¿Sabéis esa última canción de un concierto en la que se desata la apoteosis final? ¿Esa que después de momentos de subida y bajada sirve para poner colofón a las grandes noches de grandes conciertos? Pues bien, en un concierto de
Manu Chao casi todas las canciones parecen la última canción.
Manu y La Ventura fuerzan la máquina desde el inicio, las canciones se mezclan una con el resto (puramente
estilo Chao) y llega un punto en el que todas te parecen la última y todas la primera.
Manu aparece y desaparece a su antojo, los descansos nunca son largos, se va, se viene, se despiden, vuelven, siguen tocando, sale su compadre
Chimango a cantarse un par de rumbas, se vuelven a despedir, se hacen una foto, todavía se tocan otra tanda y así.
Manu Chao y la Ventura lo forman
Gambeat al bajo, el "musicario"
Madjid a
las guitarras,
Garbancito a la batería (La Mano Negra presente) y
Manu
Chao al corazón. Este es un
Mondo Difficile pero nuestra próxima estación se llama
Esperanza.
FESTIVAL REPERKUSIÓN, Bemposta (Galiza) - 11/05/2013
Volvía a
Galicia un año después. A
Bemposta, la Aldea Festivalera que tantas alegrías nos ha dado desde que la conocimos. Y volvía como quien vuelve a su casa del pueblo, con su familia, y coge una guitarra y un taburete y se sienta a tocar al pie de la lumbre. No hay vientos, no hay teclados, no hay percusión....personalmente, los echo de menos, pero
Manu ha simplificado su
Radio Bemba Sound System y con
La Ventura se ha despojado de capas como parte de su propia evolución.

Así apuesta todavía más si cabe por el contacto con la gente, por lo sencillo, lo callejero. Menos conciertos masivos, más conciertos en bares, clandestinos, espontáneos.
Más pureza. Todo
más impredecible. Y aun así sigue siendo capaz de ofrecer un espectáculo que es una montaña rusa. Cuando
Manu te dice
'ahí te va, Galicia!!' más vale que te pille preparado. La gente empieza a botar, grita
'ahí vamos!' y ya no hay vuelta atrás.
El concierto trasciende lo puramente musical para transformarse en una celebración colectiva.
El viaje empieza cantándole a
Bobby Marley y acaba prometiendo
Volver. Entre
medias un despliegue de energía que nos ha llevado por la
Ruta Buenos Aires,
Ruta Brasil, Ruta Babylon, Ruta México... fuimos por
La Carretera,
pasamos por barrios
de
Peligro, entre sirenas de la
mucha polisía, hicimos una
parada en
Tijuana, cantamos a
las calles del mundo y a sus princesas, a la
rambla de Barcelona, a los pueblos, a quien nos da
Mala Vida. Gritamos a
La Mentira y a quien nos engañó con
La Primavera.
Sigue siendo capaz de provocar en la gente ese brillo en la mirada que le dice que el show va bien, que la conexión está hecha. Y volver a ver a
Manu Chao en Galicia un año después, hace crecer la
mística del personaje. Tanto que parece mentira que este pequeño gran hombre, colgado de una guitarra, exista fuera de
Bemposta y que vaya a tocar en Salamanca y Madrid también. No nos lo acabábamos de creer pero así fue. Y abajo os lo contamos.
Y lo dicho, Manu, al igual que nosotros, prometió
'volver, volver, volveeeeeeeeeer a Bemposta otra veeeez'.
Soñé otro mundo, lo conseguí soñando.
kboy
SALAMANCA - 14/05/2013
Desde
luego quedó demostrada la capacidad de
Manu Chao para atraer a un público
fiel, ya que a priori las condiciones no parecían muy favorables para
tener una gran entrada. Era un martes, el precio de las entradas algo
elevado para lo que se suele ver por la ciudad, época de exámenes... Sin embargo (a falta de datos oficiales) la entrada superó las 3.000
personas. Un dato curioso fue la nula publicidad que tuvo el concierto en
la ciudad, sin apenas cartelería y la escasa presencia en prensa.
Como
teloneros estuvieron
El Niño del Pegamento. Un grupo local salmantino
que nos sorprendió gratamente. Los habíamos visto en alguna pequeña sala
de la ciudad y nos quedaba la duda de cómo se desenvolverían en grandes
eventos sin estar arropados por su público. Sin duda lo resolvieron con
nota. A pesar de actuar durante una hora, el público no se impacientó
como suele suceder otras veces donde el ansia por ver al protagonista
juega malas pasadas a los teloneros.
Y
tras él, apareció Manu Chao
y La Ventura ante un público muy variado, con gran número de estudiantes
extranjeros y gente de todas las edades, pero con un denominador común: las ganas de pasarlo bien.
El
repertorio del concierto fue bastante variado, haciendo un repaso de su
discografía, incluyendo clásicos como
Mala Vida y la fusión de
Me
gustas tú y
La Primavera que ya es habitual en sus actuaciones y que
fue de las más coreadas por el público. No
faltaron tampoco los mensajes reivindicativos como es habitual en un
artista comprometido como él. En forma de banderas y de pequeñas perlas
entre las canciones. Tras dos horas y media y numerosos bises puso fin al concierto que dejó un gran sabor de boca entre los asistentes. Y todavía queda más, tres días después, su esperada vuelta a Madrid...
Dalamar
MADRID-RIVAS - 17/05/2013
Doce de la noche hora de Rivas-Madrid-España. Así podría haber sonado la maquinita de
Gambeat (en serio, quiero una para Reyes!).
Manu está a punto de volver a casa (por fin, después de casi diez años de aquel Vistalegre enloquecido con
Manu,
Radio Bemba y
Fermín Muguruza. Sí, sí, como lo leéis. Eran tiempos más libertarios). Importa el fútbol, importa
Tomasito, importa
Zulu 9.30, importas Tú. La noche era especial, venía ya histórica por las cosas del balón y prometía
histórica por las cosas de
Manu.
¿Que teníamos ganas de verlo aquí? Todas! ¿Que él quería reventar la noche? También. Se le notaba todavía más intenso de lo habitual. Cerca de 10000 incondicionales llenaban el
Auditorio Miguel Ríos. 10000 gargantas coreando todas y cada una de sus canciones desde el principio. Los brazos arriba, botando, chocando unos con otros. Con ese entusiasmo es fácil llegar al epicentro del concierto. Frente a frente. Allí empezamos a perder la garganta...
Hoyo...
Hoyoyoyo...
No faltaba nadie.
Aquí Presente estábamos todos, la denuncia de Palestina, del Sáhara, de nuestro día a día. Incluso apareció un poco de lluvia para convertir el concierto en algo épico. Pero de allí no se movía nadie. Es imposible quedarse quieto, sobre todo cuando el maestro
Madjid se arranca con esa acústica que quita el sentido.
Garbancito marca el ritmo, el de nuestros corazones, el de ese
Manu golpeando con el micro su pecho.
Sin darnos cuenta llevamos más de dos horas y pico de concierto y varios amagos de despedida. Por el escenario han pasado amigos como
Amparo Sánchez para transportarnos al corazón del D.F. con sus rancheras. Y así después de casi tres horas y unos últimos veinte minutos épicos de improvisación, es hora de poner el punto y final a una noche mágica, otra más.
Manu ha cumplido, nos ha reventado a base de música y ritmo. Nos ha dado esa dosis tan necesaria de vitalidad. Nos ha regalado ese momento en el que te encuentras abrazado, ya sin voz, gritando al cielo eso de...
Si me das a elegir (me quedo contigo).
J&B
Manu Chao apuntando al cielo gallego