Las tiendas quechuas han crecido como champiñones alrededor de la nuestra: hicimos bien de acampar por la mañana, pero claro, la experiencia es un grado... El cubo de sangría pesa lo suyo pero no importa, ya tenemos un brazalete que nos franquea el paso a la zona imaginaria. En la zona imaginaria la gente puede acampar donde quiera, siempre que sea dentro de las lineas que demarcan las improvisadas avenidas.

Un tippy se alza en el horizonte y los festivaleros corretean en todas direcciones. Uno de ellos intenta vender un colchón por diez euros, pero a nadie parece interesarle...
En nuestro rincón ficticio celebramos la conferencia de apertura con nuestros anfitriones normandos, se constituye una vez mas la República Hispanonormanda y se sacude la vieja bandera cosida a mordiscos.

Un vaso de sangría mejorada nos acompaña por la larga cuesta que lleva a la entrada del festival. Los normandos nos miran con curiosidad... españoles? que habéis venido a hacer aquí? sabéis que llueve mucho aquí no? Pero están encantados de este pequeño rayo de sol que da el toque internacional a su pequeño gran festival... los hispanonormandos ya forman parte de la fauna de Papillons de Nuit; el matiz rojo y amarillo de la iconografia de Saint Laurent de Cuves.
 Dr. J
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