Público en Viñarock2022
El Viña siempre se espera con ganas, ansia e ilusión. Pero este año todas esas emociones se multiplicaban por mil. Y es que, este último invierno de dos años sin festivales, para mí ha sido demasiado largo. Llegar casi a montar el recinto, explorar el lugar como si fuese la primera vez...sensaciones encontradas, foto en farola, ha empezado el aquelarre: ya estamos aquí.

Primeros acordes sobre el escenario, La Selva Sur, al fin los vemos. Animado concierto, poca gente y muchas ganas. Se intuye y se sabe; va a ser un gran Viña. 

Miércoles, fiesta de presentación, la puesta en escena del festi. Familiar, sin grandes aglomeraciones. Ideal para aterrizar en el mágico mundo festivalero.

Rompimos cadenas, fuimos libres... veníamos de sobrevivir todos los imposibles. Barra libre y todo vale: brillantitos, pegatinas, flores, disfraces, sonrisas, bailes, pogos, reencuentros, receptividad, cachis, chupitos NO... ¡todo bien! Del primer día, aunque Dakidarría me gustó mucho, me quedo con Xavi Sarrià. Y no es que la terreta tire mucho, que también. Es que joder... ¡cómo sonaron! El que fue líder de Obrint Pas se rodea de lo mejorcito y ofrecen un espectáculo digno de ver. Fuerza, ritmo, melodía y reivindicación a partes iguales. Un bolazo para quitarse el sombrero y las flores festivaleras.

Te retiras del recinto con la noche en los bolsillos y esperas el día en la carpa de temazos. Busquemos un rincón en el que bailar. Alargar las noches, amanece que no es poco, otro litro... 

Jueves. La cosa ya va enserio. Me quedo con Little Pepe o el tío Pepe, como queráis... Lleno de luz, mensajes de amor y vida, ritmos de todos los colores. Y pensábamos que solo íbamos a ver reggae. Gran descubrimiento. Dejarse la voz en el tributo de Extremo. Las noches se mezclan con los días. Cantar y bailar la vida bajo la luna y la lluvia. Sentirnos libres.

El viernes era un no parar de querer ver grupos, mucho curro y grandes refuerzos en forma de maravillosas personas llegaban a nuestra aventura. La emoción y el cielo azul en las caras. Cuidarnos unos a otros. 

EUKZ

 

Tenía tantas ganas de El Último Ke Zierre... ¡cómo me lo gocé! Hacer volar la vida a pleno pulmón. Trastucada, Kaotiko, Reincidentes, Def Con Dos.... Vivimos, cantamos y nos divertimos haciendo malabares con horarios y escenarios. Estamos cenando, pero tenemos que salir, salir corriendo que van los Desakato. El viento eriza tu piel, respira hondo, para el mundo. Y se me hicieron un nudo las cuerdas vocales con Los de Marras. Adrenalina rozándome el alma. Melodías canallas, ritmos y letras tatuadas en mi ser. Siempre a vuestra vera. Cómo me pone el ruido. 

Y el sábado, revolviendo otra vez, empezando de nuevo, volviendo a nacer. Obligaciones: hacer  guacamole, recoger el merchan, el Niño de la Hipoteca, Auxili, Zoo, Lendakaris Muertos, La Pegatina y Boikot. Menudo top final. Y es que en el Viña no hay noche que no valga la pena bailar, ni amanecer a la sombra de una carpa que no valga la pena vivir.

Historias, melodías, ritmos y personas que guardo a fuego. A pecho abierto con nuestras vidas encendidas. 

Nos hemos vuelto a abrazar, hemos sido un solo corazón latiendo al son de la música. 

Detenerme en esta locura, le da cuerda a mi reloj. Vivir es más que respirar. 

Mi corazón es vuestra casa. 

Quiero que estéis cuando llegue mañana. 

Os espero en la farola.

Anna Cupa

LA FAROLA
Los de Marras abrazando


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