Glastonbury


Continuamos con la serie de consejos para atacar, sobrevivir y disfrutar del Festival de las Artes Contemporáneas de Glastonbury. Si quieres puedes empezar por la primera parte e ir en orden.

ESCENARIOS PRINCIPALES 

El escenario más mítico de la escena festivalera mundial es el Pyramid de Glastonbury. Su ubicación privilegiada dentro del recinto en un valle de la granja hace que las laderas del valle ejerzan de graderíos naturales que facilitan la visibilidad del público. Y su forma de pirámide lleva siendo la misma desde los inicios del festival allá por 1970.

El escenario que compite en cartel con el principal, es el otro escenario. Así se llama, The Other Stage. La distancia que separa la Pirámide de The Other, será probablemente la que más recorrais en todo el fin de semana.

Detrás de la Pirámide se encuentra la zona de Silver Hayes, donde el escenario Sonic es uno de los principales puntos calientes de la música electrónica, con grandes y famosos DJs pinchando todo el día.

Los otros escenarios grandes son el John Peel con grandes bandas, sobre todo pop y sobre todo de actualidad, el West Holts con grandes nombres para los que quizá pasó su mejor momento (aunque hay de todo) y el The Park, con auténticas joyas musicales para un público más sibarita.

Arcadia, Glastonbury
ESCENARIOS ALTERNATIVOS FAVORITOS 

Los conciertos empiezan pronto por la mañana (entre 11 y 12am). Recomendamos no centrarse sólo en los conciertos y aprovechar la mañana para visitar el recinto y dejarse llevar por el instinto antes de que den comienzo los conciertos más esperados. Así os haréis con el terreno, apuntaréis dónde están los bares que venden cerveza y podéis encontraros en la carpa de los Hare Krishna comiendo comida vegetariana o aprendiendo a tocar el digeridoo mientras una ninfa de los bosques ingleses toca una guitarra hecha de ramas y latón. No desaprovecheis esa oportunidad.

Siempre hay alguien pinchando, tocando (incluso músicos conocidos se acercan por alguno de los bares o tiendas y se pone a tocar) en cualquier rincón. Es habitual que un grupo toque por la mañana en un escenario grande y luego repitan por la tarde o al día siguiente en acústico en alguna de las decenas de carpas distribuidas por el recinto.

Arcadia es un escenario metálico, móvil, con aparatos de pirotécnia en el que hay una cabina de DJ. Por la noche, el espectáculo de luces y fuego envuelto en música electrónica es imperdible. Está enfrente de The Other. Hay un bar cerca. 

The Blues es un escenario en el que no suena blues sino los mejores ritmos jamaicanos mezlcados con electrónica al más puro estilo jungle británico. Todo un abanico de Djs, soundsystems, Mc's que van desde el reggae, hasta el drum'n'bass pasando por el dancehall o el citado jungle. Abierto hasta tarde. No tiene bar.

The Rabbit Hole, es una pequeña carpa más allá del parque que sólo encontrarás siguiendo al sombrerero loco. Grupos de folk acústico durante el día o música de cualquier tipo por la noche. No tiene bar.

Aparte de la música, en la granja se desarrollan infinidad de actividades artísticas. Hay escultores, pintores, poetas declamando, malabaristas, equilibristas... Hay zonas que parecen decorados de películas con bares en el interior de edificios de cartón piedra, hay teatros, hay un circo e incluso un cine. 

El Bloc 9, Glastonbury
DE JUERGA POR LA NOCHE 

A diferencia de otros Festivales, Glastonbury no para. Puede que en los programas oficiales diga que las zonas más tardías cierran a las dos o las tres de la mañana. Ten fe. Déjate llevar por tu instinto y la fila de gente y acércate a la zona más canalla, oscura y tentadora del Festival. Nos estamos refiriendo al trío que forman Shangri-la, Bloc 9 y Common. Y también a todas las zonas de paso que hay entre ellos. Allí encontrarás espectáculos de fuego, performances bizarras, globos y gente con ganas de seguir pasandolo bien.

La sensación que se transmite es la de entrar en un universo paralelo a Glastonbury, fuera de los focos y las luces de los grandes escenarios. Pero sobre todo es el juego de luces, de oscuridad, de rincones con sorpresas inesperadas lo que te lleva hacia allí. A ti, al resto de festivaleros y hasta al mismísimo Mike Jagger que el año pasado, la noche antes de tocar en la Pirámide quiso descubrir de primera mano que era eso del Shangri-la.

Junto a este universo existen varias discotecas silenciosas de esas que, por lo menos una vez, debes probar. Superada la primera sensación rara de bailar y cantar sin que nadie oiga la música luego es bastante divertido. Sobre todo si te quitas los cascos o cambias de canal y cantas a ritmo diferente al del resto de la gente. 


