500 Millas son, más o menos unos 800 kilómetros, que es, más o menos, la distancia que hay entre Madrid y Toulouse, o, más o menos, la distancia entre Salamanca y Barcelona. Y así podríamos seguir hasta darnos cuenta de lo entrelazadas que están las líneas de nuestras vidas, tanto que creemos estar a miles de kilómetros de distancia de alguien cuando en realidad son sólo 500 millas o apenas tres minutos y medio.

Eso debieron de pensar los publicistas que aprovechando el cambio de milenio relanzaron este éxito de finales de los ochenta usándolo en una campaña de publicidad en la que se hablaba, precisamente de las comunicaciones para unir a las personas que están separadas por medio millar de millas o más. Algo que también debieron ver los productores de Hollywood que la hicieron abanderada de una más que discreta Benny&Joon allá por 1993.

Y es que este hit de The Proclaimers se ha convertido en un auténtico himno. Y no sólo en Escocia, patria natal de Charlie y Craig, padres de la criatura, sino también en toda Europa y hasta en el otro lado del charco. Y si no, que se lo digan al joven Ted y al joven Marshall que no podían dejar de escucharla en bucle en aquel Fiero tan particular.

Una canción que no puede faltar en cualquiera de esas noches festivaleras porque invita a bailar, a levantar tu pinta y brindar. A recordar que quizá, 500 millas no son nada y que el sentimiento de lejanía a veces sólo existe en nuestras cabezas, porque aunque alguien esté a 500 millas puedes sentirlo a tu lado. Y porque, de vez en cuando, es bueno conseguir una sonrisa buscando The Angels' Share.

J&B

I'm Gonna Be (500 miles) by The Proclaimers

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