A la orilla del Garona, un parque. En el parque, una carpa de circo. En la carpa de circo, un mosaico de culturas. El festival MéditerranéO' sigue fiel a sí mismo. Ritmo tranquilo, ambiente familiar, recibimiento caluroso. Un pequeño paraíso cultural que ocurre cada año por estas fechas en el singular marco de la villa de Portet sur Garonne la cual es, en sí misma, un microcosmos plural y un ejemplo de convivencia en positivo.


La presencia de una comunidad de senegaleses en Portet incitó a los miembros de la asociación Confluences a hacer que este año el MéditerranéO' tendiera un puente a la cultura del Senegal. Además de la presencia de un restaurante de gastronomía senegalesa, en el que se podían degustar cosas tan exóticas como un excelente Maffé (guisado de carne) y cócteles de jengibre, el hermanamiento se iba a hacer a través de uno de los grupos míticos de la música Africana: Touré Kunda. La noticia había corrido como la pólvora por toda la región y mucha gente se habia desplazado desde Toulouse para ver a los hermanos Elefante. La afluencia masiva recordaba a los primeros tiempos de la banda y llegó al punto de obligar a los organizadores a limitar la entrada por razones de seguridad. El concierto comenzó con una introducción rap poco afinada que nada tenía que ver con el estilo de los africanos. El experimento nos estaba dejando algo frios, pero cuando empezábamos a preguntarnos de qué iba todo aquello los hermanos Touré salieron a escena y nos dieron justo lo que esperábamos.

Vestidos de blanco y deslumbrándonos con sus sonrisas inagotables, desencadenaron una tempestad de ritmos tradicionales en la que se mezclaban jazz, rap y pop de los 80. El concierto se puede describir con una sola palabra: alegría. Alegría en los músicos, alegría en la acrobática bailarina africana, alegría desbordante entre el público. Ismaïla Kunda nos convence de que ya no nos encontramos en Portet sino en Senegal y nos arrastra a todos hasta su ciudad: Ziguinchor. Aprovecha un inciso para explicarnos una de las conexiones entre MéditerranéO' y la filosofia de Ziguinchor. "Hay algo muy bien aquí: los conciertos son gratuitos. Así debería ser siempre. Es una lástima que muchos de nuestros compañeros que se dedican a la música no quieran ir a un lugar si no se cobra entrada. Pero tenéis que perdonarles. Nosotros venimos de un lugar en el que el perdón es un acto cotidiano, por eso les perdonamos su error y os pedimos que también les perdonéis vosotros por estar tan equivocados." Y después de esta perla, la fiesta sigue hasta culminar en el clásico Em'ma, uno de los himnos más conocidos del grupo y de la nueva música africana.

Volvemos poco a poco desde la lejana Cassamance y el festival sigue con el último grupo del día: los valientes L'Herbe Folle, que intentan retomar el testigo de bandas como Têtes Raides o Debout sur le Zinc. Canciones tradicionales venidas de media europa, en las que la sensualidad se mezcla con el exotismo tzigane, el jazz y la música judía. Dos buenos ejemplos pueden ser L'étranger con el que hicieron temblar de emoción hasta el último poste de la gran carpa de MéditerranéO' y Marutka, una mazurca salida por sorpresa de los baúles de este original cuarteto.

No acabaron ahí nuestras aventuras: al día siguiente, en aquella pequeña región del MéditeranéO', nos esperaban unos cuantos encuentros sorprendentes y descubrimientos insospechados. Mientras hacemos memoria para seguir con el relato, os dejamos unas imágenes en nuestro álbum facebook de este entrañable festival portesiano.

Dr. J
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