El fin de semana del 10 al 12 de Mayo estuvimos en Cáceres, en la 22ª edición (sí, sí, 22!!!) del WOMAD. Bueno, nosotros y varios miles de personas más, porque si algo caracteriza a este festival es la masiva afluencia de público. Con gente de diversos países, la mayoría jóvenes, el buen rollo se "respira" en el ambiente. Una ausencia total de incidentes destacados, un servicio de limpieza y una colaboración de los asistentes ejemplar, hacen de este festival una referencia mundial en la organización de eventos.
En esta ocasión, probablemente por la disminución del presupuesto, nos pareció una programación un tanto irregular. Alternándose grupos de primera línea y con un sonido muy trabajado, con otros que a su lado parecían demasiado amateur y con el único atractivo de su exotismo. Por temas de agenda, solo pudimos asistir a los conciertos del sábado. Particularmente íbamos buscando dos, Hanggai (China) y Rokia Traoré (Mali).
El primero, en la plaza de San Jorge, desprendió una energía brutal. Algo más de una hora de concierto en un recinto hasta la bandera. Curiosa mezcla de grupo, comenzando por las ropas, entre trajes tradicionales y ropa de cuero. Y siguiendo por un sonido muy dificil de definir, donde tan pronto aparece música tradicional como sonidos más duros.
El plato fuerte de la noche y probablemente del festival fue Rokia Traoré, representando al país protagonista de esta edición (Mali). La plaza mayor de Cáceres se quedó pequeña para la masiva asistencia de público. Durante más de dos horas la artista convenció al público con sus canciones, que sin renunciar a sus raíces africanas, huyen de los tópicos y presentan un sonido muy elaborado. Una puesta en escena sobria, ayudaba a que todo el protagonismo fuera para su voz y su música. Un broche de oro para esta edición del WOMAD.
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