Estreno del Main Stage
El segundo día sobre la isla me he despertado recomponiendo los fragmentos de la primera noche: el estreno del Main Stage con un Showman Húngaro, al parecer muy apreciado por estas tierras, la pista Axe, el Chuck Norris Bar, los autóctonos explicándome que Budapest se pronuncia Budapessshht y que esto del dia 0 lo pueden llamar como quieran pero esto es un festival de siete dias como lo ha sido desde el principio. La parte amarilla del plano, tierra conquistada, para otra noche toca la azul.

Tras superar lo insólito de despertarse con el bullicio y la consciencia de encontrarse en la isla de Obuda, salgo de la quechua y veo a mis nuevos vecinos. Al llegar a la tienda la noche anterior, los austriacos habían desaparecido y mi quechua seguía siendo la única plantada en el lugar. Un vigilante me explicó como pudo que camping allí si, aquí no, eso explosivo, palabras que me persuadieron rápidamente de desplazar mi quechua a cubierto unos metros mas allí... Desayuno tranquilamente un café de los spots de Nescafé que hay por todas partes y un croissant de la panadería de al lado de los Niños Perdidos.  Y una vez preparado, cojo los bártulos y al tren y luego al metro para ir a los Baños de Szechenyi. Gracias al Citypass de Sziget tanto el transporte como la entrada a los baños son gratuitos.


La Plaga Festivalera en la puerta de Szechenyi Furdo

Varias saunas y piscinas interiores y exteriores con aguas termales a diferentes temperaturas en un edificio histórico, eso son los Baños de Szechenyi. Pero al llegar, me encuentro con la plaga festivalera que invade la ciudad y de la que formo parte. Pero al final la espera sólo fue de veinte minutos y mereció la pena porque de alli sale uno como nuevo, con renovadas fuerzas, dispuesto para volver a circular por la isla. A la vuelta ya me conozco el camino con los ojos cerrados y no tengo que mirar los carteles que, de todos modos, sigo sin poder descifrar. Antes de entrar de nuevo en el recinto decido hacer unas compras de intendencia y provisiones festivaleras. En el Auchan de al lado hago la cesta formando parte de la plaga invasora, una vez más. En la entrada de la isla esta vez no tengo que esperar, pero los de seguridad me quitan las latas de bebida energética, por la ley de No Alcohol, No Energy, No Glass. Y cuando te lo dice un tipo como un armario ropero con pinta de mercenario, te conformas, qué remedio.

Dr. J




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