Cuando llegamos a Le Bikini nos recibe el potente sonido de los luxemburgueses Heavy Petrol and The Greyhounds, con la voz de ogro del blues de un gigante llamado "Woody" Mario Bruns. A nuestra izquierda, un grupo sostiene una acalorada conversación en flamenco, a nuestra derecha, un hombrecillo intenta comunicar con la chica que vende discos en una mezcla de inglés y francés aderezada con un acento indefinido, detrás tenemos a tres personajes de otro tiempo, mascullando en español para aliviar la tensión que precede a la salida a escena. Por si fuera poco, nos tenemos que abrir paso entre una muchedumbre de belgas para conseguir una cerveza y, cuando pagamos la primera ronda, nos dan el cambio en euros austríacos... Qué está ocurriendo esta noche en Le Bikini de Toulouse? El hombre del sombrero de cowboy nos da la respuesta con su voz cavernosa: la ruta 66 se ha desviado este weekend por la ciudad de Toulouse, buddy. Es el European Blues Challenge 2013: la Unión Europea del Blues!
Así fue el comienzo de dos días de extrañas alucinaciones en las que conocimos a los personajes más extraños venidos de otros tiempos y de lugares lejanos trayendo con ellos los sonidos de Memphis y del delta del Mississippi fraguados en los rincones más exóticos de Europa. Algunos, verdaderos artesanos del blues, como el dúo de ingleses Babajack y su guitarra hecha con una caja de Oporto, o los venerables eslovacos Bonzo Radvani y Lubos Bena, excéntrica pareja de hombres orquesta; otros, grandes bandas de largo recorrido, como los belgas Hideaway o los sólidos alemanes Tommy Schneller Band. No faltaron los que anunciaron la evolución del blues a las diferentes formas del rock, como los noruegos Yngve and his Boogie Legs, cuyo boogie-woogie estaba ya muy cerca del rock and roll y los suecos Matti Norlin and Badge, que encontraron graves dificultades para esconder el metal, el grunge y el punk que se les escapaba por los bordes de la alfrombra blues. Los jóvenes holandeses Sugar Boy and the Sinners se quedaron con el público por su descarado sonido y estética 60´s y los croatas Sunnysiders nos dejaron un buen sabor de boca con una solista muy eficaz, un guitarrista experimentado y un percusionista melenudo de gafas oscuras con aire de Capitan Cavernícola, que daba un contraste simpático al ambiente. La banda que más sorprendió a todos por su original desafío fue la de los polacos Harpcore, que salieron con cuatro armónicas y nos bordaron un brutal Higher and higher.

Los tres grupos ganadores, aún invadidos por la euforia, nos regalaron dos temas en una Jam impresionante, en la que todos tuvieron la oportunidad de lucirse. No sabíamos si atender a la armónica de Andrei Rotariu, de los Soul Serenade, a las voces privilegiadas de las dos vocalistas, Verónica Sbergia y Adelina Chivu, a las guitarras soñadoras de Chino y Max de Bernardi o al duelo mortal entre los dos contrabajistas. Al final, nos volvimos para casa, satisfechos del sentido festivalero que nos había conducido a comprar y hacer firmar sendos discos a dos de los ganadores antes de que se conociera el resultado final y con unas ganas locas de intentar ir a Riga al año que viene donde los locos del Blues se volverán a reunir para recrear la magia del European Blues Challenge.
Dr. J y Dr. P
Big Leg Woman, by Veronica and the Red Wine Serenaders
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