Desde hace unos años siento una pasión reverencial por Nick Cave. El australiano combina como pocos letra y música, formando en cada tema una amalgama de sensaciones de la que es difícil evadirse.
De su último disco, Push the Sky Away (2013), yo me quedo con este blues poético de letra surrealista y desgarradora. Un tema que, si cabe, en directo se vuelve mucho más envolvente, incluso descarnado.
Un viaje a Ginebra como hilo conductor, árboles en llamas, Robert Johnson tratando de engañar al diablo una vez más, Miley Cirus flotando en una piscina (no deja claro si boca arriba o boca abajo)... estos son sólo algunos de los elementos que podemos encontrar en este desconcertante tema.
Es de esas canciones que escuchas una vez tras otra y cada vez le encuentras algo nuevo, algo que te hace volver a escucharla una vez tras otra. Y encima resulta que leyendo una entrevista descubro que la grabaron en una sola toma: 'nació con un loop. No un loop, sino algo sobre lo que improvisamos en el estudio y que solíamos usar como fondo musical y sobre el que yo cantaba. Yo tenía algunas letras, más largas de lo que han acabado siendo.'
Parece ser que las grandes historias o salen a la primera, o no salen. Y es que la música, además de un conjunto de corcheas y semifusas, tiene ese componente mistérico que hace que se convierta en algo especial en nuestras vidas.
Especial, sobre todo, cuando se comparte.
FROM HELL
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