Goran Bregovic, Circo Price, Madrid

Como ya os anunciamos, Goran Bregovic y su "Wedding and Funeral Band" visitaron Madrid para sacudir un poco el frío con la presentación de su último disco, Three Letters from Sarajevo (2017). Lo hicieron dentro del marco del festival Inverfest del teatro-circo Price (que como en otras ediciones, trae al centro de la capital una variada selección de artistas). Y allá que fuimos...

El Price, con su innegable personalidad propia, nos acogió sobre las 21h aunque ya veníamos un rato oyendo en nuestras inquietas cabezas unas aún inexistentes pero inminentes melodías del este. Apareciendo por detrás del público (previsible pero obligado en este recinto circense), las trompetas y tubas hicieron reales esos sonidos poco a poco, y una vez con toda la banda sobre el escenario, las ganas de levantarse y bailarlos fueron creciendo en el ambiente.

Y es que por mucho que los trabajadores del Circo Price se empeñaran (en su papel de acomodadores y vigilantes de las buenas maneras en el patio de butacas), en un concierto de Goran Bregovic es imposible que el público permanezca parado. Y mucho menos sentado. Así, durante el espectáculo, los accesos a las gradas, vomitorios y pasillos se llenaron de improvisados lugares de parrandeo, mientras algún espectador más académico se afanaba por llamar la atención a quien, de pie, no le "dejaba ver el concierto". Pero claro, cuando Goran dice "¡a la carga!", la tiranía de las butacas cede incluso en el teatro más formal. Él y su cantante gitano son los únicos con derecho a permanecer sentados.

Goran Bregovic, Circo Price, Madrid



En general, el espectáculo con el nuevo disco fue bastante parecido al deleite para "balkanieros" al que nos tiene acostumbrados Goran. Mismos músicos, misma configuración, misma locura musical. Fue curioso comprobar que en la presentación del recién horneado Three Letters from Sarajevo, en el que el hilo temático conductor son tres canciones para tres violines de tres culturas y tradiciones diferentes (cristiana, árabe, judía), no hubiera espacio para un sólo violín.

Sí que estuvo presente la mezcla que caracteriza a la ciudad y a su música, donde junto a la delicada “Baila Leila” o a la festiva “Mazeltov”, hubo cabida para canciones en castellano como las también nuevas “Pero” o “Vino tinto” (que en el disco interpreta Bebe y allí las dos voces búlgaras de la banda), o alguna de discos anteriores como “Presidente” (surgida de la colaboración con los Gipsy Kings). Y por supuesto, no faltaron clásicos como “Gas gas”, “Ederlezi”, “Kalashnikov” o “Mesecina”.

En resumen, sin juegos de luces ni mayor escenografía que la presencia de los instrumentos y sus dueños, esta banda de integrantes bosnios, serbios y búlgaros y sus ritmos romanís nos transportaron en el tiempo y el espacio, y consiguieron que gran parte de los asistentes acabara festejando de pie. Y nos dejaron con ganas de volver a bailar con ellos en una próxima (y seguramente cercana) ocasión... opa cupa muzičari balkan!

Janis

Goran Bregovic, Circo Price, Madrid
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