Si nunca has estado en algo parecido a Snowattack, el concepto es bien claro: deportes de invierno, un montón de actividades, fiestones hasta bien entrada la noche y sin duda el mejor ambiente. Cómo cabía esperar, no nos ha decepcionado.
Y si de algo saben los húngaros es de montar festivales. Su lema “Vais a estar toda la semana despiertos” caló hondo. La gente lo siguió a rajatabla y eso animaba a seguir aunque las fuerzas flaquearan. Ya el cuarto día tratábamos de salir del apartamento después de cenar y nos arrastrábamos de una fiesta a otra ayudados del fresquito de la montaña nevada tratando de seguir el ritmo que marcaba la juventud, y es que el ritmo de este festival es bastante más duro que cualquier otro. Pasar el día en la montaña haciendo deporte implica que necesitas una buena forma física y mental o un espíritu de comerte el mundo cada minuto.
Lo Mejor de Snowattack
Si algo nos llamó la atención es la relación calidad-precio del Snowattack. Hablamos con mucha gente y coincidimos con todos ellos en que el coste estaba tirado para una semana entera en Alpes, con alojamiento, pase de esquí y festival incluidos. Varios de ellos eran veteranos y tenían intención de seguir repitiendo.
Ya entrando un poco en temas buenos y malos de cómo se desarrolló el festival cabe destacar que, si buscas fiesta, te va a sobrar. Son muchos días (seis completos) y un montón de artistas internacionales distribuidos en varios escenarios actuando desde las 14:00 hasta las 3:30 de la mañana… y eso creedme que son muchas horas de aguante.
Durante el día prácticamente todo el mundo estaba en las pistas esquiando o haciendo snowboard y si no sabías, existían clases a precio especial para aprender en grupos. En nuestro caso ya vamos con experiencia así que tuvimos unos días estupendos de nieve y solecito que hicieron nuestras delicias. Destacar también el número de actividades que había durante el día como competiciones, carreras, beer pong, descenso con antorchas, citas express en remontes y un montón más. Si estabas cansado de simplemente esquiar, complementaban perfectamente mientras de fondo Djs ponían banda sonora a la jornada de cada día.
Entre fiesta y deporte se hizo necesario e imprescindible descansar bien y eso nos lleva a los alojamientos. Nos sorprendieron muy gratamente y es que tras ir a esquiar durante muchos años a Andorra y por primera vez en Alpes franceses, la diferencia ha sido abismal. La calidad de los apartamentos era muy buena y nos ayudó a sobrellevar con buen descanso la cantidad de cosas que vivimos esa semana. Eso y la piscina climatizada, incluida en todos los alojamientos de los packs.
A mejorar
Si bien es cierto que de momento todo ha sido bueno, comenzamos a mencionar algunos detalles que confiamos en que van a mejorar en próximas ediciones, ya que no dejan de ser fallos puntuales, por nombrar algunos:
Los programas han ido variando mucho a lo largo del festival, la programación ha cambiado y los horarios no eran muy fiables, por razones que desconocemos, Djs programados para unas horas actuaban tan solo 30 minutos o ni eso, y eran sustituidos sin aviso alguno. Tienen una aplicación móvil con una infraestructura fenomenal que puede servir para mantener a todo el mundo informado, sin embargo, la información de la App, en ocasiones era incorrecta y fiarse de ella supuso a gente perderse alguna de las actividades, nosotros incluidos.
En ocasiones, dar con alguien de Staff que supiese las respuestas era complicado. No todos sabían redirigirte al destino, y a veces te encontrabas dando paseos innecesarios hasta la parte baja del pueblo con pateadas de 20 minutos.
El festival se desarrolla en medio del pueblo de Les Orres y tienen acuerdos con algunos establecimientos para servir como escenarios, pero al ser algo realmente ajeno a la organización supone un peligro para el asistente al festival. Tuvimos la mala suerte de darnos de bruces con una pizzería que hacía de escenario “Snow fever”, que inflaba los precios de sobremanera, llegando a cobrar 5€ por una coca cola en vaso de plástico de cumpleaños (20cl), sin anunciar por escrito los precios siquiera. Tras una discusión con el responsable, resulta que el precio que puso eran 5€ por 50cl, por lo que el engaño era doble, no solo el precio (3.5€ precio en horario comercial) sino porque te servían menos cantidad. Andaros con ojo siempre, no sólo en los festivales. Los precios deben ser fijados oficialmente en establecimientos públicos.
Quitando esos detalles, lo hemos pasado como enanos. Y es que sobretodo nos sentimos arropados por todos los húngaros, que son mayoría dentro de los asistentes al festival.
Claramente el punto fuerte fueron las actuaciones de la talla de Péndulum, Willy William, Gus Gus, mezclados con artistas no tan conocidos, pero con una proyección innegable, véase el caso del duo valenciano Anywan que se hizo un gran hueco entre la cantidad de buenos artistas húngaros que había (Halott Pénz, Andro, Viktória Metzker, Necc party, Jumo Daddy, Edo Denova y una especial mención a la tremenda voz de Myra Monoka, quien nos dejó con la boca abierta al escucharla cantar los temazos que pinchó en directo) descubrimientos, para nosotros quizás desconocidos en España, pero con mucho tirón en Hungría.
A pesar de la paliza tantas horas de viaje, juntar Alpes, buena música y la buena gente que hemos conocido esta semana, hace que merezca la pena haber venido hasta aquí. Para nosotros se va a convertir en una parada anual obligatoria y esperamos poder contaros como mejora en cada edición.
Snowattack nos permite no dejar de festivalear ni en invierno.
Guille
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