kboy
Mostrando entradas con la etiqueta kboy. Mostrar todas las entradas

Viñarock 2025

¿Que por qué vuelvo cada año a Viña Rock? Me preguntas, clavando tu mirada en mi mirada. Y yo, que bien humilde soy, y solo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo me transporte mecido hasta el siguiente, te digo... por la gente, compi, por la gente. 

Y es que no me canso de decirlo. Me encanta la música, los saltos, los pogos, las cabotaes, las piruetas, los bocatas arriesgados de txori y la pizza cartón, el kalimotxeo, pintarme la cara y la sonrisa, ponerme puntos brillantes para brillar juntas, y sombreros imposibles también. Empezar de día y acabar de día, con algún golpe que otro, ¿por qué no? No saber si es mañana o todavía ayer, tomar notas y hacer fotos, correr al siguiente concierto porque me he quedado embobado con el anterior y pararme a tomar un vinillo manchego, comprobar que Dubioza suenan pero no tocan, que algunos tocan pero no suenan, y esperar que alguien cante a voz en grito a Extemoduro, quizás en un tributo que a veces llega y a veces non...

Pero sin duda, lo que más me encanta (en el sentido más estricto del término) de Viñarock es su gente, toda esa gente que pulula por el pueblo, por el camping, por el recinto, y que sin saberlo gira y gira alrededor de una farola imposible que siempre marca el punto de apoyo para mover el mundo. 

Se llama libertad porque no la puedes controlar...

kboy

Sirva esta galería como homenaje a todxs ellxs, Viñarockerxs de pro, esa gente que hace que vuelva año tras año a un lugar de la Mancha de cuyo nombre no puedo olvidarme.

No Fun at All - Nazca Madrid


Muchas ganas teníamos de bajar a la sala Nazca de Madrid con la promesa de ese punk rock de factura añeja y europea que ofrecen los No Fun at All desde hace demasiado para contar los años. 

Añeja porque son una de las bandas en activo más longevas del gérero cuyos primeros discos noventeros destacan mucho, en mi opinión, sobre los más recientes, y europea porque hacen punk rock californiano desde Suecia, con un toque (mucho más apreciable en la producción de los discos que en los directos) marca de la casa nórdica. 

Buen ambiente en los alrededores y buena entrada en la sala, con muchas caras conocidas del mundillo que acudimos sin pensarlo en cuanto el punk rock asoma la patita por cualquier sala madrileña. Y esta era una buena manera de empezar el año, un miércoles cualquiera.

Lo primero que me llamó la atención es que desde su última visita allá por 2018, la formación ha perdido a otro de los miembros originales, el guitarrista Mikael Danielsson. Ya hemos visto que la banda se va renovando y rejuveneciendo en las sucesivas giras.

Esto le da al cantante Ingemar el estatus de ancla visible del grupo y referencia absoluta, contando a su alrededor con la tres últimas incorporaciones a los mástiles, que aportan dinamismo sobre las tablas. Mención especial al bajista Stefan Bratt que se desvive durante todo el concierto por encender al público e incluso a la banda, tirando de carisma y buen hacer.

No Fun at All - Nazca Madrid

El resto lo hacen las canciones, sobre todo obviamente los grandes clásicos de la banda, aunque hay tramos en que el show se me queda algo falto de fuerza. Pero en líneas generales, pese a algún fallo técnico que trajo a mal traer a Ingemar (resoplidos incluidos), algún arranque de canción fallido y pese ser el primer concierto de la gira y necesitar algo de rodaje, la peña se lo pasó, nos lo pasamos, en grande coreando los himnos, conociendo gente en el pogo y mirando a los ojos con sonrisa cómplice mientras cantábamos a voz en grito.

La temperatura desde luego fue subiendo desde el principio hasta el final apoteósico, por otra parte esperado, con Beat 'em down, Out of Bounds y Master Celebrator.

Una banda que creo que está lejos de su mejor versión pero, ¡qué carajo! les sobra para hacer pasar un buen rato de guitarreo, saltos y coros.

No Fun at All - Nazca Madrid



 

Antes que ellos, calentaban el ambiente los madrileños Silly Sally, con tintes más hardcoretas y actitud intachable encima de las tablas así como también cantando entre el público en el tramo final del bolo.

kboy

Silly Sally - Nazca Madrid

No Fun at All - Nazca Madrid
No Fun at All - Nazca Madrid

No Fun at All - Nazca Madrid

Pogo en Viñarock


Viñarock es casa. Para nosotros la peregrinación anual a Villarobledo se ha convertido en ese sitio no al que vas, sino al que vuelves, y cuando tú vuelves y revisas que todo está más o menos en su sitio, vuelve todo lo demás.

