Imagina Funk


Sabéis que Los Festivaleros! somos muy fans de las iniciativas hechas desde el cariño, y así es ImaginaFunk, un equipo de gente en el entorno propicio para que estas cosas pasen.

El que os escribe ha sido un enfermo del género desde que me encontré con Prince gracias a los casetes de mi hermana. Ya había oído hablar sobre este festival allá por el 2010, cuando vivía en Madrid, y escuché un extracto en Radio3. Me sorprendió la familiaridad y buen rollo del que hablaban los locutores y los músicos, así que lo he mantenido en el radar desde entonces aunque, por unas cosas o por otras, siempre me había sido imposible asistir. Como este año se habían alineado los planetas, tenía los días y tocaba repartirse los eventos entre el equipo de Los Festivaleros para cubrirlos, a mi me tocó el cupón del soul y pude acudir a este rincón del funk al que tenía muchas ganas de hincarle el diente.

Torres, un pueblo cariñoso
Imagina Funk
El respetable partiendo la pista a ritmo de afrobeat durante el concierto de Bixiga 70


Uno de los puntos fuertes de Imagina Funk es, sin lugar a dudas, el lugar donde se celebra. El pueblo de Torres, es una pequeñísima localidad a las faldas de sierra Mágina, que aporta no sólo un bello entorno sino, más importante si cabe, temperaturas frescas para soportar la torradera de final de julio en Jaén, casi tan famosa como su aceite de oliva.

Comenzamos nuestra aventura cuando, al bajar del autobús y empezar a encarar la cuesta que llevaba al camping, una chica del pueblo se acercó y se ofreció a subirnos en su coche (donde, por cierto, un municipal nos abrió la puerta con una galantería digna de la alfombra roja). Tras asentarnos buscamos a Rafa, encargado de prensa, para que nos acreditase. He aquí otra de las positivas sorpresas: el acceso a tomar instantáneas en el foso es totalmente libre, nada de acudir con antelación, firmar contratos de derechos de imagen o esperar colas. Este comienzo nos anticipaba lo que más tarde veríamos: un ambiente de hermanamiento, campistas de lo más amable y, sobre todo, mucha gente que repite la experiencia.

Imagina Funk

Una vez instalada la tienda de campaña mientras sonaban las sesiones de los DJs ganadores del concurso que el festival organiza todos los años, y ya preparados para funkear, pudimos disfrutar de los jienenses Maldito Swing y de la primera jam en el camping, de la mano de la Imagina Funk Band, una serie de músicos amigos provenientes de varias agrupaciones como The SweetVandals o Speak Low, acompañando a la cantante Nora Norman, dueña de una fina y estilosa voz.

Bebida en mano, emprendimos camino a la plaza de toros y conocimos a los que han sido nuestros principales compañeros de viaje: Rogelio y Elena, publicitarios de Madrid con espíritu joven y vivo, que no pararon de bailar en los dos días. ¡Todo unos fenómenos!

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Nuestros amigos Rogelio y Elena (y mucha más gente) pasándolo como enanos

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Buena gente y mejor rollo en Imagina Funk


Take 1 – Latin

Los ritmos latinos como el mambo, la cumbia o la rumba están pegando cada vez más fuerte por toda España gracias a colectivos como Conspiraciones Tropicales o Tierra Candela. En Imagina Funk no son ajenos a estás tendencias, y el primer día de actuaciones estuvo marcado por un carácter bien sabrosón. Pese a lo que acabáis de leer, el comienzo no pudo ser más soulero. Nos agradó mucho ver que, al más puro estilo gospel, como si nos encontrásemos en una iglesia de Mississipi, el rapero Frank T hacía de maestro de ceremonias entre cada actuación, algo que levanta los espíritus y allana el camino para lo que viene detrás.

Imagina Funk
Los granadinos Los 300
Comenzaron la fiesta los TWMCollective, probablemente el grupo más puro funk del festival y dejaron paso a Los 300, con un sonido amplio gracias a su uso de los loops. Sólo 3 personas conseguían llenar el espectro pasando del funk al afrobeat.

Cuando empezábamos a tener el cuerpo caliente llegó la, a nuestro juicio, banda menos acertada del festival: Jorge Durán y su Jalea de Mambo. No ya por su calidad que está fuera de toda duda, sino porque esa propuesta de latin jazz easy-listening que suena a lobby de hotel es soporífera para ese entorno y esa hora. Además, su nula interacción y preocupación por el público terminaron de rematar la faena.

Menos mal que Nickodemus, Nappy G y Bosq of Whiskey Barons con su espectáculo Turntables on The Hudson son capaces de levantar a un muerto con un viaje en su nave del ritmo desde los nuevos ritmos latinos, pasando por el afrobeat, el funk y acabando en la electrónica. La propuesta de dos DJs mezclando y un percusionista llenando de ritmo el escenario nos pareció soberbia. Mención especial para la fresquísima remezcla del famoso tema Apache, que nos puso en todo lo alto.

