El último día empieza con la gente como loca en el Main Stage frente a unos atronadores The Subways. Pero, un momento, es el último día? No puede ser... cómo vamos a hacer para sobrevivir fuera de esta isla...? No panic, no panic...Otros años ha ocurrido igual y hemos sobrevivido... Respiremos, despacio ... y en la bolsa...

#szigetpeople
La buena noticia es que hoy todos los mojitos son "el de despedida" y nosotros sabemos donde hacen el mejor de la isla de Obuda. Lo sabemos nosotros y las chicas de Axe, y tal vez también Bob Dylan, pero Bob es muy discreto y no dirá nada... será mejor así. Y aunque no nos disgusta oír de lejos a Paolo Nutini, tampoco hay nada nos obligue a hacerlo, así que nos vamos a dar una vuelta por ahí. Cerca del poblado húngaro nos cruzamos con una procesión folclórica que se abre paso entre el caos festivalero y nuestra mente se ha adaptado al absurdo hasta tal punto que aquello nos parece la cosa más natural del mundo. Al llegar al World Music Stage nos encontramos con los rumanos Fanfare Ciocarlia, que están haciendo saltar con alegría balkánica a familias enteras de locales, mezclados con okupas franceses de la zona de caravanas y miembros de la sziget crew que van acabando sus labores en la edición de 2012 y se desatan para unirse al último estertor de la fiesta.



Los caminos de la isla se van poblando de festivaleros y cuesta llegar de vuelta al Main Stage, pero lo conseguimos a tiempo para ver a Mando Diao, unos suecos que a veces suenan como si a los Rolling los hubieran secuestrado unos brit-poperos. Para mi, personalmente, una de las sorpresas más agradables del festival.  


Al final del concierto un ultraligero sobrevuela la explanada del Main Stage en cuyo centro ha tomado sitio una batucada. Los siguen un grupo de szigetpeople empujando un contenedor para contribuir al estruendo batuquero. Llegan los primeros festivaleros disfrazados de LMFAO, cosa que tampoco es complicada: basta con llenarse el cuerpo de pintadas fluorescentes o ponerse una caja en la cabeza y listos para saltar con Red Foo y Sky Blu. Está claro que lo que hacen los LMFAO tiene mucho más de espectáculo que de artístico, pero a veces, sienta bien un momento de fiesta total rodeado de miles de personas. Apuramos el concierto hasta el final, pero enviamos una avanzadilla al Arena a ver Amon Amarth. Mi amigo k boy viene impresionado por el Death Metal de los nórdicos y su radical puesta en escena: unos clásicos de lo más duro, otra cruz en la agenda particular de nuestro chico de la k.

The Killers

Van pasando las cervezas y nos acercamos al final de la programación del Main Stage. La explanada está de bote en bote: en unos minutos The Killers saldrán a cerrar el escenario principal de Sziget Festival. Ha caído la noche y ello les permite una salida espectacular entre pantallazos de colores. Reconocemos perfectamente al grupo, y ellos también parecen reconocerse. Impresiona la seguridad en su propia eficacia: las notas, los acordes, las canciones que tan bien conocemos se van engranando sin ningún problema. Y después de Somebody Told Me y de haber constatado que son exactamente igual de buenos que en el CD, tenemos ganas de fiesta, así que nos vamos a cerrar el World Music Stage. Atravesamos la isla entre un tumulto increíble, que ha descubierto y desbordado hasta nuestros atajos más secretos. Cuando llegamos a nuestro destino, nos está esperando nuestro querido Goran Bregovic, ya con todo puesto y el concierto bien encaminado. No podía ser de otra manera: Sziget 2012 ha sido el festival del World Music, es aquí donde hemos pasado nuestros mejores momentos y es aquí donde corresponde acabarlo, entre las canciones del genio del Kalashnikov y con un último Bella Ciao sobre la isla, himno que levanta las pasiones y eleva las almas y las inspira a la revolución festivalera.
Goran

Sziget 2012 ha acabado, pero aún queda mucho que hacer sobre la isla. Hemos quedado con unos buenos amigos en el Chuck Norris para celebrar que ya falta menos para el año que viene. Un poco de vorosboroskola para apagar el fuego de una pizza rabiosa y listos para seguir en la brecha. La isla está invadida de pollos sin cabeza y en un descuido, el amigo Luis desaparece ante nuestros ojos sin dejar rastro. No hay duda: la isla lo ha vaporizado, ha comenzado el colapso. La multitud no ignora que el fin esta cerca y todos buscamos refugio. Una marea de cabezas nos bloquea la entrada de la carpa A38, así que decidimos escondernos del colapso vaporizador en la Roma Tent. Alli nos reunimos con los espíritus del sziget pasado, presente y futuro y nos dejamos llevar por el gitaneo balkánico de DJ Gaetano Fabri and Balkan Hotsteppers. Nos vamos despidiendo de todos. Charlie desaparece engullido por la fila de los taxis, en los bares no queda palinka y nos refugiamos en el último lugar que pone música ochentera hasta que amanece y se detiene el vendaval. Sabemos lo que viene luego. Hace rato que han salido los lunis, pero no queremos irnos a dormir, no habrá un mojito de despedida en algún garito? El estruendo ha dejado paso al ruido y el ruido al murmullo, el silencio es imposible, pero la calma impresiona. Quechua plegada y mochila a la espalda, los supervivientes abandonan la isla entre los restos del naufragio. Un año más cruzamos el puente de vuelta a la realidad, contando en silencio, uno por uno, los 365 días que nos separan de nuestra próxima aventura sobre esta increíble isla de Obuda.  

Dr. J

 


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