BBKK Live 2016

Había muchas ganas de volver a las campas de Kobetamendi. Después de que el décimo aniversario ofreciera un concierto de Muse para recordar, la undécima edición del Bilbao BBK Live prometía. Y mucho. Varios centenares de festivaleros se plantaron en la puerta a las cinco de la tarde. Querían ser los primeros en llegar. Aunque el plato fuerte haya sido Pixies, el jueves era el turno de otros grandes: Arcade Fire. Luz, espejos y muchas ganas de bailar para un pistoletazo de salida de lo más interesante.

El festival comenzó con calma. Bajo un sol de justicia -un milagro tratándose de Bilbao- Little Scream se encargaron de dar la bienvenida, con un rock dulce para empezar a despertar a las fieras. Al mismo tiempo, se estrenaba el quinto escenario del festival, y había que catarlo. Basoa -bosque en euskera- es la zona reservada a los djs. En las anteriores ediciones las mesas de mezclas han estado instaladas allí mismo pero esta vez la marcha era ininterrumpida. Desde las 5 de la tarde hasta la hora de cierre. Y la primera impresión no pudo ser mejor. En medio de una zona arbolada, todo estaba decorado con enredaderas y hasta había unos cuantos fardos de paja para poder tomarse una cervecita fría con la calma. Rompió el hielo Abu Sou, y aunque tuvo un debut discreto, la fiesta se fue animando cada vez más. Al final de la noche, el recinto acaba convirtiéndose en una auténtica rave.

BBKK Live 2016 Mientras escuchábamos la marcha de Rural Zombies, llegó el momento de ver a Years & Years. El público más adolescente ocupaba las primeras filas. La gente estaba eufórica y Olly Alexander, ‘Shine’ se encargó de caldear el ambiente y con ‘King’ llegó la locura. Hasta los que habían optado por relajarse un rato en alguna de las laderas de pusieron en pie con el rompepistas de la tarde. El trío británico estuvo a la altura.
pletórico. No dudó en bajar del escenario para cantar junto a sus seguidores -con amplia mayoría femenina, por cierto-. Se llevó unos cuantos besos, fue cazado por decenas de cámaras y hasta se llevó un regalo, aunque no le quedó del todo claro lo que le habían dado.

Con el ánimo por las nubes, llegó la noche con M83. Eso sí, se hizo esperar. Con 20 minutos de retraso sobre el horario previsto, salió al escenario cuando se escuchaban algunos silbidos desde el público. En cuanto los franceses pisaron las tablas todo el mundo se entregó a sus ritmos electrónicos. También en su caso, la canción más popular del grupo fue la encargada de poner el broche y de dejar con ganas de más. ‘Midnight City’ resonaba todavía en la cabeza de los festivaleros cuando llegó el momento de ponerse un poco nostálgicos.

New Order hizo subir la media de edad. Nada que ver con los que hace unas pocas horas saltaban con Years & Years. Kobetamendi se llenó de camisetas de Joy Division y echó la vista atrás. Mientras tocaban ‘Bizarre Love Triangle’ algunas voces se preguntaban: ‘esos tocan también aquí, ¿no?’. Pues sí, curiosamente, Triángulo de Amor Bizarro estaban en el cartel, aunque su turno fue el sábado. Además de recordar éxitos como ‘Blue Monday’ se encargaron de tocar la fibra sensible. Con ‘Love will Tear us Apart Again’ reapareció Ian Curtis. El que fuera líder de Joy Division surgió en la pantalla para interpretar un tema que bien podría ser catalogado como himno.

Y cuando New Order aún estaba terminando su concierto, la masa empezó a acercarse al escenario principal. Era el turno del plato fuerte. Arcade Fire se metió al público en el bolsillo desde que hizo acto de presencia. Con un espectacular juego de luces y espejos -su último disco se llama Reflektor (2013)- se encargaron de hacer que el enorme escenario por momentos pareciese hasta pequeño. Arrancaron con fuerza y con un tema que parecía toda una declaración de intenciones: ‘Ready to start’. Para entonces Bilbao volvía a ser Bilbao y una fina lluvia caía sobre los festivaleros. El sirimiri vasco está abonado al festival. ¿Alguien recuerda un año en el que no haya llovido aunque sea un poco?

BBKK Live 2016


La banda, compuesta por una decena de personas totalmente entregadas a la causa, arropaba a la perfección a Win Butler. El líder de la banda se confesó nervioso al salir a escena, no en vano tenía a unas 30.000 personas pendientes. Es una cifra que impresiona, aunque conviene que recordar que, tras dos años de llenazo absoluto, esta vez no han colgado el cartel de ‘no hay entradas’.

Arcade Fire fue pasando de éxito a éxito mientras ofrecía un auténtico espectáculo. Hasta pasaron por el escenario los simpáticos cabezudos inspirados en todos los miembros de la banda que aparecieron en el videoclip de ‘Reflektor’. Armados con pompones, fueron una auténtica revolución. A todo esto, Win Butler nunca estuvo solo para entonar temazos como ‘Afterline’, ‘Neighborhood’, ‘Rebellion (Lies)’, ‘The Suburbs’... Imposible no ponerse a saltar como un loco.

Pero lo mejor estaba aún por llegar. Los canadienses se habían reservado un as en la manga. Barra libre de confeti para entonar ‘Wake up’. Bilbao -bueno, Bilbao y la cantidad de ‘foráneos’ que se apuntan cada año al festival- se encargó de hacer los coros y de entonar a pleno pulmón ‘uooooh, uooooh’ bajo una lluvia que ahora le daba hasta un toque romántico a la velada. Para acabar, un último consejo de Butler: “Amaos entre vosotros”. 

Maiztegi
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