COMIDA Y BEBIDA 

GlastonburySi has llegado hasta aquí y has tomado nota de los consejos, tendrás una idea de algo que deberías haber hecho en Bristol sí o sí. Comprar cerveza! En el recinto de Glastonbury se puede introducir cualquier tipo de comida y bebida (en teoría nada de botellas de cristal). Es muy libre en ese aspecto y os recomendamos que lo hagáis. Dentro hay bastante variedad de puestos de comida pero claro, los precios no son especialmente baratos.

Respecto a la bebida, no funciona como en otros festivales en los que hayáis estado, donde la oferta es prácticamente ilimitada y omnipresente. Aquí hay bares concretos donde venden alcohol (cerveza incluída) pero no se encuentran masivamente y tampoco es barato. Parece increíble pero en algunos momentos no está tan facil comprar cerveza, y cerca de los escenarios menos todavía. Ya te digo, la gente suele llegar cargada hasta los topes (carritos llenos de cajas de cerveza, sidra...) para acampar y luego cada día llenan la mochila con las latas que quepan para pasar el día. Es la costumbre y en muchos casos necesidad.

Y se paga en dinero contante y sonante, y en Libras. Nada de monedas del festival ni plataformas de pago sofisticadas. Glastonbury es así.

DUCHAS Y ASEOS 

Los baños están bien dimensionados, repartidos por todo el recinto y más o menos limpios.  Hay dos tipos: los ecológicos, que son los baños secos con serrín y que, al contrario de lo que pueda parecer, son los más limpios y apañaos, y los otros, más tipo industrial, cuyas puertas metálicas emiten un ruido inconfundible al cerrarse de un portazo cada vez que alguien entra o sale. Estos últimos provocan una repugante pestilencia en unos 200 metros a la redonda. Usadlos sin problema pero, sobre todo, no acampéis cerca de una de estas bases de guerra biológica. Ciertos rumores dicen que Michael y Emily están preocupados por el tema de los baños y piensan invertir en un nuevo modelo mucho más limpio, un híbrido entre las cabinas telefónicas de londres y los míticos Toi Toi de Sziget Festival, pero ignoramos si llegarán para la edición de este año. Por cierto, si necesitais papel, en las tiendas que hacen de consigna os lo dan gratis.

Las duchas son otro cantar. Son muy escasas para la cantidad de gente que hay y resulta complicado el acceder a ellas. De hecho, podríamos decir que son un acto de fe. En el mapa están pero nosotros nunca las vimos. Un consejo muy práctico es comprar allí mismo una bolsa de agua de gran capacidad que puedes llenar en un grifo y ducharte. Aunque probablemente te llueva y la ducha venga de serie algún día. Y por supuesto, si has estado en más festis ya sabrás lo útiles que son las clásicas toallitas húmedas.


OTROS CONSEJOS 

Si en alguno de los escenarios ves un TBA (to be announced) en el programa a las 11am, no significa que el grupo que vaya a tocar a esa hora sea regular ni desconocido. El año pasado (2013), el grupo sorpresa de las 11 de la mañana del viernes eran Beady Eye. No está mal para empezar un festival.

Si escuchas a alguien decir que Fatboy Slim está pinchando por sorpresa en la carpa por la que pasaste ayer y sólo había 4 hippies en un sofá, dale una oportunidad y échale un vistazo. Lo más probable es que sea verdad.

Confía en el dios de Glastonbury y busca las sorpresas, que las hay, muchas y buenas.
 

DATOS CURIOSOS 

La Worthy Farm, que alberga el festival de Glastonbury se sitúa en un entorno mágico, cerca del misterioso complejo megalítico de Stonhenge, y en los campos de Avalon en los que se localiza la leyenda del Rey Arturo, la espada Excalibur, el Mago Merlín y los caballeros de la mesa redonda.

Hay muchos niños en el festival, incluso bebés. Es una pasada ver cómo a los pequeñajos (y no tanto) se les permite tener semejante experiencia, tan vetada en otros lares. La organización se ocupa de que estén lo más cómodos posible, niños y padres. A la entrada se pueden obtener auriculares protectores para el ruido y carros con ruedas preparadas para el campo.

No hay prácticamente marcas comerciales. En ese sentido Glastonbury sigue fiel a sus principios. En vez de eso ceden amplios espacios a las causas con las que colabora, como WaterAid, GreenPeace, Oxfam...

Michael Eavis no se lucra indiscriminadamente con la organización del festival y una parte importantísima (2 millones de Libras el año pasado) de los beneficios van a parar a estas causas y muchas otras de beneficencia con las que la familia Eavis trabaja durante todo el año. Según palabras de Michael, "el festival sólo es rentable si se venden todas las entradas".

Por último, respetad la granja. El lema "Love the Farm, Leave no trace" (ama la granja, no dejes traza) es muy importante para que año tras año se celebre el festival en Junio y la tierra pueda recomponerse durante el año, siendo pasto del ganado y parte integrante de las míticas tierras de Somerset.










Festivaleros!


Sobrevivir al Festival de Glastonbury (I)
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