Desde luego, el lugar era el indicado, una Sala Taboo, siempre con ese aire underground en el que descubrir nuevos grupos. Sin duda, el momento, también, viernes de carnaval, de máscaras y disfraces. Y el calentamiento, con una performance a medio camino entre Cabaret y The Hole, nos había predispuesto para lo que iba a suceder después.

Tras afinar con paciencia y profesionalidad todos los intrumentos comenzaron a aparecer uno a uno sobre el escenario. Mariano Villalobos se sentó a la batería tras una camisa indescriptible y protegido con unos guantes con los que golpear todavía con más violencia las baquetas. Esteban Aldrete apareció con sus gafas de pasta y la camiseta promocional del grupo. Daniel Guzmán se colocó el bajo sostenido por una cinta de los Kiss que combinaba a la perfección con la gorra, la camisa de cuadros y las zapas New Balance. Y al frente de todos ellos la voz contundente y ronca de Ignacio Perales que, protegido por unas gafas de sol negras a juego con su camisa, no se separaba de su botella de mezcal.

Así arrancaron, dispuestos a enganchar desde el principio. Su primer saludo fue premonitorio: Venimos a tocar un poco de rock. A ver, qué tal? Y con El Gas, su canción más conocida, acabaron por meterse en el bolsillo a la familia que allí estábamos. Aunque no nos vuelvan a invitar a España, es un placer. Cumplido a medio camino de convertirse en frase lapidaria para después alzar la botella y brindar... Salud reptiles, salud invertebrados.

Las canciones se sucedían, la rola ya no paraba. El sonido nos ha transportado al DF, quizá un poco más allá, al Río Grande, a la frontera con los Estados Unidos, a ese salón perdido en una carretera perdida en medio del desierto. Allí donde te puede bailar Salma con una serpiente en sus hombros o donde cualqueir Mariachi puede dispararte sin desenfundar su estuche. Porque el universo de Pellejos se acerca mucho al universo de Tarantino, de Robert Rodriguez. A ese mundo apocalíptico, violento, oscuro, sin censuras, donde la verdad y la denuncia no se dicen, se escupen al ritmo que marcan estos mexicanos.

El concierto toca a su fin... La oscuridad tiene la última palabra.

J&B


Gracias por compartir:

Comenta por favor!

Hay 0 comentarios hasta ahora. Añade algo ;)