Ayer sobrevivimos al primer día de festival Sziget 2012. El trazo de nuestro recorrido sobre el mapa dibuja el modelo típico "en vuelo de mosca" tan característico de la conducta de los individuos que ponen los pies sobre la isla de Obuda.

Cada mañana, una vez recobrada la conciencia, lo primero es solucionar los problemas logísticos de primera necesidad: la cola de la ducha, quitarse la resaca con zumos de fruta del osito mika, cargar la tarjeta, y desayunar o comer. Cuando has acabado todas esas tareas ya son las tres y pico y vas tarde a los primeros conciertos. Aqui todo ocurre como si rodaras por una pendiente.

Glasvegas
Empezamos en el A 38 donde nos sorprendieron gratamente los daneses Bonaparte, con un Pop Punk muy elegante y una puesta en escena surrealista digna de ver. Tras ello, corrimos hacia el Main Stage para ver a Glasvegas y nos encontramos con el final de los percusionistas japoneses Gocoo: un grupo multitudinario de sonido imponente, a los que seguiremos a partir de ahora. Y hablando de percusión, cada vez nos impresiona más Jona Löfgren: esa baterista que toca de pie y que acaba de redondear el sonido impecable de los escoceses Glasvegas. En aquel momento una extraña puerta dimensional se abre tras un puesto de comida y nos da acceso a un mundo diferente: solo duró unos minutos, suficiente para charlar unos momentos con los componentes del grupo belga dEUS. Nos contaron como ven ellos el festival Sziget y muchas curiosidades que veréis próximamente en un post especial sobre el tema.

Tuvimos unos minutos para ver como Anna Calvi hacía que comenzaran a moverse las corrientes geotérmicas de los subsuelos de la isla con esa clase incomparable y esa mirada capaz de fundir el acero.Unos instantes después ya estábamos en la otra punta de la isla, sumergidos en un concierto de Che Sudaka. Gracias a ellos, los indignados, el antirracismo, y la justicia social fueron proclamadas a gritos y saltos sobre la isla. Sin duda, su concierto fue la chispa que encendió el festival, la primera explosión de auténtico delirio en Sziget 2012. Entonces, un pasaje disimulado entre dos setos y un bar de palinkas nos sirvió para volver a alterar las coordenadas espaciotemporales y de pronto nos encontramos tomando una caña y arreglando el mundo con los Che Sudaka. Las interesantes conclusiones de nuestro encuentro con ellos, próximamente en Festivaleros! 


Nos despertamos frente a Los de Abajo: unos mexicanos que consiguieron mantener con bastante éxito la llama encendida por Che Sudaka. En el Main, los Placebo soltaban el material más esperado del día. Un concierto para los más fans del grupo, aunque me alegré de escuchar algunas de esas canciones de ellos que todos llevamos en el mp3. A esas alturas, ya era noche cerrada sobre la isla y nos pareció que las sombras traían el momento idóneo para un pequeño paso por ese rincón de las fiestas gitanas conocido como Roma Tent. Entre el público, una mayoría de balcánicos y franceses evolucionaban con la música del cabaret tzigane de los americanos Fishtank Ensemble. A continuación una de esas orquestas serbias para bodas y funerales: los O'Djila, nos ofrecieron unos cuantos clásicos, entre ellos algunos tomados del repertorio del genial Goran Bregovich. 
Placebo

Para terminar, pretendiamos ver al electronico Steve Aoki en el Arena, pero al llegar, la cola de la puerta era insalvable. Szigeteros veteranos, lejos de desanimarnos, decidimos volver más tarde y, mientras tanto, ir por ahí a entretenernos con cualquier otra cosa. Asi fue como nos encontramos en una Jam de Blues llevada por Török Adam Capriccio, un vedadero lujo lleno de referencias a temas conocidos que derivaban en un sinfín de matices sin perder ni un momento la electrificante energía de este tipo de música. Tras una hora de blues, entramos sin esperar en el Arena, en el que Aoki estaba caldeando el ambiente. Una sesión sin tacha, de la que hablaremos con m´qs detalle en unos dias.

Y a pesar del cansancio, la isla aun nos comunicó la energia suficiente para refugiarnos con nuestros vecinos de la zona Reggae donde los senegaleses de DJ Koya mantenían despiertos a los acólitos habituales. Tras el reparador mojito de despedida, cerramos el día. La barra de vida se había agotado, eramos incapaces de dar un solo paso, Sziget nos había vencido. Cuando cerré la puerta de mi quechua, aun se oía el continuo palpitar de los escenarios sobre la mágica isla de Obuda.

Dr. J

Steve Aoki en Arena
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