Pueda y Valiente hacen temblar el suelo.

Para acabar el concierto una dedicatoria a Jean-François Millet. Pucho cita su famoso cuadro El Angelus que tanto obsesionó a Dalí. Incluye a todos aquellos que son capaces de sacar sueños de una tierra tan árida. Así llega El Hombre del Saco, su "tómalo" y el famoso bidón. El público enloquece, el suelo tiembla, el centro del primer piso donde estamos retumba. Nos dejamos las gargantas cada vez que el micro es nuestro en un "tómalo". Las luces cambian más rápido cada vez, las siluetas se recortan con los flashes blancos y por un instante paro y pienso: Esto es la música para mi, todos estos corazones latiendo a la vez en el bidón de Jorge, los cuerpos dejándose llevar por el sonido. Tantos sentimientos distintos bailando una melodía. Da lo mismo el lugar, da lo mismo la circunstancia, da igual quién seas tú y quién sea yo. La música nos hace sentirnos vivos y aunque hayas vivido millones de instantes así, nunca deja de emocionar.

Y claro, después de eso queremos más, pedimos más y nos dan más. Dando las gracias a los seres mitológicos y a las hadas que nos acompañan en este escenario incomparable caen Los Días Raros, Lo Que Te Hace Grande y, por supuesto, La Cuadratura del Círculo, donde ellos y nosotros, echamos el resto.

Las luces se apagan y ahora sí, no volverán a encenderse esta noche. Nos abrigamos para salir, fuera el termómetro ya marca cero grados pero tenemos el alma en llamas. No hay palabras... Gracias... Torneu aviat!

A

Vetusta Morla haciendo retumbar el Palau con Boca en la Tierra
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