Un viejo trampero en BBK live

Después de dos días intensos, el sábado daba un poco de pereza subir hasta Kobetas. Las tapas del Casco Viejo eran tentadoras y la meteorología había anunciado lluvia toda la tarde. Sin embargo, las imágenes de los periódicos con lo que nos esperaba la última noche nos arrancaron el espíritu festivalero y salimos del bar de la Plaza Nueva encaminados al Metro. Una mención especial al sistema de autobuses San Mames- Kobetamendi: servicio continuo y gratuito, ninguno de los tres días hicimos cola para subir. Tan sólo a la vuelta del ultimo día esperamos unos quince minutos, avanzando al grito espeluznante de SAN MAMEEES!! de un señor que distribuía la masa a palmetazos en las espaldas. 

Japanese Voyeurs en su jardín

Volviendo al sábado, al llegar al recinto del BBK nos encontramos de bruces con el final de Japanese Voyeurs en el stage 1,  poco público frente a una exultante Romily Alice dándole caña al guitarreo como si estuviera en el jardín de su casa. Reverencia y media vuelta, para no perderse a Seasick Steve en el otro escenario, un trampero grunge y mito viviente del blues, que hizo aparición bebiendo a morro de una botella de tinto (a very good spanish wine!) y limpiándose las barbas con la manga de la camisa de cuadros. Arrancó con unas trepidantes notas de blues de pantano y nos fue mostrando el funcionamiento de un banjo eléctrico hecho con una caja de puros y una colección de cajas de cerillas y otro instrumento indescriptible fabricado con un tronco. Acompañado por la imparable batería del alambique veloz, desarrolló su bagaje de años y años de buena música. Después, nos presentó con ceremonia su último trabajo: You can't teach an old dog new tricks, y sacó a escena a una rubia aterrorizada a la que dedicó una "canción de amor" para espanto de la rubia y diversión de los presentes. Al final del concierto nos dimos cuenta de que nos había dejado boquiabiertos y con la impresión de estar frente a una auténtica leyenda.

Dr.J

Seasick Steve en el Alambique Veloz