Y volvieron los perritos banderilla, los abrazos a la carrera, los sombreros volando, los 'estoy cansadx pero echamos el último baile', remar sentados en el suelo, agarrarnos volando por los aires, pegarnos en mitad de las sonrisas, pogo, foto, pogo, foto, los confetis innecesarios, saltos imprescindibles, platos impredecibles, reencuentros imposibles, llegar a casa y no tener las raves para entrar... menos mal que todo se arregla con un rooibos y a dormir. En Viñarock nos volvemos más punkis que hacer un pogo en Miguel Campello, visitamos raves de música clásica y analizamos el setlist, y uno de los artistas que nos llevamos en el corazoncito es el Ninyo Vargas, descubierto en la caseta de los Chichos, al inicio de la Calle de la Jarana. En Viñarock vuelve a encenderse esa Farola, que nos guía en la oscuridad y nos marca el camino del enésimo salto.

★ Ir a la Galería de Viñarockeros
 

El viña es música todo el rato, y aunque la damos por supuesta, conviene no hacerlo y apreciarlo y agarrarse fuerte. Aunque la rodeemos de tecnología y parafernalia sigue siendo música. Eso que nos emociona y eso por lo que somos lo que somos, Festivaleros.

Este año, unos se despedían hasta más ver, como Zoo congregando a una de las audiencias más numerosas del festival. Ellos piensan que igual han tocado techo y el público que los echará mucho de menos. También La Pegatina, que parece que se tomarán un descanso, metieron muchísima gente en la explanada grande, como suelen hacer, confetis enormes, show sin fisuras y a volar y a sentir que ya no queda veneno.

Viñarock 2024 - La Pegatina

O Mafalda que gritaron por última vez bien fuerte en el Viña. También Toteking, maestro en el micrófono y de los pocos supervivientes de la vieja escuela, dijo hasta siempre en, probablemente, uno de los escenarios que más veces haya pisado.

Otros regresaban, no se sabe si para una gira o para rato. Como Koma que descargaron toda la potencia que tienen en uno de los conciertos que más alto sonaron. O el Duo Kie, quienes tras siete años sin pisar el festival ni ningún escenario, volvieron para pegarse un merecido homenaje y hacer un directo lleno de fuerza, humor y rapeos increíbles. Son unos grandes, lo siguen siendo. 

Chambao fue uno de esos ratitos que te llena el alma de cosas buenas, gracias Mari, por el buen rollo y las buenas canciones. Igual que Miguel Campello, con el sol de cara, la silla en el aire, la falda al viento y las palmas al compás.

Viñarock 2024 - The Baboon Show


 

Debutaban entre otros The Baboon Show, que son de estos grupos que no paran de tocar aquí y allá en los últimos años y a pesar de eso no habían caído todavía por el Viña. La descarga de los suecos es sencillamente brutal, la energía de Cecilia es contagiosa y apabullante, había gente atónita mirándola y que sólo volvían a gritar y saltar cuando salían del trance. Punk rock del que no abunda en el Viña y que es bienvenido en cualquier contexto. Quizá para muchos la revelación del festi.

Siempre hay alguno que no tiene su mejor día como EUKZ, que mira que les tenemos cariño pero esas cosas pasan, o alguno que no tienen su mejor sonido como Josetxu Piperrak aunque obviamente sea siempre un valor seguro porque casi siempre canta más la gente que Josetxu. A Def Con Dos quizá les faltó algo de conexión con el público, no por ellos, que se afanan con buen hacer en seguir estirando su gran legado con una nueva gira llamada Mutantes para el Pueblo que va llegando a su fin. Larga vida a Def Con Dos!, a pesar de los pesares. 

Viñarock 2024 - DefConDos

El Pony Pisador por ejemplo han llegado para quedarse. Menudo buen rato que nos hicieron pasar poniendo la nota punk-folk del festi. Y está claro que a los Me Fritos and the Gimme Cheetos (si lo he escrito bien sin mirar merezco un cheeto) el año que viene los pondrán en un escenario más grande pues se les quedó pequeña la carpita rock de la parte de arriba. Está claro que son carne de ponerlos como fin de fiesta en el lugar de algún tributo en un escenario a la altura de su show y arrastre.

De los demás podemos destacar a Balkan Bomba que tuvieron que lidiar con coincidencias tochas pero mantuvieron el tipo muy bien y la liaron como suelen, y como suelen también Lendakaris Muertos,  que fueron de los más esperados y celebrados. La peña se lo pasa en grande con ellos. Sons of Aguirre & Scila han conseguido esa fina alquimia entre rap y metaleo que les viene como un guante, cargando pogo... y Zea Mays una apuesta arriesgada que ganaron los bilbaínos con su fuerza elegante.

