Tremenda Jauría en la Riviera
Había visto a Tremenda Jauría en algunos festivales y siempre me llamaron la atención porque lo que hacían, sin haber inventado nada, era bastante original. Mezclar el ritmo de la cumbia, la combatividad del rap, lo industrial de la electrónica, el espíritu del punk y una energía desbordante hacían del concierto algo muy potente.

Pues bien, el sábado pasado en la Riviera todo eso se multiplicó por mil. Ante su gente, con la ilusión de presentar un nuevo disco 'Todxs Igual' y con esa mezcla de ganas y algún nervio por lo importante de la cita, subieron estxs chicxs al escenario a comérselo.

El lleno de la sala era apabullante como hacía tiempo que no veía y la energía desde la primera canción se notaba en el ambiente desde las primeras filas hasta detrás de la palmera. Todo el mundo estaba entregado a la perreo rave.

De lo que más me mola de la banda en directo creo que es la compenetración que tienen en todos los sentidos. Tanto cuando los intrumentos digamos clásicos, a saber guitarra, bajo etc... tienen su protagonismo, como cuando simplemente hay tres raperos soltando parrafadas sobre los ritmos - con esa manera tan madrileña de rapear tamizada de autotune-, proyectan una unidad y una sincronización que mantiene el concierto siempre muy arriba.

Ellxs se lo pasan genial en el escenario, eso se nota en las miradas y las sonrisas, y eso se transmite al público. Se puede palpar que a sus seguidores les tienen enganchados a la buena onda, al baile pero también a lo que quieren decir.

Tremenda Jauría en la Riviera

 

Porque Tremenda Jauría tienen el mensaje superclaro y lo lanzan durante todo el concierto igual de claro, sin fisuras. No al patriarcado, aquí estamos las feministas, hay que pasarlo bien y bailar, sí, pero hay que dejar claro que todxs somos iguales hasta que lo entienda todo el mundo. Y que juntxs es mejor. Porque nos tenemos, somos, dicen, y qué razón tienen.

Una gran celebración conjunta de banda y público con todos esos ingredientes, con la que uno de los integrantes bromeaba que iba a ser lo más parecido a su boda. Y un grupo con voz y estética propias, que no se parecen a casi nadie y que han dado el salto a nuevos territorios sonoros manteniendo la esencia. Todo un logro.

Seguiremos atentos a ver qué nos siguen proponiendo esta Tremenda Jauría.

Y como fin de fiesta, el surrealismo de ver a toda La Riviera cantando sin cesar 'yo quiero bailar toda la noche', canción que Sonia y Selena cantaban hace 20 años, y que todxs seguían coreando en el baño, en los pasillos, en la calle muchos minutos después de acabar el concierto. Autotune para el pueblo.

kboy


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