Uno de los platos fuertes del pasado Derrame Rock en Ourense fue ver al "loco" en acción. Las pequeñas dudas iniciales que teníamos sobre el repertorio que nos enseñaría en la noche del viernes se disiparon enseguida en cuanto Loquillo agarró el micro como si lo llevara haciendo toda la vida, cabeza alta y esa mueca de arrogancia en la cara, y empezó a cantar 'Lo esconden de las luces y los focos...'
Yo no sé si la mayor incorrección política es ser tú mismo, como dice él, pero lo que está claro es que si algo es Loquillo es él mismo, con la presencia del que está bastante de vuelta de todo y todavía quiere más, del que con la mirada te dice 'qué me vas a contar a mí', con la sensación de salir al escenario a hacer lo que le apetezca en cada momento, como un chaval sin nada que demostrar pero demostrándolo en cada frase, en cada gesto, con cada postura y movimiento de caderas. Puede parecer un tanto exagerado pero nos pareció un concierto muy punki, a su manera.
De negro riguroso y tupé casi gris ya, la lección de rock que da Loquillo es antológica y recomendable. Escucharle sentado en su Cadillac solitario o diciendo La mataré en directo es encontrarte automáticamente en ese lugar y momento en el que estás agusto, como gatos en un callejón. Sin poder evitarlo, el "loco" me trae recuerdos de algo que apenas fue y ya nunca será pero que siempre estará ahí, en forma de rock'n'roll actitud.
Le dedico esta canción a todos los que alguna vez fueron, son y serán los mejores.
Buena semana Festivaleros!
kboy
"algo que apenas fué y ya nunca será...." ciertamente SIN COMENTARIOS!
ResponderEliminarPrimero de todo, gracias por leernos y comentar, aunque sea sin comentarios..
EliminarTe recomiendo esta entrevista con Loquillo de donde saco algunos pasajes: http://rollingstone.es/specials/view/loquillo-historia-de-tres-ciudades
"...Muy divertido. Sonaba rockanrol en todas partes....La ciudad que conocí ya no está, pero no me importa, tu patria es tu infancia, a partir de ahí... Todo es decadencia. Murió la Barcelona underground..."
"...Mientras, Madrid se iba convirtiendo en ‘el lugar’. Para mí Madrid era el mundo. Yo iba a Rockola, dejaba el petate y siempre tenía con quien irme a dormir. En aquellas noches de primeros de los ochenta en Madrid, siempre había un sitio al que ir y otro en el que quedarse. Fantástico..."
Leyéndola me vino a la cabeza qué hubiera pasado si yo hubiera coincidido en aquellas ciudades en aquellos momentos. Y es lo que quise contar con la frase que señalas.
Escuchar a Loquillo, siempre me recuerda sensaciones de mi infancia. Para un chaval de ciudad pequeña (nada que ver con Madrid ni Barcelona) para el que, por circunstancias, el rock español y casi el pop eran, casi, una batalla personal sin demasiados aliados allá por principios de los 90, todas estas historias, que hoy personifico un poco en Loquillo, me traen recuerdos de una época y actitud que conocí muy de refilón en algunos bares que frecuentaba, fancines que devoraba y de la mano de algún que otro sabio al que escuchaba...que me dejaron entrever el ambiente genuino perdido apenas unos años atrás. Ese ambiente, esa ebullición cultural que los que la disfrutaron dicen que no volverá y al que llegué tarde por no tanto. Por eso mi relación con ese mundo en ese momento "apenas fue y ya nunca será", pero siempre tengo presentes las sensaciones de esos momentos de descubrimiento tardío, mi descubrimiento del rock, por así decirlo, junto con muchas otras cosas.
Hay otras épocas musicales/vitales que me hubiera encantado vivir, de las que ni siquiera estuve cerca, el NewYork del hotel Chelsea y Woodstock, o el Bronx de DJ Kool Herc y el nacimiento del hiphop, el Londres de los Sex Pistols y los Clash...un montón de historias que "nunca fueron", para mí.
Pero he vivido y disfrutado otras como el que más y no me quejo. Es sólo un juego de imaginación.
Y ciertamente Loquillo me sigue acompañando desde entonces y me trae muchos más recuerdos que ese. Recuerdos de noches en el bolero, de intentar tocar ‘El ritmo del garaje’ con la primera guitarra, de la magia de un coche enorme atravesando NYC con el loco de banda sonora, recuerdos cantados con amigos, recuerdos de personas especiales con las que compartí tantas cosas y de las que no he vuelto a saber...recuerdos junto al mervellé con la luna en mi cabeza y a los pies la ciudad, quizás el martini me hizo recordar...
kboy