Tiene que ser un subidón subirse al escenario de la Sala El Sol para presentar tu disco. La cara de Susan Santos reflejaba esa emoción, esa adrenalina corriendo por las venas y terminando en unos dedos zurdos que se movían inquietos pero seguros sobre su guitarra. No era una noche cualquiera, era St. Patrick's Day y mientras el espíritu irish fluía por los bajos de los pubs de Madrid, en los sótanos de la Sala El Sol lo que se mascaba en el ambiente era rock, lo que se respiraba era blues.
Tiene que ser la leche salir al escenario y encontrarse una sala casi llena y volcada contigo. Da igual que sea lunes. Es entonces cuando los nervios desaparecen, cuando empiezas a hacer lo que mejor sabes: tocar tus canciones. A partir de ahí, empiezas a darte cuenta que tu sueño se ha hecho realidad que el disco que has parido cobra vida en directo, llega a la gente y engancha a un público que quiere más rock, que busca sonidos diferentes y que necesita que gente como Susan Santos tenga su hueco en las programaciones.
Por eso la sensación que da es que Susan Santos cada vez está más cómoda sobre el escenario, cada minuto que pasa crece un poco más y se gusta. Las tablas en televisión y en The Hole se notan y Susan derrocha energía y hasta sorprende su buen hacer como frontwoman (si se me permite la expresión). A ello se une tener un padrino-presentador como Manolo Fernández, voz de Radio 3, y un productor como Francisco Simón que no dudó en subirse al escenario para dejarnos un excepcional Inner City y demostrar que es uno de esos blues-man al que algún día le reconocerán su esfuerzo por la música.
No fue la única colaboración. La noche fue redonda para Susan Santos que presentaba con timidez a todo un monstruo como Carlos Goñi, alma de Revolver, con el que se marcó un duelo de guitarras mágico. Pero hubo más, Jeff Espinoza nos regaló otro dueto sensacional y el show-man y compañero de Susan Santos, Alex O'Dogherty fue de los pocos que le sacó los colores bromeando con la cantidad de ropa que llevaba y marcándose luego un duelo a dos voces a la altura de la noche.
Y así, entre amigos y con el público volcado, Susan Santos se tocó de arriba a abajo su Electric Love, que sonó más eléctrico que nunca y demostró, como nos había dicho días antes en la entrevista que tuvimos con ella, que los discos están para tocarlos, para disfrutarlos en directo. Pero además, nos regaló temas de sus anteriores trabajos y culminó con un Love Tattoo entre el público que puso el broche de oro a una noche soñada para ella. Una noche que quiso compartir con todos nosotros.
Un descubrimiento, un soplo diferente en este mundillo musical, un nombre a seguir y una recomendación para aquellos programadores con ganas de arriesgar y de mostrarle a su público algo diferente.
J&B
El album con las fotos del concierto, aquí
Tiene que ser la leche salir al escenario y encontrarse una sala casi llena y volcada contigo. Da igual que sea lunes. Es entonces cuando los nervios desaparecen, cuando empiezas a hacer lo que mejor sabes: tocar tus canciones. A partir de ahí, empiezas a darte cuenta que tu sueño se ha hecho realidad que el disco que has parido cobra vida en directo, llega a la gente y engancha a un público que quiere más rock, que busca sonidos diferentes y que necesita que gente como Susan Santos tenga su hueco en las programaciones.
Por eso la sensación que da es que Susan Santos cada vez está más cómoda sobre el escenario, cada minuto que pasa crece un poco más y se gusta. Las tablas en televisión y en The Hole se notan y Susan derrocha energía y hasta sorprende su buen hacer como frontwoman (si se me permite la expresión). A ello se une tener un padrino-presentador como Manolo Fernández, voz de Radio 3, y un productor como Francisco Simón que no dudó en subirse al escenario para dejarnos un excepcional Inner City y demostrar que es uno de esos blues-man al que algún día le reconocerán su esfuerzo por la música.
No fue la única colaboración. La noche fue redonda para Susan Santos que presentaba con timidez a todo un monstruo como Carlos Goñi, alma de Revolver, con el que se marcó un duelo de guitarras mágico. Pero hubo más, Jeff Espinoza nos regaló otro dueto sensacional y el show-man y compañero de Susan Santos, Alex O'Dogherty fue de los pocos que le sacó los colores bromeando con la cantidad de ropa que llevaba y marcándose luego un duelo a dos voces a la altura de la noche.
Y así, entre amigos y con el público volcado, Susan Santos se tocó de arriba a abajo su Electric Love, que sonó más eléctrico que nunca y demostró, como nos había dicho días antes en la entrevista que tuvimos con ella, que los discos están para tocarlos, para disfrutarlos en directo. Pero además, nos regaló temas de sus anteriores trabajos y culminó con un Love Tattoo entre el público que puso el broche de oro a una noche soñada para ella. Una noche que quiso compartir con todos nosotros.
Un descubrimiento, un soplo diferente en este mundillo musical, un nombre a seguir y una recomendación para aquellos programadores con ganas de arriesgar y de mostrarle a su público algo diferente.
J&B
El album con las fotos del concierto, aquí
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