A Stefany June suelen definirla como un tigre salvaje sobre el escenario. Es por eso que decidió ser mitad mujer mitad felina en sus imágenes promocionales. Luego llega el momento de la verdad y demuestra que tampoco le hace falta el Photoshop sobre el escenario. ‘Shark & Tiger’ está hecha para su persona: “Si tu eres salvaje, yo lo seré más”, dice como una auténtica declaración de intenciones.
El pasado 30 de octubre esta jovencísima holandesa se subió a las tablas de la sala Azkena como parte del cartel de los ‘showcases’ -conciertos de formato reducido- dentro de la agenda del BIME. Su setlist habría hecho bailar a cualquiera, pero el público vasco tiene fama de tímido. “Tuve que acabar hablando en español para que se animaran”, dice una sonriente Stefany. No es la primera vez que se encuentra una audiencia de difícil arranque, “pero al final todos bailan”. Normal, su indie pop electrónico es irresistible. En Twitter se describe tal que así: “Si te gusta el verano, viajar, bailar, el arte, los viajes por carretera, el frisbee, la poesía y el océano posiblemente te gustará mi música”. “Son elementos que me definen como persona y están dentro de mis canciones”, comenta. Es el caso de ‘Summer’ o ‘Anything We Wanna’, solo por poner un par de casos.
Poco tarda en traer a la memoria a los daneses The Asteroids Galaxy Tour de la mano de algunos temas como ‘Burning Like a Firefly’ o ‘Is It The Whiskey?’. “¡Jamás me lo han dicho!”, ríe irónica. “Realmente fueron una gran inspiración para mí en mi primer álbum”. Sin embargo, Stefany toma ahora otros derroteros, y confiesa sentir debilidad por sonidos más alternativos como los de Little Dragon, de evidente influencia en ‘Firework’ o en ‘Hush Now’ (aunque no se olvida de su tono bailón, como en ‘Made of Steel’). Eso en lo musical, porque en lo personal admira a Sia. “Los cambios que ha experimentado, su concepto creativo… Creo que tiene una mente brillante”.
Stefany nunca quiso ser artista, al menos hasta que cumplió los 17 años. Acababa de terminar el instituto y como otros tantos de su edad no tenía ni idea de qué camino tomar después. “Todo me aburría”, recuerda. Si se le pregunta de dónde surgió entonces el gusanillo por la música, se echa reír con vergüenza. Resulta que el ‘duende’ se plantó en el salón de su casa una tarde después de ver ‘Escucha mi voz’ (2004), una película para adolescentes protagonizada por Hillary Duff. “Según terminó me acerqué al piano y me puse a cantar y a tocar como una loca. Les decía a mis amigas: ‘¿Creéis que podría gustar a la gente?’. Ellas me miraban como diciéndome: ‘Sí, lo que sea’”.
Ahora no solo es Stefany June, sino que también tiene otro proyecto musical en el que le gustaría centrarse en breve. Se llama ‘Wolf and Moon’ y lo define como una mezcla entre The XX y Angus and Julia Stone. “Tiene muchos efectos vocales y percusión virtual”, detalla. Su salto a la música pudo ser fortuito, pero trabaja duro por la decisión que tomó. Para su primer álbum recurrió al ‘crowdfunding’ para encontrar financiación. Los que aportaran dinero ayudarían a una práctica desconocida, por lo que quiso agradecer el esfuerzo dando todo de su parte. A todos y cada uno de los 78 colaboradores les obsequió con complementos de cuero hechos a mano por ella misma y con las letras escondidas en su interior: pulseras y estuches para cedés más fotos con el proceso de grabación. “Estuve un par de meses solo trabajando en los regalos. Pero me gustan las nuevas ideas y quiero ofrecer algo más personal”, cuenta la artista.
En su corazón también se queda Bilbao, donde espera volver pronto. Sabe lo que hará mañana, pero preguntar por algo más lejano es en vano. Stefany no tiene claro su futuro, pero eso es lo que más le gusta: lo inesperado de su profesión, que más que carrera es aventura. “Hace unos años no sabía qué hacer con mi vida… Y empecé a cantar”.
- Y si no lo hubieras hecho, ¿dónde habrías acabado?
