Lo mejor que se puede hacer en París un viernes por la noche es entregarse al vagabundeo. El recuerdo de una Jam Session vivida hace un par de años ha llevado mis pasos hasta la puerta de Le Duc des Lombards. En la puerta, la promesa de una vocalista jazz norteamericana y una carta con un seductor magret de cannard. El portero me mira de arriba a abajo y me pide 30 euros por entrar... Va a ser que no, mon frère, tal vez me lo pensaría por volver a ver el milagro de la Caveau de la Huchette o por revivir las noches de jazz en el histórico Au Franc Pinot, pero vuestro club tampoco es tan mítico. Que no cunda el pánico: estoy en la Rue des Lombards, la calle de la música en directo, algo voy a encontrar.

Unos minutos más tarde estoy instalado en la mesa del fondo de la Guiness Tavern, uno de esos lugares que nunca te fallan. En el escenario una banda BBC (bodas, bautizos y comuniones), se ha transformado en una máquina de versionar con una curiosa tendencia al metal. Desde The Wall de Pink Floyd a Iron Maiden, pasando por un tema de Adèle interpretado como una balada heavy. Con la llegada de un equipo de rugby, el camarero me invita a cambiar de mesa y me encuentro hablando de ACDC y del solo de Angus en el Stade Saint Denis con dos simpáticos metaleros. El batería del grupo toma el micrófono y ataca  Lambe An Dro. Esto tampoco falla: el folk rockero de los bretones Matmatah levanta pasiones entre los presentes, muchos de los cuales vienen de la intrépida y festivalera Bretaña.

Ya es más de medianoche. Es el momento de cambiar de garito. A tan solo unos metros se encuentra Le Baiser Salé. Allí me dirijo. No es exactamente una sala, sino más bien un bar de jazz. La entrada es gratuita y esta noche proponen: Jazz jusqu'à l'Aube (jazz hasta el alba). La pequeña escena está en el primer piso. Me acomodo mientras una banda hace los balances de sonido. Los dos cantantes parecen muy jóvenes y están acompañados por batería, bajo, guitarra y teclado. Desde que comienzan me tienen ganado. Lo que hacen es una especie de pizza musical con base de jazz sobre la que se mezclan el hiphop, el reggae, el funk y el soul. El cantante es muy versátil y derrocha carisma, la vocalista es una jovencísima versión de Ayo con una voz privilegiada, los músicos se entienden a la perfección. Se entregan como si estuvieran frente a un gran público, aunque solo somos una veintena de los cuales la mitad deben ser familiares y amigos. El grupo se presenta con el nombre de su lider: Mr. O'Klin, que aunque lleva un nombre de rapero no puede ocultar un alma funk soul. De su repertorio, de elaboración propia, me quedaría todo el concierto, pero destacan los temas Along the way,  You and I y, sobre todo, Mercenaires, una canción en la que ponen en juego todos sus recursos. El grupo solo tiene unos meses de vida, pero, si siguen evolucionando, no me extrañaría verlos algún día subidos a escenas más importantes. Por ahora, repetirán en el Baiser Salé el 4 de Enero. Mientras vuelvo por las calles de la desierta madrugada, me digo que estaría bien que estos chicos lleguen a ser algo más que el espejismo de un festivalero ávido de música en directo, vagabundo de una noche de viernes en París, Rue de Lombards.

Dr. J

Along the Way by Mr. O'Klin

"Along the Way" from marsconnektion on Vimeo.
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