Dice mi sabio y a la vez amigo kboy que le ganan para la causa esos tríos potentes en los que una guitarra, un bajo y una batería valen para sonar sólidos y rotundos. Suelo estar de acuerdo con él, y esta vez no es una excepción. Pero aquí me gustaría añadir una variante personal. A mí los que me ganan, de corazón, para la causa son los dúos potentes no, potentísimos. Me asombra como sólo dos personas sobre el escenario pueden enganchar al público de esa manera o cómo sólo dos músicos con su habilidad consiguen sonar en un disco infinitamente mejor que algunas bandas con tantos músicos que ni caben en un CD o en un escenario. Dúos conocidos, como, por ejemplo The Black Keys, pero existen otros más minoritarios y con tanta calidad como ellos como los franceses The Inspector Cluzo.
Junto a ellos, desde el año pasado, viene pisando muy fuerte el fenómeno conocido como Royal Blood. Estos dos chicos llegados desde lo más profundo de Inglaterra han pegado desde que sacaron su primer single "Out of the Black" y su primera cara B "Come on Over". Apadrinados por un valor seguro como los Arctic Monkeys, su sonido no ha parado de crecer en poco más de un año, llegando a tocar, en Festivales de la talla de, ojito, South by Southwest o Glastonbury y más humildemente y en tierra patria, el DCode del año pasado, donde cuentan los que allí estuvieron que lo reventaron. De hecho, si acercas tu oído al césped de esos campos de rugby todavía se oye retumbar el "Figure it Out".
Con estas credenciales aterrizan de nuevo en España. Tras recolocar sus conciertos por enfermedad, llegarán a la Sala Apolo de Barcelona el próximo 31 de Marzo y el 1 de Abril estarán en La Riviera de Madrid. Para celebrarlo les dedicamos La Canción de la Semana. Podríamos haber elegido cualquiera de las diez que dan nombre al disco homónimo de la banda. Pero nos quedamos con "Blood Hands". Una canción que recoje la esencia de Royal Blood.
Esencia que se refleja en ese arranque en solitario del bajo de Mike Kerr al que acompaña luego con su voz. Que sigue con esos movimientos sobre las cuerdas para que aparezca la batería de Ben Thatcher y acompañe envolviendo toda la canción. Un envoltorio del que se sale por momentos la voz de Mike para acompañar las notas de un bajo que suena con un estilo que nos recuerda a esas grabaciones sucias hechas en los garages más oscuros de Inglaterra, al blues propio de una guitarra pero que aquí sostiene el bajo a la perfección, al grunge que nos llegó en los noventa del otro lado del océano. En definitiva a una mezcla que acaba por dar un estilo propio, diferente. El estilo Royal Blood, marca registrada.
J&B
Junto a ellos, desde el año pasado, viene pisando muy fuerte el fenómeno conocido como Royal Blood. Estos dos chicos llegados desde lo más profundo de Inglaterra han pegado desde que sacaron su primer single "Out of the Black" y su primera cara B "Come on Over". Apadrinados por un valor seguro como los Arctic Monkeys, su sonido no ha parado de crecer en poco más de un año, llegando a tocar, en Festivales de la talla de, ojito, South by Southwest o Glastonbury y más humildemente y en tierra patria, el DCode del año pasado, donde cuentan los que allí estuvieron que lo reventaron. De hecho, si acercas tu oído al césped de esos campos de rugby todavía se oye retumbar el "Figure it Out".
Con estas credenciales aterrizan de nuevo en España. Tras recolocar sus conciertos por enfermedad, llegarán a la Sala Apolo de Barcelona el próximo 31 de Marzo y el 1 de Abril estarán en La Riviera de Madrid. Para celebrarlo les dedicamos La Canción de la Semana. Podríamos haber elegido cualquiera de las diez que dan nombre al disco homónimo de la banda. Pero nos quedamos con "Blood Hands". Una canción que recoje la esencia de Royal Blood.
Esencia que se refleja en ese arranque en solitario del bajo de Mike Kerr al que acompaña luego con su voz. Que sigue con esos movimientos sobre las cuerdas para que aparezca la batería de Ben Thatcher y acompañe envolviendo toda la canción. Un envoltorio del que se sale por momentos la voz de Mike para acompañar las notas de un bajo que suena con un estilo que nos recuerda a esas grabaciones sucias hechas en los garages más oscuros de Inglaterra, al blues propio de una guitarra pero que aquí sostiene el bajo a la perfección, al grunge que nos llegó en los noventa del otro lado del océano. En definitiva a una mezcla que acaba por dar un estilo propio, diferente. El estilo Royal Blood, marca registrada.
J&B
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