Todo el mundo habla de él y, sin embargo, antes de verlo en el escenario de Le Port, en el festival Weekend des Curiostés de Le Bikini en Toulouse, no sabíamos mucho del chico del bosque. Conocíamos sus trabajos en algunos clips de Lana del Rey y  su tema I love you, que empezamos a escuchar por todas partes en la tele y en la radio, pero poco más. No podíamos imaginar lo que nos íbamos a encontrar cuando Woodkid saliera a escena a contarnos su obra The Golden Age.

Y decimos bien, a contarnos, porque la música es solo una parte de un espectáculo narrativo multimedia que trasciende los límites de un mero concierto. La música, de corte orquestal, se sostiene en los pilares de una percusión grandiosa y la parte audiovisual cuenta con una iluminación que parece tener vida propia y proyecciones cinematográficas de síntesis con una estética góticoalucinógena que muestra las ciudades imaginarias y los paisajes fantásticos en los que se desarrollan los cuentos de The Golden Age. Woodkid narra, con la cadencia lenta de su voz profunda y aterciopelada al más puro estilo Lana del Rey, sus relatos de guerreros de otros tiempos, de largos y duros viajes por territorios desconocidos, de batallas que rompen en pedazos las vidas de los personajes y los lanzan en busca de otros horizontes. Con todos estos ingredientes, no es de extrañar que alguno de sus temas haya servido para ilustrar videojuegos como Iron para Assassin's Creed de Ubisoft y que el propio artista cite como inspiración el videojuego de Juego de Tronos. Pero también por todo ello, entendemos que la crítica y el público se encuentren divididos entre los que adoran todo lo que lleva el sello Woodkid y aquellos que detestan su música, por encontarla vacía y grandilocuente.

En realidad, no hay que ver a Yoann Lemoine (Woodkid) como un músico, sino como a un juglar que nos cuenta historias de la misma manera que lo hacían sus antepasados medievales pero con los medios que contamos hoy en día. El género existe, por lo menos, desde que en la antigua Grecia los ciegos como Homero iban de un lugar a otro contando la guerra de Troya y la accidentada vuelta a casa del héroe Odiseo. Con los tiempos, las formas cambiaron y también los héroes, pero la épica  ha ido saltando de era en era hasta nuestros días. Los dibujos que mostraban las hazañas de los caballeros de Camelot mientras las cantaban los bardos en las ferias medievales, acompañados de liras y laudes, ahora son películas espectaculares y música de orquesta. El resultado conecta con el mismo tipo de público con el que lo hizo en otras épocas, la gente común que, en tiempos de crisis e incertidumbre, buscamos refugio en lugares imaginarios y en las hazañas de héroes increíbles. El propio álbum The Golden Age es, más que un disco, una especie de códice contemporáneo que plasma un relato a través de las letras de las canciones.

Volveremos a encontrarnos con Woodkid, al menos dos veces este verano: la primera en el Festival Internacional de Benicassim (FIB) y, unas semanas después, en la increíble isla de Obuda, en Budapest, durante el festival Sziget 2013. Mientras tanto, os recomendamos un viaje por la era dorada de este particular genio del espectáculo, en especial, a todos los amantes de universos imaginarios.

Dr. J

Run boy Run by Woodkid



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