A treinta años del lanzamiento de su álbum debut, Jorge du Peixe de Nação Zumbi reflexiona sobre el legado del manguebeat y la vigencia de su propuesta revolucionaria
La revolución del manguebeat: de Chico Science a la eternidad
En los primeros años de la década de 1990, Recife era una ciudad en crisis. Considerada una de las peores urbes del mundo para vivir, parecía un lugar poco propicio para una revolución musical. Sin embargo, fue precisamente desde ese lodazal urbano donde emergió uno de los movimientos más innovadores de la música brasileña contemporánea: el manguebeat.
Francisco de Assis França, conocido como Chico Science, fue el visionario que junto a Jorge du Peixe fundó Chico Science & Nação Zumbi en 1991. La propuesta era audaz: fusionar los ritmos tradicionales de Pernambuco —maracatu, coco, ciranda, embolada— con rock, hip-hop, funk y psicodelia. No era solo música; era un manifiesto cultural que reivindicaba la periferia como centro creativo.
El debut discográfico llegó en 1994 con "Da Lama ao Caos", producido por Liminha (ex-Mutantes). El álbum desafió todas las convenciones: en lugar de una batería tradicional, utilizaron tres tambores de maracatu. El resultado fue un sonido único que conjugaba la ancestralidad africana con la modernidad urbana, la tradición pernambucana con la vanguardia internacional.
Temas como "Antene-se" y "A Cidade" se convirtieron en himnos generacionales, mientras que la estética del mangue —con su icónica antena parabólica clavada en el barro— se expandió por todo Brasil. El movimiento trasciendió la música, abarcando artes plásticas, moda, cinema y literatura, transformando Recife en un polo cultural emergente.
"Afrociberdelia" (1996) consolidó la propuesta de la banda, pero el 2 de febrero de 1997 un accidente automovilístico llevó la vida de Chico Science a los 30 años, en pleno apogeo creativo. Brasil perdía a uno de sus artistas más innovadores, pero su legado apenas comenzaba a germinar.
Tras la tragedia, los miembros supervivientes decidieron continuar como Nação Zumbi, honrando la memoria de su líder pero construyendo una identidad propia. Bajo la coordinación musical de Jorge du Peixe, la banda ha mantenido viva la llama del manguebeat durante más de 25 años, lanzando álbumes como "Radio S.amb.a" (2000), "Futura" (2005) y "Nação Zumbi" (2014).
Hoy, Nação Zumbi no solo preserva el ADN revolucionario del manguebeat, sino que lo proyecta hacia nuevas generaciones. Su música ha trascendido fronteras, llevando los ritmos de Pernambuco a escenarios internacionales y demostrando que la propuesta de Chico Science era, efectivamente, música del futuro.
Han pasado tres décadas desde que Nação Zumbi lanzara "Da Lama ao Caos", un disco que cambió para siempre el panorama musical brasileño. Jorge du Peixe, uno de los fundadores de la banda junto al fallecido Chico Science, nos recibe para hablar sobre el impacto duradero de su primer disco y su relevancia en el contexto actual.
Nação Zumbi se presenta este jueves 24 de julio por primera vez en Madrid, llevando el legado de "Da Lama ao Caos" a una nueva generación de oyentes que descubrirá por qué este álbum sigue siendo tan revolucionario como el primer día.
FESTIVALEROS!: Han pasado 30 años desde el lanzamiento de "Da Lama ao Caos". ¿Cómo ves el impacto de este álbum en la música brasileña y en la trayectoria de Nação Zumbi hoy?
JORGE DU PEIXE: Es un álbum duradero, ¿verdad? Hay gente que todavía se sorprende al escucharlo hoy. Es un álbum muy adelantado a su tiempo, y cuando lo revisitamos para crear el repertorio y tocarlo completo, nos damos cuenta de que suena fresco incluso treinta años después.
Llevamos el álbum al escenario tal como fue concebido; el álbum es el protagonista, porque interpretamos las canciones tal como están organizadas. Algunas nunca las habíamos tocado en vivo, y eso es genial. Durante los ensayos, al repasar los arreglos, retrocedes en el tiempo; la música tiene ese poder. La memoria musical es increíble.
Hay algo nuevo con cada escucha de este álbum. Descubres algo nuevo, es una locura. El álbum es audaz, lleno de matices y valora tanto la cultura local como la global.
F!: Háblanos del proceso de grabación con Liminha...
