Dicen que va en la forma de ser mediterránea el tomarse algunas noticias un poco a broma. Creo que en los malos momentos es bueno reírse, por lo menos para quitarle un poco de dramatismo a las cosas. Estoy convencido de que si perdemos, o mejor dicho, si nos roban la sonrisa, ya no nos quedará nada.
Hace unos años estudiábamos y hasta entendíamos asombrados los movimientos de algunos personajes que cambiaron el mundo o que ayudaron a que sea tal como lo conocemos. Jugadas maestras en un mundo menos globalizado y en el que la inmediatez era relativa. Ahora, los que nos mandan se esconden detrás de sus lacayos y pierden el tiempo buscando en el diccionario de sinónimos fórmulas para no decirnos la verdad.
Nos ha tocado vivir rodeados de la peor generación de políticos que ha dado hasta ahora nuestra joven democracia. Esa es la realidad. Y lo peor de todo es que nos tratan como si nosotros fuéramos tan ineptos como ellos. Y no lo somos. No somos manipulables. Somos, aunque no sirva de mucho hoy en día, de los profesionales mejor formados en Europa. Ya no nos engañan aunque busquen cortinas de humo tras las que resguardarse. No nos callarán aunque esperen a un día clave para intentar tapar sus errores en medio de otras grandes noticias.
Como decía una serie de nuestra juventud... The truth is out there. Y por mucho que lo intenten, no le pueden poner puertas a la libertad de información. Sobre todo si esta viene, precisamente, de ahí fuera. Así que, sólo un par de peticiones, dejen de actuar como si fuéramos estúpidos y... por favor, nos nos roben la sonrisa (es lo único que nos queda).
J&B
Rescue Me by Fontella Bass
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