Ya cansados y esperando coger colchoneta nos retiramos aunque, para nuestra sorpresa, encontramos uno de esos momentos joya que regala la vida: tres chicos se encontraban tocando la guitarra, el ukelele y cantando, a lo que se unió Sergio, el camarero del camping y amante del flamenco, en una improvisada jam hasta el amanecer.

Mucho flow es lo que hay en la sierra de Jaén


Take 2 - Afro
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César Merino, director artístico del festival, charla con los chicos de HornDogz

Por la mañana, y tras revivir con una caña al más puro estilo festivalero (todo sea dicho, porque el camping carecía de café y de productos de desayuno), hicimos nuevos amigos que venían de Jaén, Madrid y Sevilla, incluso un alemán que vive en Las Alpujarras. Tras un baño reparador en la piscina del pueblo, tomamos un rato para entrevistar a César Merino, director musical del festival, músico y viejo conocido de Radio 3, con quien tuvimos una interesante charla sobre la salud del género funk en España y sobre el futuro de esta cita que podréis descubrir en la entrevista completa que pronto publicaremos.

Preparados para la segunda ronda, y tras beber un vasito de gazpacho reparador, ya que quedaba poco más en la barra del camping a esa hora, volvimos al mini de kalimotxo, la cerveza y nos enfundamos el estómago de acero para una nueva sesión festivalera al calor de la Imagina Funk Band, esta vez con algunas caras nuevas, como el anteriormente citado César Merino poniendo el ritmo en el bajo.


Imagina Funk
La Imagina Funk Band en formato jam, dando calor a la tarde en el camping

Desde la primera edición del Creamfields Andalucía en Villaricos, uno de los primeros festivales a los que acudí en mi vida, me di cuenta de que la panceta es el mejor aliado de un festivalero: alimenta, sacia, hace poso para lo que vendrá después y crea esa película de grasilla en el estómago que nos libra de todo mal. Así que tras chascarnos ese bocata y bailar desde el Aserejé hasta La Cabra Mecánica en la terraza del restaurante junto a la plaza de toros en un comienzo de sesión de lo más bizarro, volvimos a tiempo de ver comenzar a los brasileños Bixiga 70, la agrupación más en forma de todas las que pudimos disfrutar.

El afrobeat, la samba y el dub reclamaron su lugar en la pista de baile con esta formación de 10 músicos que dan un giro brasileiro al género que acuñó el maestro Fela Kuti allá por los 70. De la misma manera que en la vida de la leyenda africana, hubo un momento para el activismo político con una fuerte crítica a la gestión política de Temer en su país natal. Solos de percusión, riffs llenos de ritmo y vientos que hacen de melodía hicieron las delicias de todo el mundo, la satisfacción se notaba en las caras y en el contorneo de los cuerpos. Y pudimos comprobar cuánta razón tenía nuestra compañera Adriana al recomendarlos.
Imagina Funk
Bixiga 70. Sin duda, lo mejor del festival



Todavía con la sonrisa en la cara, los franceses HornDogz tomaron el escenario para convertirse en la sorpresa: un funk bien gordo que unas veces se perdía por las cumbres del jazz y otras por las del hip-hop. Una propuesta fresca y arriesgada, y un gran acierto a celebrar.

Tras este chute de ritmo y adrenalina, la Imaginafunk Band se subió al escenario para ofrecer un homenaje al padrino del soul: el inimitable James Brown. Reconociendo la originalidad de versionar con voces femeninas, tenemos que decir que a la banda le faltó potencia y alma. Correctos en la ejecución pero faltos de la frescura y el ritmo que caracteriza a las buenas bandas del género.


Hasta aquí el Imagina Funk 2016. Pese a algunas debilidades en un par de bandas o en la escasez de alternativas de comida, como festivaleros no podemos dejar de recomendar la experiencia. No lo decimos nosotros, lo dicen tanto los novatos como las personas que llevan acudiendo a esta cita 5, 6 ó 7 años seguidos. En un circuito repleto de festivales-fotocopia producidos en masa, programados pensando en propuestas mainstream y en hacer caja, se agradecen enormemente las propuestas cocinadas a fuego lento, con cariño y con la música por delante. Imagina Funk es una opción de festival maduro, a la que puedas acudir a pasar un fin de semana como si te encontrases en las fiestas de un pueblo, con todo el buen rollo que ello conlleva pero ambientado con un gran musicón y una sonrisa.

Por eso estamos deseando descubrir qué traerá el 10º aniversario. ¡Larga vida a Torres y al funk!

Miguel Buendía
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