Viñarock, Festival, 2017, Libertad

Libertad, dícese de aquella sensación de felicidad que te permite aislarte de todo y la cual es tan difícil de conseguir en numerosas ocasiones, bueno, pues sí, eso es el ViñaRock. Multitud de personas con pensamientos e inquietudes diversas que conviven en un entorno de paz y armonía, por eso y por otras muchas cosas, el Viña Rock es especial.

Este año, hemos podido comprobar un situ, una evolución en el festival para que todos los asistentes puedan disfrutar de las mayores "comodidades" posible. Desde mayores controles de seguridad para los accesos (tanto a nivel público como a nivel de medios, no siempre bien mirados), rehabilitación de algunas zonas comunes, así como zona de restauración más próxima a los escenarios principales. Viendo todas estas medidas, nos cuadra perfectamente la opinión de la organización, la cual nos confirmó, algo que siempre defenderemos, la esencia de un festival, es la gente. Es decir, el festival podría ser mucho más grande y tener un enfoque más orientado al negocio, por lo menos de cara al público, pero no es el camino que se quiere escoger... la prioridad es, el Festivalero!

Dicho esto, creo que otro de los aspectos a destacar de este festival es la fidelidad de los asistentes a pesar de que las condiciones meteorológicas en muchas ediciones han sido completamente adversas.  El Viñarockero es esa "especie" en la que el positivismo es una política de vida y un estado se instala confortablemente nada más llegar a Villarrobledo. El ambiente que se respira hace que el festival sea todavía más atractivo independientemente del cartel que lleve.

También me gustaría desatacar del festival, la hospitalidad de la gente de Villarrobledo. Si en algún momento durante el festival (poco probable), tienes algún tipo de incertidumbre... allí está, un villarrobletano, para echarte un cable. Se nota, que el pueblo está muy agradecido al desarrollo del festival allí, no es para menos, y hace todo lo posible porque eso siga ocurriendo en el futuro.

Viñarock, Festival, 2017, Libertad





En lo puramente musical, realizaremos un desglose de manera cronológica a como se desarrollaron los acontecimientos.

En lo relativo a la fiesta presentación del jueves, podíamos destacar (al contrario de lo que se podía suponer...ya que se había generado mucha expectación por la vuelta a los escenarios de Riot Propaganda que era en teoría el cabeza de cartel...), la evolución de The Locos. El siempre carismático Pipi, se encargó en pocos minutos de revolucionar al personal con esa virtud que tiene para transmitir jolgorio y alegría entre los asistentes a sus conciertos. La verdad que no logro entender por qué un grupo de sus características, no tocan más frecuentemente... y cuando me refiero a sus características, los pedazo de músicos que son, destacando considerablemente la sección de vientos que llevan.

Después de una de cal, en este caso antes, viene otra de arena, es decir, algo diametralmente opuesto a lo que ofreció The Locos. Si el concierto de los vallecanos fue alegría y sinergias con el público, Riot Propaganda en esta ocasión fue todo lo contrario. Fríos, desincronizados y por si esto no fuera suficiente tuvieron que lidiar con constantes problemas de sonido, una constante también y uno de los puntos más negativos durante todo el festival. En mi opinión, se notó la inactividad de la banda (cabe recordar que este proyecto ha estado un par de años parado) y el hecho de que fuera el segundo bolo de la gira también influyó negativamente en la actuación del combo valenciano-madrileño. Se pudo ver a un Mars algo desubicado entre los dos raperos, cosa que no sucede por supuesto en Habeas Corpus y que, tristemente, merma mucho la potencia del grupo.

Afortunadamente, y debido al carácter reivindicativo/incendiario de sus letras, el público pudo disfrutar de un concierto movido, ya que la música y el componente político es un buen binomio para enaltecer a la audiencia y más en Viña Rock.

The Locos Viñarock


Del aperitivo del jueves, pasamos a lo que podríamos denominar un día intenso. El viernes se juntaban ya conciertos durante toda la tarde noche como es habitual, y en la hora punta tres consecutivos de peso/velocidad. El tríptico Lendakaris Muertos + Non Servium + Boikot, no defraudó y fue uno de los momentos fuertes del festival.

Les tocó empezar la "etapa alpina del viernes" a esos locos navarros especialistas en poner patas arriba todo aquello que esté a su alcance (En mi humilde opinión, el concierto más divertido de esta edición del viña). Aitor y los suyos, dieron buena cuenta de sus ya característicos ritmos rápidos y letras ácidas. El cóctel trajo el consiguiente terremoto que se formó entre los miles y miles de fans que allí se encontraban. Tal fue la que liaron que, paradojas de la vida, el siempre espídico Aitor fue el que tuvo que pedir calma entre el respetable pues veía desde el escenario cómo cedían las vallas de seguridad que permitían contener al público. Desde el inicio del mismo y durante todo el concierto, no menos de 25 miembros de la seguridad tuvieron que estar empujando las vallas desde el foso para evitar la catástrofe que hubiera sido el que estas cedieran del todo. Otra cosa a cuidar por parte de la organización, pues tampoco es la primera vez.

