El Sevdah nació en la época otomana como un sentimiento profundo y melancólico que, con el tiempo, se transformó en una expresión musical clave en Bosnia y Herzegovina. Más que un género, es una forma de sentir.
Mezclando Sevdalinka y músicas actuales, Divanhana reinventa un patrimonio bosnio en vías de olvido. Su enfoque audaz y contemporáneo ha conquistado públicos más allá de los Balcanes.
Nos encontramos con ellos en el Babel MusicXP de Marsella, donde hablamos con Selma Droca, la poderosa voz y compositora principal del grupo, y con Neven Tunjić, el pianista y arquitecto sonoro de Divanhana.
Neven Tunjić: Estamos muy felices de formar parte de Babel Music XP, sobre todo porque es un espacio que reúne a muchos músicos, estilos y mundos diferentes. Cada vez que participamos, aprendemos algo nuevo. Por ejemplo, mientras ensayábamos y luego paseábamos, escuchamos a alguien tocando y dijimos: “Oh, qué bonito modo, qué melodía tan interesante”. A veces incluso conoces gente, conectas con ellos y de ahí surgen colaboraciones. Estamos agradecidos por esa oportunidad.
F!: Selma y Neven, he leído que vuestra banda se formó en la universidad de Sarajevo, ¿es así?
N.T: Sí. Aunque Selma lleva tres años en la banda, los miembros originales somos yo, Najat (acordeón) e Irfan (batería). Empezamos cuando aún estábamos en la universidad.
F!:¿Cómo definiríais vuestra música?
Selma Droca: Se basa en la música tradicional bosnia llamada sevdalinka, o música Sevdah. Durante muchos años hemos tocado canciones tradicionales de Bosnia y de otros países de los Balcanes: Serbia, Croacia, Montenegro, Macedonia…Pero en el último disco empezamos a escribir nuestras propias composiciones inspiradas en esa tradición. Así que, en cierto modo, ha sido un nuevo comienzo.
Después de la pandemia del COVID, nos centramos en crear más música original. Pero también seguimos promoviendo el Sevdah tradicional.
F!: ¿Y podríais explicarnos un poco qué es el Sevdah?
N.T: La palabra “Sevdah” proviene del árabe y puede significar amor, melancolía… especialmente amor no correspondido.
A lo largo de los años, el Sevdah ha vivido gracias a la tradición oral. Es una música que nace del pueblo y que se transforma con cada intérprete.
S.D: Es decir, si yo te cuento una historia, y tú la cuentas a otra persona, la vas a modificar con tus emociones. Eso pasa con la sevdalinka: cada interpretación la transforma.
No tenemos partituras originales, todo va cambiando con el tiempo… así que nosotras también la reinterpretamos, pero desde otro lugar.
F!: ¿Por eso de "reinterpretar" algunas personas dicen que vuestra música suena a jazz, soul o clásica?
S.D: Sí, porque estudiamos música clásica, jazz y otros estilos en la Academia de Música de Sarajevo. Queríamos incorporar todo eso a nuestra música para crear un sonido moderno, conectado con nuestras vivencias y con el presente.
También hablamos de los desafíos actuales. No solo contamos viejas historias; queremos escribir nuevas.
F!: ¿Habéis recibido muchas críticas por eso, por modernizar esta tradición?
N.T: Sí, claro. Siempre hay quienes prefieren la versión más tradicional. Lo entiendo: hay elementos con los que la gente se identifica profundamente. Pero también hay una comunidad muy grande que ama esta nueva etapa del Sevdah que estamos viviendo.
Lo importante es mantenerlo vivo.
S.D: Y además, si no te gusta algo, simplemente no lo escuches. No pierdas tu tiempo criticando.
F!: En España pasa algo parecido con el flamenco. Cuando se le añade electrónica, también surgen muchas críticas.
N.T: Exactamente. A nosotras nos pasó lo mismo cuando colaboramos con el guitarrista flamenco Luis Robisco. Grabamos una canción llamada Bajami, intentando unir Sevdah y flamenco.
Y sí, hay gente que nos dice que eso “no se puede hacer”, pero lo hacemos igual.
(Bajami – Divanhana ft. Luis Robisco)
F!: ¿Qué mensaje o sentimiento queréis transmitir al público?
N.T: Nuestra música habla de cosas simples, cotidianas, que nos importan: como tomar café, la belleza de las mujeres de Bosnia, o nuestros paisajes. Cada sevdalinka es como un mensajero al mundo, hablando bien de nuestro país. Queremos ser embajadores de lo bonito de Bosnia.
F!: En nuestro medio amamos la música balcánica. Hemos visto muchas
bandas, y siempre en la música de los Balcanes hay mucha emoción y
muchas historias.
¿Qué mensaje o sentimiento queréis transmitir a
vuestra audiencia a través de vuestra actuación? ¿Hay alguna historia
detrás de alguna canción, algo especial?
N.T: Nuestra
música habla mucho sobre la tradición, sobre cosas que como comunidad,
como bosnios, amamos: por ejemplo, tomar café, que es muy importante
para nosotras. También sobre la belleza de nuestras mujeres, o sobre la
belleza de nuestro país, de la naturaleza.