- Probablemente ahora mismo sería una profesora de música amargada. Ahora solo sé que quiero cantar y viajar.
Ergo
Uno de los vídeos con el talento de Stefany June
El pasado 30 de octubre esta jovencísima holandesa se subió a las tablas de la sala Azkena como parte del cartel de los ‘showcases’ -conciertos de formato reducido- dentro de la agenda del BIME. Su setlist habría hecho bailar a cualquiera, pero el público vasco tiene fama de tímido. “Tuve que acabar hablando en español para que se animaran”, dice una sonriente Stefany. No es la primera vez que se encuentra una audiencia de difícil arranque, “pero al final todos bailan”. Normal, su indie pop electrónico es irresistible. En Twitter se describe tal que así: “Si te gusta el verano, viajar, bailar, el arte, los viajes por carretera, el frisbee, la poesía y el océano posiblemente te gustará mi música”. “Son elementos que me definen como persona y están dentro de mis canciones”, comenta. Es el caso de ‘Summer’ o ‘Anything We Wanna’, solo por poner un par de casos.
Poco tarda en traer a la memoria a los daneses The Asteroids Galaxy Tour de la mano de algunos temas como ‘Burning Like a Firefly’ o ‘Is It The Whiskey?’. “¡Jamás me lo han dicho!”, ríe irónica. “Realmente fueron una gran inspiración para mí en mi primer álbum”. Sin embargo, Stefany toma ahora otros derroteros, y confiesa sentir debilidad por sonidos más alternativos como los de Little Dragon, de evidente influencia en ‘Firework’ o en ‘Hush Now’ (aunque no se olvida de su tono bailón, como en ‘Made of Steel’). Eso en lo musical, porque en lo personal admira a Sia. “Los cambios que ha experimentado, su concepto creativo… Creo que tiene una mente brillante”.
Stefany nunca quiso ser artista, al menos hasta que cumplió los 17 años. Acababa de terminar el instituto y como otros tantos de su edad no tenía ni idea de qué camino tomar después. “Todo me aburría”, recuerda. Si se le pregunta de dónde surgió entonces el gusanillo por la música, se echa reír con vergüenza. Resulta que el ‘duende’ se plantó en el salón de su casa una tarde después de ver ‘Escucha mi voz’ (2004), una película para adolescentes protagonizada por Hillary Duff. “Según terminó me acerqué al piano y me puse a cantar y a tocar como una loca. Les decía a mis amigas: ‘¿Creéis que podría gustar a la gente?’. Ellas me miraban como diciéndome: ‘Sí, lo que sea’”.
Ahora no solo es Stefany June, sino que también tiene otro proyecto musical en el que le gustaría centrarse en breve. Se llama ‘Wolf and Moon’ y lo define como una mezcla entre The XX y Angus and Julia Stone. “Tiene muchos efectos vocales y percusión virtual”, detalla. Su salto a la música pudo ser fortuito, pero trabaja duro por la decisión que tomó. Para su primer álbum recurrió al ‘crowdfunding’ para encontrar financiación. Los que aportaran dinero ayudarían a una práctica desconocida, por lo que quiso agradecer el esfuerzo dando todo de su parte. A todos y cada uno de los 78 colaboradores les obsequió con complementos de cuero hechos a mano por ella misma y con las letras escondidas en su interior: pulseras y estuches para cedés más fotos con el proceso de grabación. “Estuve un par de meses solo trabajando en los regalos. Pero me gustan las nuevas ideas y quiero ofrecer algo más personal”, cuenta la artista.
En su corazón también se queda Bilbao, donde espera volver pronto. Sabe lo que hará mañana, pero preguntar por algo más lejano es en vano. Stefany no tiene claro su futuro, pero eso es lo que más le gusta: lo inesperado de su profesión, que más que carrera es aventura. “Hace unos años no sabía qué hacer con mi vida… Y empecé a cantar”.
- Y si no lo hubieras hecho, ¿dónde habrías acabado?
- Probablemente ahora mismo sería una profesora de música amargada. Ahora solo sé que quiero cantar y viajar.
Ergo
Uno de los vídeos con el talento de Stefany June
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