Muchachito Covid-free en Madrid

Sí, estamos locos y la semana pasada fuimos a uno de esos conciertos de 'pop/rock' (qué más dará el género) de los que dice el ministro de cultura que no se pueden hacer.

Lo primero que debemos hacer, pues, es responder a nuestra propia pregunta.

¿Cómo es ir a un concierto en sala en tiempos del Covid?

Pues para empezar a despejar fantasmas debemos decir que visto lo visto, es seguro y que es posible.

Que sí, que es cierto, que no somos médicos ni epidemiólogos y sólo expertos en música en directo, pero todos vamos cogiendo algo de experiencia sobre cómo comportarnos en estos tiempos en busca del equilibrio entre la seguridad y la ameba. Y según nuestra experiencia, un concierto como al que asistimos de Muchachito Bombo Loco Club parece mucho más seguro que muchas de las situaciones de la vida cotidiana (transporte público, supermercados, parques llenos de gente...)

Quizás haya mucha gente que no lo sabe pero la sala La Riviera de Madrid lleva todo el verano haciendo conciertos con la etiqueta de "Crew Nation", un ciclo que en este caso intenta para dar visibilidad y fondos a esas personas alrededor del artista a las que llamamos crew (técnicos, músicos, personal de gira, producción de eventos....). El ciclo de conciertos ha incluido nombres como Guitarricadelafuente, Izal, El Kanka o Celtas Cortos entre muchos otros y los que quedan. 

Ponemos de ejemplo a esta sala, pero mientras escribimos pensamos en todas y cada una de las personas que se están empeñando en estos tiempos en que la música en directo no se silencie, con mejor o peor suerte.

Porque es que la palabra es esa. Empeñarse. Para intentar vencer las trabas tanto de la naturaleza como de algunas cabezas, hay que empeñarse para poder ir a conciertos y por supuesto para hacerlos. De forma segura, haciendo malabares, con todas las limitaciones, sin forzar las cosas. No es nada fácil y menos sin un atisbo de ayuda ni siquiera de aprecio por parte de las instituciones. Los resultados no son los ideales comparando con el pasado, pero hay que hacerlo.

Por eso queremos dejar clara cómo fue nuestra experiencia cuando nos dirigimos a la Riviera para reencontrarnos con esta sala y con Muchachito.

Muchachito en Madrid



Lo primero que nos encontramos al llegar a la sala es que en la cola para entrar nadie se apelotona, porque con aforos tan limitados (limitado a unas 500 personas), sin hacer soldout y la responsabilidad de la gente, se entra con tiempo y poco a poco. Para los despistados, el personal de entrada recuerda las normas a cada momento, además de tomar nombre, apellidos y teléfono de todos los asistentes. Dentro la pista está dividida en dos por el centro, con unas cintas. Hay parte derecha e izquierda y los accesos a las dos partes son distintos dependiendo de la entrada que compraras. En toda la sala hay filas de sillas plegables unidas con bridas entre sí.

Una vez dentro, habiendo cogido un poco de gel de manos, alguien nos pregunta cuántos vamos juntos. En función del número de personas te asignan unas sillas, precintando las dos a la izquierda y las dos a la derecha de tu grupo. En todo momento hay encargados de controlar tanto el uso de mascarillas, que la gente no se levante de sus asientos o responder a cualquier duda.

No hay merchandising a la venta. No entraremos a valorar las razones por las que no se pueden vender ordenadamente camisetas a 300 personas en dos puestos de merchan, aunque las tiendas de ropa, mercadillos o centros comerciales están abiertos a diario. Tampoco sabemos si es una norma de la sala en estos tiempos o decisión de las bandas.

En cualquier caso la novedosa espera termina y las luces empiezan a parpadear y sale Muchachito con su pañuelo de forajido y su telecaster al hombro y se sienta en su batería modificada para poder tocarla con los pies y por un segundo todo es medio normal. Te olvidas de que estás sentado, de que tienes un bozal puesto, de que no puedes hablar con desconocidos, echas un trago previa retirada de máscara y levantas la mano para cantar con ganas. Estás en un concierto de 'pop/rock' y el mundo, si bien ya no gira como antes, al menos sigue girando.

Muchachito Covid-free en Madrid

Como en toda situación nueva, algunas triquiñuelas van saliendo solas, como aprovechar para pegar unos bailes cuando vas a la barra a por bebida o al baño (también separados por zonas de la sala). Mientras suena 'La quiero a morir' te sale una sonrisa detrás de la máscara, das palmas y culebreas en tu silla dejándote llevar por el rumbeo, porque si te paras a pensar te sientes algo ridículo.

Los artistas también tienen un papelón encima del escenario. Muchachito nos recuerda que no nos podemos levantar, 'como en el tren de la bruja', que algunas canciones se olvidan de no cantarlas, se escucha a la gente pidiendo canciones. Tampoco debe ser fácil para ellos acostumbrados a recibir dosis de energía desde la audiencia.

Pero la conclusión sigue siendo la misma. Es todo muy raro pero hay que hacerlo. Hay que empeñarse. Si te importa esta movida es el momento de apoyarla sin tapujos. Porque es posible que cuando todo pase, si es que pasa, queden muchas menos salas, músicos, promotores, técnicos, comunicadores, pipas, roadies... a los que apoyar.

Esta semana hay convocadas marchas a nivel estatal para reivindicar los eventos culturales y poner sobre la mesa su dramática situación. Será el jueves 17 de Septiembre y puedes encontrar información bajo los hashtags #alertaroja #hacemoseventos.

kboy


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