JDP: Liminha dejó una huella imborrable en el disco. Era exmiembro de los Mutantes, un tipo que hasta entonces no había trabajado con pieles de animales: tres tambores de maracatu y ninguna batería convencional. Cuando escuchó la maqueta, no oyó platillos ni batería tradicional, porque no era eso. Era una caja de batería en moldes de ciranda, de coco. Y tres tambores, además de percusión y efectos.
Esta formación de tambores aportaba algo completamente diferente. Siempre hemos estado muy conectados con los ritmos. Chico y yo veníamos del hip-hop, bailábamos break, éramos b-boys. Toda la cultura del hip-hop estaba arraigada, además de la cultura local. Creces escuchando maracatu, coco, ciranda. Todo esto está dentro de ti; es inevitable que aflore.
Nunca nos autodeclaramos una banda de maracatu. Usamos la batería como un sample orgánico. Tocábamos los ritmos del maracatu y otros, pero no necesariamente teníamos que ser puristas. Usamos los tambores como instrumentos, punto.
F!: El manguebeat marcó una época. ¿Cómo lo defines hoy?
JDP: Se habla de post-Tropicália... Ningún otro movimiento originalmente brasileño se destacó tanto como el mangue desde entonces. No existe exactamente un "género mangue". ¿Qué sonido es este que vino de Pernambuco? Me parece interesante no estar categorizado hasta el día de hoy.
Nuestra idea es no repetirnos en cada álbum. Todo lo que adquirimos a lo largo del camino —cine, literatura, cómics, amigos, música— no podemos decir qué es, y creo que eso es genial.
F!: ¿Cómo era el contexto de Recife en los noventa?
JDP: En 1994, Recife fue considerada la cuarta peor ciudad del mundo en varios aspectos. Casi no había escenarios, solo algunos espacios pequeños que casualmente se abrieron a la escena rockera emergente.
Entonces llegó el arte, el cine, la moda, artistas plásticos, todos concentrados en Recife. Las cosas empezaron a cambiar. El Carnaval Multicultural de Recife se basó en estos principios. Las letras tenían un enfoque social. El hambre, la sequía... eso está impreso en el disco. Treinta años después, mucho no ha cambiado.
F!: ¿Qué ha evolucionado positivamente desde entonces?
JDP: El aspecto técnico, la forma en que se interactúa con la cultura local, los festivales... Aunque es una pena que Abril Pro Rock haya anunciado una pausa recientemente. Mantener un festival en Brasil sigue siendo una lucha sin el apoyo adecuado.
Pero hay evolución. Con la tecnología más accesible, los equipos, la difusión musical a través de plataformas digitales, todo se ha acercado más.
F!: ¿Qué recuerdas de trabajar con Chico Science? ¿Qué parte de su visión sigue viva en Nação Zumbi?
JDP: Conocí a Chico antes de hacer música. Bailábamos break dance, nos encantaban los discos. Intercambiábamos libros por discos en librerías de segunda mano.
Chico era una fuerza unificadora, lleno de ideas, siempre motivando a la gente. Pero estaba tan loco como todos nosotros. Entramos al estudio siendo prácticamente unos niños, y Chico estaba emocionadísimo. Todos lo estábamos.
Habíamos ensayado mucho. Llegamos con el 70% del álbum listo. Liminha ya había escuchado la maqueta y sabía de qué se trataba, pero aún así todo era nuevo para él. Fue una gran lección para nosotros entender cómo las ideas toman forma en un gran estudio.
F!: ¿Qué mensaje te gustaría que esta nueva generación encontrara en "Da Lama ao Caos"?
JDP: Sería bueno que entendieran que escuchar un álbum significa escucharlo completo. Hoy la gente consume música como cigarrillos: 30 segundos y ya está, todo se vuelve muy "TikTokizado".
Este álbum es conceptual y debe escucharse en su totalidad. Está concebido como una obra completa. Es música del pasado hecha para el futuro, y creo que sigue siendo muy actual.
F!: ¿Algún momento particularmente memorable?
JDP: Grabar este álbum fue muy memorable; todo era nuevo. Ver cómo las ideas de los ensayos tomaban forma en un gran estudio, con Liminha guiándonos. El productor tiene el don de mostrarte mejores posibilidades. El estudio es el mayor escenario donde las cosas suceden, cambian y se transforman.
Es increíble cómo la música viaja y se mantiene viva.
Podéis comprar las entradas para el concierto de Nação Zumbi el jueves 24/07 en la Sala Mon Madrid.
Foto: Olívia Leite