Roskilde Festival, 2014, Soundsystem, camping
Dinamarca es ese país donde todo tiene un cierto tono rubio, la cerveza te la venden dos hermanos gemelos que repiten sus nombres incansablemente y a menos de una hora de la capital encuentras un Oasis naranja que te lleva directamente hasta Roskilde Festival. Y es que lo primero que te encuentras cuando cruzas el puente mágico hasta aquí es un oasis de setas naranjas perfectamente alineadas y a continuación el mítico Orange Stage preparado y dispuesto para recibir, entre otro a sus Satánicas Majestades.

Una valla decorada con graffitis separa la zona de escenarios de la zona de acampada. Allí jaimas hasta donde alcanza la vista, un campo donde han crecido las setas y con ellos los festivaleros dispuestos a pasar una semana en algún lugar de la Dinamarca profunda. Para empezar, lo primero que llama la atención es el buen ambiente y las ganas que tiene la gente de interactuar. Durante el montaje de las tiendas conocimos a los vecinos y sus chupitos de licor danés y a un Polaco que hablaba castellano-mejicano (pinche güey!!!) dispuesto a darle de beber a los sedientos Festivaleros!

Amanecer, Roskilde Festival, 2014, camping
Lo siguiente que te choca es la luz. Cierto es que no hay sol de medianoche, pero tienes luz hasta pasadas las once de la noche y a las tres de la mañana la claridad recuerda a cualquier amanecer por tierras más al sur. Conclusión, no fiarse de la luz para marcarse la hora de retirada. En estas primeras horas, la intención de los casi 80000 festivaleros está bastante clara, pasarlo bien.

Roskilde Festival 2014, Soundsystem, Camping
Todavía no hay conciertos pero eso no significa que en Roskilde no haya música. Esa es otra de las cosas que chocan nada más llegar. En cada esquina, en cada pasillo, casi, casi podemos decir que en cada tienda hay un soundsystem particular haciendo música y si no, siempre te los puedes encontrar por la calle en forma de barco o de carrito móvil. Y claro, allí donde hay fiesta, los festivaleros se arremolinan para bailar, saltar y conocer a otro como ellos.

Esa es otra de las cosas que diferencia a Roskilde del resto de festivales hasta ahora conquistados por estos intrépidos Festivaleros! En una noche ya hemos conocido más gente que durante todo el Glastonbury Festival. La primera sorpresa es encontrarse con españoles (hasta ahora, nosotros no hemos visto a ninguno), lo siguiente es preguntar que demonios hacemos en Roskilde y, por supuesto, lo tercero, es hablar del Mundial!!!!

En fin, que esto no ha hecho más que empezar. El desembarco festivalero ha comenzado y la cuenta atrás para los conciertos también. Qué siga la música y el buen rollo!

J&B

Roskilde Festival 2014, Camping, Soundsystem
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