Y vuelvo a escribir, y no sé qué poner…

Definitivamente Viña Rock brilló de nuevo. Edición número 26 del festival, número 16 para mí.

Abonos y “promos” de bebida agotados con unas semanas de antelación… Lo nunca visto. ¡Y mira que hemos visto cosas!

Llegamos prontito el jueves. Vamos a casa, descarga trastos, abrazos. Venga que empieza… ¡corre! Viña Rock: solo pienso en bailarte.

Fiesta de presentación y unos maravillosos Balkan Bomba para despegar. Poca gente pero genial para afianzar nuestros pies en el terreno. Ese terreno que pasará a ser nuestra casa las próximas 96 horas. 

Reencuentros, ampliar la familia, más abrazos. Y volar, y volver a ser yo misma de nuevo. 

Nativa e Itaca Band ¡vamos bien! pero vamos a cenar que luego se agradece.

Por fin, La Cabra Mecánica. Me encantaron y me los gocé muchísimo. Un plato de calamares, cervecita sin alcohol.

No entendí a Huecco en el cartel. Pero vamos, ningún problema y ningún límite pa mi guerrera.

Funkiwis, especiales, divertidos y de casa. Acabamos con Serial Killerz, geniales y muy animados. ¿tradición ya para cerrar la fiesta de presentación?

Serial Killerz

 

Y a la carpa de temazos que nos vamos a esperar el día. Eso sí, lo del polvo del suelo hay que arreglarlo, pero ya. Después de alargar la noche, descansar lo mínimo (a veces me siento y pocas veces me tumbo) y comer algo, vamos a por el viernes. 

Cacheos máximos en la puerta, sin beso ni nada.

Llego con Zoo dándolo todo y con un público entregado y revolucionado. El escenario principal latiendo en el idioma en el que pienso y siento. Especial. 

Desakato, Boikot y Mafalda. Hay grupos que siempre suenan mucho, y muy bien. Encontrarse en la farola. Un ratito del tributo a Fito y a dormir. 

Mi cuerpo el sábado me permite entrar a primera hora. Dakidarría, Sínkope, Celtas Cortos, Auxili … Hacer boca para el plato fuerte del día: Los de Marras. ¿Qué decir que no haya contado ya más de una vez por aquí? Pues que los siento, los canto y los bailo desde las entrañas. Pero ¡cómo costó caminar y escucharlos bien!, ¡qué lástima! 

Seguimos con un ratito de O’Funkillo y el espectáculo que es ver a Pepe Bao dialogando con su bajo. Maravilloso. Talco y La Fúmiga. Corto, se me hizo corto. Tributo a Estopa… ¿cantamos sin parar? Y la luna se cayó del cielo y ¿qué me cuentas del tiempo que pasamos en la carpa de temazos? Pues, que me trae por la calle de la alegría y el festejo. De la noche soy prisionera.

No llegar a todo. El niño de la Hipoteca, Xavi Sarrià, Uoho, Iseo & Dodosound, Tanxugueiras, lo siento, no pudo ser esta vez. Y es que menudo pitote de grupos.

El último día bailar ya es mi forma de andar. Tengo más energía de la que debería y es que la música es la fuerza que me lleva en el pulso que mantengo.

Cantar y bailar con La Pegatina aunque haya días en los que no estés para primeras filas. Disfrutar con Narco como si no los hubiese visto nunca. Los conciertos con espacio para saltar molan mucho.

Que Ska-P toque 25 horas y que Huntza te guste mucho, para acabar con un, para mí, descafeinado tributo a Nirvana. 

Los de Marras

 

Control de pogos. Cisterna caída. Tortilla prefabricada. Empanada de comida. 

Mirar los horarios que te has impreso en tu camiseta sin parar. WC’s más limpios, poder recargar tu pulsera con la cantidad deseada. Alguna mejora hemos notado. Viña Rock solo puedes seguir avanzando.

Escuchar a Dubioza todo el rato y decir: viñarock! más traer y menos poner. Vivir y volar bailando junto a tu familia festivalera. 'Sois gente de puta madre, joder' Y si vuelvo a nacer, os buscaré para volver a ser amiga vuestra. Nos queremos y nos cuidamos. Si se hace de noche y hay que atravesar la multitud, dame la mano y llegamos: a la farola, a mear, a la barra, a cenar… Nunca caeré si voy con vosotros.

Los últimos momentos. No querer irte nunca. Va, la penúltima media hora y nos vamos. Y es que ni tanto ni tan pogo.

Historias y recuerdos que guardo a fuego. Cárceles de alegría. Y sentir que ya me falla la voz, que estoy sorda de un oído, que corre el vino tinto por mis venas y mis poros supuran música, alegría y buen rollo. Chute bueno de vitaminas anuales y necesarios, mi hábitat natural. 

Y es que nos acabamos el Viña en tres calás. Celebramos y bailamos lo que somos, nuestra vida, la alegría de estar juntos, la música, la reivindicación, los cánticos, las risas muy oportunas, los llantos que valen la pena… brindemos por volver un año más.

Viña Rock, tú te quedas a mi lado y el mundo me parece más amable, más humano, menos raro.

Anna Cupa

Miradas furtivas

 

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