Cada sevdalinka es como una pequeña parte de nuestra vida. Como un pequeño mensajero al mundo, diciendo algo bonito sobre Bosnia. Intentamos hacer eso: ser embajadores de las cosas buenas que tiene nuestro país.
F!: Bosnia es una mezcla de culturas…
N.T: Sí, totalmente. No hay muchos países en Europa con tanta diversidad. Y queremos mostrar esa riqueza cultural.
F: Hablando de ciudades, ¿hicisteis un álbum en directo en Mostar? ¿Tiene algo especial esta ciudad?
N.T: Sí. Mostar es una de las grandes ciudades de Bosnia. Allí dimos un concierto durante la gira de nuestro álbum Zukva (2016), y fue tan especial que decidimos grabarlo y publicarlo.
S.D: Fue un momento mágico. Para nosotras, la energía es fundamental. En los conciertos íntimos o en festivales grandes, siempre buscamos esa conexión con el público. Queríamos capturar esa energía también en el estudio, así que invitamos a nuestra comunidad online a grabarse cantando una canción tradicional conocida. Vamos a incluir sus voces en nuestro próximo disco, que saldrá en septiembre.
N.T: Y por responder a la pregunta: Mostar es especial, sí, pero no es única en Bosnia. Casi todas nuestras ciudades son así de diversas. Tal vez esa sea la única constante en nuestro país: la diversidad.
F!: ¿Y “mágico” significa que todo el mundo estaba conectado en el momento, tanto el público como vosotr@s?
S.D:
Exacto. Para nosotras la energía es muy importante, tanto en formato íntimo como en grandes festivales. Queremos tener esa energía y compartirla con el público. Vamos a sacar un nuevo álbum en septiembre, y en una canción queríamos reunir a la gente.
Porque en vivo tienes al público delante y sientes su energía, pero en el estudio solo estás tú, el productor y el ingeniero de sonido. A veces falta esa espontaneidad. Por eso quisimos sacar este live de Mostar.
Pedimos a la gente en nuestras redes sociales que grabaran sus voces con esa canción una tradicional muy conocida y nos enviaran sus grabaciones. Queremos incluirlas en el álbum.
F!: ¿Recibisteis muchas?
S.D: Sí, ¡muchísimas! Desde Australia, Serbia, Montenegro, Canadá, Suiza, Suecia… de todos los lugares donde hemos tocado antes. Y eso, eso es lo que nos da combustible. Esa vibración, esa unidad.
N.T: Para nosotros cada concierto debería ser mágico. No grabamos todo y luego vemos qué suena bien. Solo grabamos cuando sentimos que algo real está pasando. Y eso está profundamente ligado a la emoción. La música no debería ser rutinaria. Debería tener alma. Y cuando todo lo demás acompaña el sonido, el público, los técnicos , entonces la magia fluye.
S.D:
En los últimos años hemos tocado muchos conciertos donde todo se alineaba, y eso es lo que nos hace disfrutar tanto de este camino. Intentamos vivir el presente, mantenernos frescos. Al final, el punto de partida y de llegada para nosotros como banda es que nos guste lo que hacemos. Si no nos convence a nosotros, ¿por qué le gustaría a los demás?
N.T: Y tampoco buscamos gustar a todo el mundo. Hay música que yo mismo no escucho. Solo queremos sentirnos libres. Y eso es importante, porque venimos de un país lleno de contrastes y diversidad. Y realmente vivimos felices en ese país.
Siento que el mundo necesita más diversidad, no menos. No entiendo cómo alguien puede ver la diversidad como un problema. Para nosotros, es aprendizaje constante.
F!: Habéis tocado antes en el festival Balkan Trafik, ¿verdad?
S.D: Sí, dos veces.
F!: ¿Y este año tocaréis en el festival Welcome in Tziganie?
N.T: Sí, es nuestra segunda vez allí.
F!: Está bien, esta es vuestra música, viene de vuestro país. Pero cuando se habla de música balcánica a nivel internacional, muchos dicen que ya no tiene futuro, que fue un fenómeno de los 90. ¿Qué opináis?
N.T: No estás equivocado en tu pregunta, pero nosotros nunca decimos que somos una banda “balcánica”. Siempre decimos que hacemos música de Bosnia.
S.D: Exacto. No sentimos que hagamos música “balcánica”, al menos no en el sentido en que suele entenderse: las fanfarrias, las trompetas serbias, Goran Bregović… Nuestro sonido es distinto. A veces usamos trompetas, sí, pero con un enfoque más elegante, incluso con toques de jazz.
Ayer mismo escuchábamos la grabación del concierto en Mostar, y hay momentos muy suaves, muy íntimos. No es una música que quiera captar la atención desde el primer segundo, como suelen hacerlo las fanfarrias. Hoy, caminando por Marsella, escuchamos unas trompetas a tres calles de distancia. Nuestra música es otra cosa… algo más sutil.
¡Buen concierto esta noche en Marsella, y nos veremos en el Welcome in Tziganie!
Divanhana se presentará el Viernes 25 de abril en el festival Welcome in Tziganie, Auch (Francia). No te los pierdas si quieres sentir el alma del Sevdah en versión contemporánea. Entrevista + fotos : Vincent