Con esta recién adquirida costumbre de ir un solo día a los festivales, el pasado fin de semana nos desplazamos hasta territorio luso para disfrutar del Vagos Open Air, cita con el metal que cada año adquiere una mayor relevancia. De hecho, lo primero que notamos fue el incremento exponencial de público que ha sufrido el festival en un año. Pero por otro lado, lo que nos parecía raro es que en ediciones anteriores no hubiera más gente, dadas las condiciones del recinto de conciertos, la zona de acampada perfectamente acondicionada y mejorada (con su reducto vip incluido en forma de tipis) y la proximidad de los grupos (en todos los sentidos).
Esta cita conserva el encanto de no estar aún colonizado por las grandes marcas comerciales (aunque todo llegará) y mantiene el espíritu de ofrecer cada día a pocas bandas pero de gran nivel, con lo que se puede disfrutar de conciertos de cerca de hora y media, sino más, de cada grupo, algo cada vez menos frecuente. Así, en función de dicho espíritu, la forma que han encontrado para crecer este año ha sido aumentar un día la duración del evento, en este caso el domingo.
Y ese fue el día que elegimos. Sobre las 5 de tarde llegamos para ver el final de la actuación de Murk, grupo de metal gótico con toques melódicos que no nos enamoraron mucho. Tras ellos, The Quartet of Whoa!, sorpresón de banda lusa con un rocanrol stoner con toques muy salvajes. Allí nos reunimos ya un montón de gente para recrearnos con un concierto muy potente a piñón de principio a fin. Muy recomendables.
Y para potencia, lo que vino después. Unos Vita Imana ya consagrados con su tercer álbum y que salieron a comerse el escenario. Y lo consiguieron. A los de Madrid se les notaba muy cómodos. Sonido arrollador que hizo que se congregara a su alrededor un gran número de público, y que levantaran mucho, pero mucho polvo. Una auténtica gozada. Un único pero: despedirse con "see you the next!", como para luego descojonarnos de Ana Botella.
Tras ellos, uno de los platos fuertes de todo el festival: Paradise Lost. Los de Halifax suben al escenario aún de día, con un Nick Holmes un tanto mermado que se disculpa con el público por su afonía y más preocupado al principio de que se le oiga lo mejor posible. Pero poco a poco va cayendo la noche (superluna incluida), y aquello va ganando en intensidad mientras desgranan sus viejos y nuevos éxitos, entre los que destacan Remembrance, As I die y para cerrar, Say just words. Público entregado a su envolvente sonido, aunque la voz no pudo dar todos los matices a los que nos tienen acostumbrados.
Momento para ir a cenar algo, y esperar el inicio de Gojira. Nos lo tomamos con calma, pues no es precisamente una de nuestras bandas favoritas. Del concierto, lo mismo de siempre. Sonido contundente, muy buena técnica, juego de luces… pero les falta alma. Y a eso de las 11.30 de la noche, conciertos acabados, así que a disfrutar del resto de placeres del festival, entre ellos nuestra cita con el hidromiel casero, que nunca falte. Por cierto, solo recordaros que en apenas unos días, otra cita imprescindible en tierras lusas: Paredes de Coura.
Y volviendo al Vagos, ¡esos cuernos!
FROM HELL
Say Just Words by Paradise Lost en el Vagos Open Air 2014
Esta cita conserva el encanto de no estar aún colonizado por las grandes marcas comerciales (aunque todo llegará) y mantiene el espíritu de ofrecer cada día a pocas bandas pero de gran nivel, con lo que se puede disfrutar de conciertos de cerca de hora y media, sino más, de cada grupo, algo cada vez menos frecuente. Así, en función de dicho espíritu, la forma que han encontrado para crecer este año ha sido aumentar un día la duración del evento, en este caso el domingo.
Y ese fue el día que elegimos. Sobre las 5 de tarde llegamos para ver el final de la actuación de Murk, grupo de metal gótico con toques melódicos que no nos enamoraron mucho. Tras ellos, The Quartet of Whoa!, sorpresón de banda lusa con un rocanrol stoner con toques muy salvajes. Allí nos reunimos ya un montón de gente para recrearnos con un concierto muy potente a piñón de principio a fin. Muy recomendables.
Y para potencia, lo que vino después. Unos Vita Imana ya consagrados con su tercer álbum y que salieron a comerse el escenario. Y lo consiguieron. A los de Madrid se les notaba muy cómodos. Sonido arrollador que hizo que se congregara a su alrededor un gran número de público, y que levantaran mucho, pero mucho polvo. Una auténtica gozada. Un único pero: despedirse con "see you the next!", como para luego descojonarnos de Ana Botella.
Tras ellos, uno de los platos fuertes de todo el festival: Paradise Lost. Los de Halifax suben al escenario aún de día, con un Nick Holmes un tanto mermado que se disculpa con el público por su afonía y más preocupado al principio de que se le oiga lo mejor posible. Pero poco a poco va cayendo la noche (superluna incluida), y aquello va ganando en intensidad mientras desgranan sus viejos y nuevos éxitos, entre los que destacan Remembrance, As I die y para cerrar, Say just words. Público entregado a su envolvente sonido, aunque la voz no pudo dar todos los matices a los que nos tienen acostumbrados.
Momento para ir a cenar algo, y esperar el inicio de Gojira. Nos lo tomamos con calma, pues no es precisamente una de nuestras bandas favoritas. Del concierto, lo mismo de siempre. Sonido contundente, muy buena técnica, juego de luces… pero les falta alma. Y a eso de las 11.30 de la noche, conciertos acabados, así que a disfrutar del resto de placeres del festival, entre ellos nuestra cita con el hidromiel casero, que nunca falte. Por cierto, solo recordaros que en apenas unos días, otra cita imprescindible en tierras lusas: Paredes de Coura.
Y volviendo al Vagos, ¡esos cuernos!
FROM HELL
Say Just Words by Paradise Lost en el Vagos Open Air 2014
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