La llegada a Viña Rock siempre es parecida. Conforme te vas a cercando a Villarrobledo, cae la tarde y los conciertos están a punto de empezar en la fiesta de bienvenida. Primero hay que ir a dejar las cosas, establecerse y poco a poco te va entrando el "picorcito". Un año más estás en el viña y tienes ganas de que empiece el jaleo.

Tienes ganas de llegar a los conciertos, pero sobre todo tienes ganas de ver a la gente. A esa gente con la que año tras año compartes cuatro días. A muchos no los conoces. Pero da igual. Ellos a tí tampoco. Eso va cambiando conforme avanza el festival. Después de años de viña, de ver cómo ha ido cambiando (el viña y todo lo demás), el elemento diferenciador que sigue uniendo a tanta gente en un lugar de la Mancha es algo que flota en el ambiente. Una manera de ver la vida, de afrontarla, de convivir con la diversidad sabiendo que no es ninguna amenaza. Y de rebelarse contra los que intentan hacernos creer que lo es y la intentan usar en nuestra contra.

No tiene tanto que ver con ideologías, que también. Ni con rango de edad, que simplemente no importa. Ni con clase social, cosa que al viñarockero le da absolutamente igual.

Tiene que ver con lo que decían Txarango en su concierto del año pasado. "Amamos a los pueblos de España, que no os engañen, contra quien nos levantamos es contra un estado profundamente injusto."



Sinceramente, en ese sentido creo que Viña Rock tiene algo que enseñar a eso que llaman/llamamos España. Lo que pasa es que a quien le interesa la confrontación para su propio beneficio no le interesan los abrazos, la empatía, las sonrisas y la libertad de cuatro días de festival, estés acampado, en una casa, en una furgoneta o al raso.

Es curioso cómo para algunos, la idea de algo que para ellos debe estar unido sobre todas las cosas la cimentan en fomentar separación, reproches, sentencias totalitarias, en definitiva odio.

Tiene que ver con que, después de tanto tiempo en el que muchos se siguen empeñando en destruir y separar a unas gentes, a unos pueblos de otros, en Viña Rock te piden fuego en catalán, se lo das en valenciano, empiezas a charlar en castellano, invitas a una cerveza en euskera y te dan las gracias en gallego. O en inglés, mira. ¿Y tú te crees que a alguien le importa? ¿Tú te crees que la gente es tan estúpida como para hacer distinciones en función de donde vengas, del color que tengas o de la lengua que hables? Pues no, en Viña Rock no.

Y por qué será. ¿Será que es una burbuja social dentro de un ambiente festivo y desenfrenado? Pues sí, puede ser. Todos los festivales realmente lo son un poco. Pero también puede ser que a muchísima gente de este...territorio, va, territorio, que compartimos todos, le de exactamente igual lo que intenten conseguir unos u otros en las altas esferas que no hacen más que remarcar las diferencias.

Quizá no sólo no les importen, sino que aprecien esas diferencias. Quizá sólo se preocupen por hacer que lo que hay a su alrededor sea un poco más justo, tenga un poco más de sensibilidad y ponga el foco en lo importante, en las personas.

Quizá sólo sea un delirio surgido de una rave, la locura de 80.000 hidalgos de la Mancha. Quizá. Cada uno luego saca sus conclusiones. Quizá Viña Rock sea una representación de lo que nos une. Quizá Viña Rock sea algo parecido al "país" que muchos quieren. Sin duda, para mí, Viña Rock es uno de mis países.

Y por favor, entiéndase Viña Rock como un ejemplo, un reflejo bañado de música de una sociedad que existe en la calle, en todos los ámbitos, estratos, bares, trabajos, familias, aunque se empeñen en hacernos creer lo contrario.

Da igual que seas de disfrutar a lo Han Solo, que te metas en los pogos en modo Chewbacca o seas el mayor fan del Alcohol Milenario. Aquí todos formamos parte de la resistencia contra el Imperio del odio, contra el lado oscuro. - Viñarockero dixit. Cuidado con el lado oscuro.


kboy

★ Cartel Viña Rock 2019
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