Esta historia podría hablar de música en Sziget Festival 2015, pero, después de las últimas noticias, no lo va a hacer (o al menos, no mucho). Esta historia habla de personas viviendo una de las experiencias de su vida.

Personas como Amaya y Laura que no tuvieron el mejor aterrizaje en la Isla pero que se marchan con la sonrisa de haberse dejado atrapar por el espíritu de Obuda y hasta con alguna lagrimilla cuando se despedían del World Music Stage. Seguro que no olvidarán esas tablas. O como Aléix, que se hizo 32 horas de autobús para disfrutar de Avicii, Limp Bizkit o Martin Garrix. Y que pudiendo acampar en el Bridge Camping lo hizo en el Campamento Festivalero. Durante todos los días nos regaló con su rutina en Sziget: dos trozos de pizza a mediodía y un cigarrito rico de buena mañana.
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Foto: Christian Rubén Concuáticafilms |
Ellas son el polo opuesto a María, toda una veterana festivalera que se va de festi en festi y lo hace en solitario porque, qué narices!, las vacaciones también son esto. Ayer Hungría, hoy Austria, mañana Francia y después..., después donde el corazón festivalero la lleve. Espíritus libres a los que no les asusta aterrizar en los sitios sin compañía. Como a Adriana, a la que un problema de última hora la dejó en solitario en la aventura de Sziget y la Isla la premió pudiendo conocer y charlar con uno de sus grupos favoritos Che Sudaka. Ellos también son espíritu festivalero.
Tampoco podemos olvidarnos de Victoria que entre golpe y golpe ha descubierto la vida festivalera de verdad. Su pie "parriba" ha sido otro clásico del mañaneo en el Campamento Festivalero. Sziget le va a dejar cicatrices, pero de las que molan, en el alma y el espíritu, de esas que todos estamos deseando ver.

Por último, sólo una pequeña reseña para el gran Paquito, Doctor P, que puntualmente abría su consulta todas las mañanas. No ha habido año que Paco no acabe moviendo las tiendas de los tres locos que sueñan con festivales antes de que la Isla colapse del todo y los engulla.
Son sólo algunas de las historias de algunas de las personas que este año han estado en Sziget Festival. Historias que queremos que sigan creciendo año tras año. Porque el efecto de la Isla es el mismo en novatos y veteranos. Y sí, podríamos decir que escribimos esto llenos de barro hasta las rodillas, dentro de la tienda inundada por la lluvia y sin haber dormido. Pero eso mejor se lo dejamos a los especialistas musicales de los periódicos generalistas.
Lo nuestro son las personas y los sentimientos. Los que provoca la música y los que acaban uniendo a gente tan diferente dentro de La Isla.
Y eso, Festivaleros, es Sziget. Quien lo probó, lo sabe.
J&B
PD. Es imposible no acordarse aquí de ese festivalero alemán con en el quizá nos cruzamos en algún momento y que murió en la mañana del lunes. Desde aquí nos sumamos al dolor de su familia y amigos. Su espíritu es ya un alma libre de la Isla.
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