Y así transcurrió un nuevo ViñaRock, de escenario en escenario, con la sonrisa puesta y los pies un poco a rastras, hasta que el cuerpo aguante.

Viñarock 2024 - Duo Kie

 

La organización general aprueba con nota. Ningún incidente conocido y todo según lo previsto. Aun así también hay algunos puntos un tanto incomprensibles.

Por ejemplo esas pantallas que ya estrenaron el año pasado y que mal ocupaban la trasera del escenario, que en lugar de dar continuidad visual se quedan a medio camino dejando ver los hierros traseros por el día o un marco negro por la noche. Como si se hubieran equivocado con la talla de la tele para el enorme hueco en el mueble del salón. A falta de mejor solución, al menos haber puesto la típica lona negra tapando la estructura quedaría mucho más agradable a la vista.

Viñarock, si estamos por reutilizar, estamos por reutilizar. Si llevo un vaso de otro festi o de otro año deberíais aceptarlo y llenarlo y reutilizarlo. No vale que cada festi gane dinero con sus vasos en pos del medio ambiente y que nosotros acumulemos año tras año vasos si no queremos que sea así. Reutilicemos de verdad. Algunos ya lo hacen.

Entre conciertos sonaba a toda mecha Dubioza Kolektiv. Algunas gentes bailaban más en ese momento que durante el concierto anterior. Y nosotros acuñamos un grito: Viñarock! Menos poner y más traer a Dubioza!

En una jugada sin sentido este año ha desaparecido el escenario que había fuera del recinto con djs y temazos, quizá en un intento de no retener a demasiada gente allí para no contra-programarse a sí mismos. Estaban las barras, a precios más caros que en los alrededores, pero no el escenario. Conclusión: barras vacías, espacio ocupado inútilmente.

Y es que, quizá el más incomprensible de todos, con el aforo vendido a más del 95% es el año que menos gente recuerdo en Viñarock desde hace bastantes ediciones. Recuerdo años en que la explanada principal y el escenario rap estaban llenos hasta atrás y a la vez colas imposibles en las barras y desplazamientos un tanto desesperantes. Nada que ver con este año. Por un lado así es más cómodo: ninguna cola para pedir o recargar la pulsera o comer, facilidad de movimientos general, espacio para respirar si quieres y si no pues lío... por otro lado, cierta sensación en algunos momentos de que el Viña no ha explotado del todo este año.

Explotó con Boikot, La Pegatina, Zoo, Lendakaris... por supuesto clásicos infalibles, pero dos de los cuales se estaban despidiendo de ViñaRock al menos por un tiempo y otros repitiendo año tras año tras año. Esto me lleva a pensar en posibles carteles de años venideros...

Viñarock 2024

 

Corren tiempos raros en los festivales, todos lo vemos, y todos seguimos queriendo que se mantenga a nuestro gusto el equilibrio entre buena organización y demasiada organización, entre seguridad y sentirse constantemente vigiladxs (y olisqueadxs), entre buenas bandas y buenos precios y nuevas bandas y buenos servicios y pocas marcas que respeten muchos valores, entre buen ambiente y agobio máximo y mantener a raya el postureo en pro de la naturalidad (en esto el viña gana por goleada, por ahora). Ahora que todo está cambiando es el momento en que la mayoría de festivales con solera como Viñarock deben elegir su camino, respetar su historia y obrar en consecuencia, y no dejarse llevar por derroteros extraños. La arte-natividad se perdió por el camino, es claro, pero aún hay cosas que salvar. Confiemos en que alguien querrá y sabrá hacerlo sabiamente, pondremos nuestro granito y estaremos atentos.

Porque Viñarock es casa. Nuestra casa. La casa de nuestro rock y nuestro rap y nuestro reggae y nuestros vientos y nuestra gente. Nos ha visto crecer. Pasarlo bien, regular y mal. Es lugar de reunión. Nos sentimos muy bien allí y así queremos que siga. 

kboy


Parte de guerra Viña 2024: heridas en los hombros de la p. mochila de la cámara, piernas que pesan kilos, un quemazo de un cigarro de ¿eso no será un pogo?, primer moreneado de la temporada, varios "cómo ha molado volver a ver a este grupo", sueño a discreción, ayer se me hizo pronto, sonrisa perpetua en la cara menos a la hora de irse, algo de toser por el polvo del camino y un "ohh qué pena que se haya acabado ya" muy grande. 

Larga vida al Viña Rock! (de verdad)

★ Ir a la Galería de Viñarockeros