Contenida la gente a duras penas, el concierto transcurrió dentro de los cauces de la normalidad (si es que se puede definir así un concierto de Lendakaris), hasta que apareció un viejo amigo de ellos tan presente en uno de sus más exitosos trallazos... EL Oso Panda!. Sí señores, leen bien, desde las frías tierras norteñas, su devorador de bambú favorito con ojeras farloperas apareció sobre el escenario y no paró de pegar botes durante el resto del concierto. Resumiendo, rapidez, solidez (la incorporación de Josemi les ha venido como anillo al dedo) y espectáculo fueron las notas predominantes en la actuación de los siempre entrañables Lendakaris.

Lendakaris Muertos

Después de la actividad física que conlleva siempre este concierto (podría parecer que venimos de correr un 20k o algo parecido), le tocaba el turno, a los especialistas en crear un ambiente turbio/chungo antes de sus conciertos. Estamos hablando de los mostoleños Non Servium.

Los hijos del espíritu del Oi! no defraudaron a sus seguidores. Son un grupo que se ha afianzado en Viña Rock relativamente tarde, pero lo que es indudable es que cada año se les ve más cómodos encima del escenario y así lo demostraron, poniendo toda la carne en el asador y haciendo uso de esa combinación de rabia y exaltación rítmica que son sus conciertos, en la que se desenvuelven como peces en el agua. Demostraron un gran nivel durante todo el concierto y como prueba de ello, fue el éxtasis final que se produjo cuando comenzó a sonar ese himno devastador que es 'A.C.A.B.'

Encendido de varias bengalas, humo, puños en alto y caras desencajadas contribuyeron a generar un ambiente más parecido a las puertas del averno que a la tranquilidad de la meseta castellana donde realmente nos encontrábamos.

A continuación de la rave del infierno q había sido Non Servium, les tocó el turno a los incombustibles Boikot.

Un viña sin Boikot... no sería el mismo viña. Tienen el honor de ser la banda que más veces ha tocado en el festival y por algo será. En lo relativo al concierto de los vallecanos, vimos a unos Boikot con una puesta en escena más "electrónica" que nunca. No, no es que hayan plagado el escenario de ordenadores, me explico. Aparte de la gran pantalla electrónica que llevan en sus conciertos desde el Rivas Rock del año pasado y en la cual incorporan imágenes relacionadas a la canción que están interpretando (lo del karaoke con la letra de Kualquier Día... quizás excesivo), han añadido algunos detalles más, como unos timbales con diodos de colores y que utilizan en determinadas canciones, así como ciertos sonidos electrónicos que poco a poco van incluyendo en los nuevos temas. Tampoco creo que Boikot vaya a acabar tocando en el Sonar, no es para tanto, sólo detalles.

Me gustaría también destacar el comienzo del concierto que tuvieron. Comenzaron con el primer single del nuevo disco todavía en gestación -y que contendrá pinceladas de folk irlandés- el cual, el single digo, fue grabado en Irlanda como homenaje a la memoria de los brigadistas y entroncando con el cortometraje que han estrenado recientemente titulado 'Jarama'.

Dicho corto rescata historias de la batalla del Jarama, en la que lucharon miles de combatientes de las brigadas internacionales durante la guerra civil española. El nuevo single en directo tiene ese aire fresco y diferente, algo muy meritorio por parte de Boikot, que pese a que el sonido es totalmente reconocible, no caen en lo fácil, y están constantemente reinventándose con sonidos nuevos.

7 Notas 7 Colores, Viñarock


La noche nos reservaba el placer de reencontrarnos con 7 Notas 7 Colores después de unos cuantos años. La parte central del concierto, en la que se cantaron varios temas del disco 'Hecho, es simple' (1997) fue un auténtico viaje al pasado. Muy bien Mucho Muchacho perfectamente flanqueado por MBaka y Tony Touch.

Acabamos bailando por un lado el ska festivo e italianísimo de Banda Bassotti, que se marcaron su tradicional versión de 'Mierda' y por otro lado con los canadienses Real McKenzies, que estuvieron faltos de potencia suplida con lo espectacular y por momentos épico de su parafernalia escocesa.

Y el Viña Rock no había hecho más que empezar...

Saltimpunki



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