Gran noche de punk folk con The Rumjacks en Madrid

Salíamos hacia la sala Independance con curiosidad por cómo se daría la noche en que The Rumjacks volvían a Madrid después de unos cuantos años.

Cierto es que era Martes, día que incluso para Madrid es algo raro y no ayuda a redondear conciertos. Pero también es cierto que hay ganas de música en directo y de bandas internacionales, y que este estilo que llamaremos irish punk rock... tiene fieles de los que no buscan excusas para no ir a conciertos cualquier día de la semana. Además podríamos ver a McOnak con la esperanza de encontrar ese grupo de ese tipo de múscia que no tenga que venir de tan lejos.

Todo empezó un poco torcido. Nada más entrar nos dimos cuenta de que no sería una noche de llenazo en la sala y de que a McOnak tendríamos que verles en otro momento.

Pero al salir los Rumjacks al escenario todo fue mejorando poco a poco. Ya había algo más de gente, ya nos apretábamos un poquito contra el escenario, ya se veían en los ojos ganas de saltos y pogos. Y así, el nuevo cantante de la banda, Mike, metió la cabeza en el único foco de luz del escenario, cogió su tin whistle y empezó a tocar una de las antiguas. Click. Todo encajó entonces. La gente empezó a venirse arriba y ya no paró hasta el final del concierto.

 

No voy a decir aquello tan manido de la sala se convirtió en una taberna irlandesa, pues la banda ha evolucionado y en cierto modo ha sacado medio pie de la taberna. La esencia continúa, himnos viejos como 'Irish Pub Song' o 'The Black Matilda' y nuevos como 'Sainted Millions' sí que nos dejan ese aroma tabernario tan familiar. Pero las maneras y la forma de cantar de Mike y algunas nuevas canciones le dan a The Rumjacks un punto algo más americano y algo menos irlandés, cosa que les permitirá crecer y llegar a un público más variado si cabe.

Pero todo eso son matices. Me encantan los Rumjacks desde hace mucho tiempo. Y ahí están, firmando conciertazos como el de ese martes cualquiera en Madrid, sacando discazos como los últimos 'Hestia' (2021) y 'Brass for Gold' (2022) y agazapados en un segundo escalón debajo de los grandes referentes del género (Murphys y Mollys) con ganas de tirar para arriba.

Y con ganas de más nos dejaron sin duda al acabar, además de grandes sonrisas entre un público que lo pasó en grande y que repetiría uno y mil martes conciertos de este tipo de música tan mágica.

kboy