La ciudad respiró
el rock durante los cuatros días que duro el festival Leyendas del Rock, con todo un sinfín de
oportunidades para el comercio local, y para el publico.
Por lo que me toca, encontré un alojamiento en un dormitorio de 20 personas, temía lo peor, pero no fue el caso, la gente va a su bola, cada uno con su horario, y me hice nuevos colegas como Pilar compañera de la radio TNT, la tatuadora Mortiana Mystick, u otro compañero de prensa venido de Italia de gustos tan heteróclitos que ha sido capaz de decirme que The Darkness y Kreator eran los putos amos!! Sigo buscando el vínculo entre esas dos bandas. También una pareja Mejicana que cruzó el Atlántico especialmente para ver los grupos españoles, porque en su país tocan en sitios pequeños, y querían verlos en un festival grande, eso es amor al metal.
Como el año anterior he pasado mis mañanas en The Cathedral, un bar con una decoración muy peculiar, con bóvedas, santos, túnicas de sacerdotes. Les pregunté si esa decoración era debido a que eran muy devotos: “que va, pero no hay otro igual”. Allí me tomé mis desayunos, y algunas cervezas, un sitio recomendable.
La organización del festival también ofreció dos conciertos gratis en la plaza mayor del pueblo, pero no puede asistir a ninguno de los dos. Una lástima perderme la actuación en acústico del Sherpa, hay quien dice que fue muy emotiva.
Y allí entramos en lo duro, la cultura de verdad: Catas
La cata de cervezas promovida por El Salón de la Cerveza, una pequeña tienda del mercado de Villena. Allí aprendí más sobre la cerveza que en toda mi vida. Disfrutamos de la cerveza de los Suaves entre otras. Y pasamos un rato entretenido charlando de eso, de cerveza y música.
La cata de vino, de somm.es... allí son palabras mayores. AC/DC, Motorhead, Slayer, y Kreator. Allí el sommelier montó un espectáculo, muy entretenido donde se mezclaba el vino con una canción del grupo. Como el vino de Motorhead, y tal como lo hace la canción “Overkill” se va y vuelve a empezar, el gusto, y aroma igual, estaba en boca, y de repente volvía con más fuerzas. Nos han prometido cosas mayores para el año que viene, y espero estar allí.
A todas esas actividades se añaden a los monumentos de la ciudad que se pueden visitar. Villena, durante unos días, vive por y para el rock y ya se sabe hasta 2019 seguirá latiendo el corazón del metal, como la sangre por las venas, los metaleros por las calles del pueblo.
Mescouillesnskis
Por lo que me toca, encontré un alojamiento en un dormitorio de 20 personas, temía lo peor, pero no fue el caso, la gente va a su bola, cada uno con su horario, y me hice nuevos colegas como Pilar compañera de la radio TNT, la tatuadora Mortiana Mystick, u otro compañero de prensa venido de Italia de gustos tan heteróclitos que ha sido capaz de decirme que The Darkness y Kreator eran los putos amos!! Sigo buscando el vínculo entre esas dos bandas. También una pareja Mejicana que cruzó el Atlántico especialmente para ver los grupos españoles, porque en su país tocan en sitios pequeños, y querían verlos en un festival grande, eso es amor al metal.
Como el año anterior he pasado mis mañanas en The Cathedral, un bar con una decoración muy peculiar, con bóvedas, santos, túnicas de sacerdotes. Les pregunté si esa decoración era debido a que eran muy devotos: “que va, pero no hay otro igual”. Allí me tomé mis desayunos, y algunas cervezas, un sitio recomendable.
La organización del festival también ofreció dos conciertos gratis en la plaza mayor del pueblo, pero no puede asistir a ninguno de los dos. Una lástima perderme la actuación en acústico del Sherpa, hay quien dice que fue muy emotiva.
Y allí entramos en lo duro, la cultura de verdad: Catas
La cata de cervezas promovida por El Salón de la Cerveza, una pequeña tienda del mercado de Villena. Allí aprendí más sobre la cerveza que en toda mi vida. Disfrutamos de la cerveza de los Suaves entre otras. Y pasamos un rato entretenido charlando de eso, de cerveza y música.
La cata de vino, de somm.es... allí son palabras mayores. AC/DC, Motorhead, Slayer, y Kreator. Allí el sommelier montó un espectáculo, muy entretenido donde se mezclaba el vino con una canción del grupo. Como el vino de Motorhead, y tal como lo hace la canción “Overkill” se va y vuelve a empezar, el gusto, y aroma igual, estaba en boca, y de repente volvía con más fuerzas. Nos han prometido cosas mayores para el año que viene, y espero estar allí.
A todas esas actividades se añaden a los monumentos de la ciudad que se pueden visitar. Villena, durante unos días, vive por y para el rock y ya se sabe hasta 2019 seguirá latiendo el corazón del metal, como la sangre por las venas, los metaleros por las calles del pueblo.
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