Nos pueden fallar los bancos, los políticos, los managers, las discográficas...pero no los amigos. Con esta afirmación, que por obvia que parezca conviene repetirla de vez en cuando, Josema Dalton parece querer reivindicar el valor que le dan al concierto que él y sus Hermanos dieron en Madrid, en la sala Sol, hace un par de semanas.

Se les adivina que han pasado tiempos difíciles y que han tirao palante, nunca lo han dejado del todo pero lo cierto es que los gaditanos llevan ya un tiempo apartados de la primera plana del panorama sonoro patrio. Momentos difíciles para la industria, tener un grupo y vivir de esto, compaginarlo con la familia y el curro. No es fácil.

Pero nada de eso importa esta noche de sábado en la Sol. Ellos no tocaban en Madrid desde 2005 - según nos contaron - y amigos de todas partes han venido a verles, como peregrinando en busca de algo. De un rencuentro, de un recuerdo, de una sensación agradable. Algunos quizá de una juventud no demasiado lejana, pero no tan cercana.

Algo así como una de estas reuniones de antiguos amigos que hace tiempo que no se ven.

En el escenario, la vitamina D está servida y el subidón del power-trío (etiqueta que se les ponía en tiempos) consigue desafinar la guitarra en cada canción, aunque Josema se queja de que en realidad es la falta de humo en la sala la causante. Mientras Carlos nos cuenta los quiebros de cintura que tiene que hacerles a su mujer y a su niña, para poder ensayar. Tan naturales, tan faltos de pose, tan a ras de suelo como algunos acordes dubitativos, algunas entradas a destiempo, y toda la ilusión de unos veinteañeros de cuarentaytantos.


Abajo, los amigos. Caras de cariño, de ilusión por verles, bocas que cantan letras de esas que hace años que no cantas pero que te salen del tirón porque se grabaron a fuego, y no hay paso del tiempo que las borre. Parte del público está comedido y con cuidado, intentando concentrarse para ver si consiguen que no se acabe nunca el concierto. Otra parte están desatados, disfrutándolo vaso de tubo en mano y a grito pelao...Sois los mejores, ni los planetas ni pollas! - les gritan. Ellos se ríen, claro... Desde la balconada donde está la mesa de sonido, el técnico les hace los coros al micrófono. Ellos responden cantando Qué gran día!. Lo ha sido. Rematado por la versión de In the city de los Jam y su mítica versión del tema Pink Panther, su firma desde hace tantos años.

Se lo han flipao. Las caras de niños grandes no mienten, no se puede estar mucho mejor. Han sonado potentes, conjuntados, rápidos como solían, y la emoción ha flotado en el ambiente durante todo el concierto, y mientras recogen ellos mismos sus instrumentos, y mientras se hacen fotos con todo el que se acerca.


Julio Ruiz a los mandos

Antes de irse de vuelta para San Fernando en la furgo, suben a la cabina del DJ a saludar. Esta noche pincha DJ Rojiblanco aka Julio Ruiz "Disco Grande" (Radio3). Los Hermanos Dalton ganaron el tradicional concurso de maquetas del programa allá por el 92, y algo me dice que algo ha tenido que ver Julio en su presencia esta noche en Madrid. Conexiones aparte, un final feliz para una noche feliz.

Y mientras dejo la sala Sol mirándome en sus espejos que no devuelven las miradas, escuchando a los ochenteros Housemartins tras la manos de Julio pienso...

Joder, dichosos 90s, ya nada suena igual!

kboy


             Dichosos 90s, Quién los pillara!                           Josema Dalton festivalero

Medley de Hermanos Dalton @ Sala Sol (Año 2000)
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