BBK Live 2013: Día 3, sábado. Green Day, The Hives y Fermín.

El tercer día consecutivo de ascensión a pie a Kobetamendi como si de una peregrinación al BBK Live se tratase, la hacemos a buen ritmo y ni nos enteramos de la pendiente ni del calor, aunque echamos un vistazo de reojo al cielo acordándonos del "chubasco moderado", mayormente chaparrada de verano, que nos tocó ayer. Pero hoy nuestro ritmo nos lo marcan nuestros, ya, colegas, de The Hives.

Nada más ver el escenario con las letras blancas H I V E S, nuestras sonrisas nos inspiran un lema: "Pon unos Hives en tu vida". Super-conectados con el público, Howlin' Pelle Almqvist no escatima en esfuerzo y fue el único de todos los frontman (de los que vi) que se bajó a darse una vuelta por el pasillo central del escenario Bilbao para darse un baño de multitudes. Chapurreando en castellano y con algún eskerrik asko memorizado, el hermano sueco hizo lo que mejor se le da, cantar dando espectáculo y autoproclamarse la banda más fantástica del planeta con el tono jocoso y deliberadamente exagerado que acostumbra. Todo esto sustentado con buenas canciones, rock sin artificios directo desde el garage de su pueblo en Suecia. Unos de los grandes triunfadores del BBK sin duda. Y es que la gente se da cuenta de quien pone toda la carne en el asador y de quien es poco más que un quiero, vendo mis canciones y no llego en directo.

Un ejemplo: Vampire Weekend, a los que les he dado ya unas pocas oportunidades. Su álbum debut Vampire Weekend (2008), sin maravillarme, me sorprendió y me hizo apuntar el nombre en mi libreta de grupos a controlar desde entonces, de la cual los he borrado, perdón, los he tachado a día de hoy. Un directo pavisoso, plano, de energía nula del que casi no me gustan ni las pocas canciones que me hacían gracia del primer disco, como A-punk por poner un ejemplo. Opinión personal, claro, pero antes que volver a ver a Vampire Weekend me entretengo haciendo una batukada con lo que pille a mano. Lo siento.

Fermín Muguruza fue de lo más orgánico que sonó en Kobetamendi en los tres días. Un colega me decía que fue lo más real. Sin duda fue lo más bailongo. Después de verle en Viñarock, Reperkusión y Cruïlla, antes de empezar me pareció oirle decir: "Festibalzaleak! hemen dira jada, hasiko gara ordun!" ("Ya están aquí los Festivaleros!, podemos empezar!"). Enchufado y jugando en casa, esperaba yo a más gente para ver ese concierto, lo cual no hace sino confirmar la gran cantidad de extranjeros entre el público, fans de Green Day aparte, en cuyas agendas no estaba apuntado Fermín ni por asomo. Los que estuvimos lo disfrutamos.

Y parece que allá donde anda Fermín, Zuloak no andan muy lejos. Quien tuviera el tino o alguna recomendación que le llevara a la carpa Vodafone para verlas en acción, seguro que no salió defraudado. Ya hemos hablado de este trío de riot-chicas, que de la mano de Fermín Muguruza, está metiendo la cabeza en festivales importantes y no te dejan indiferente.

Tras ellas, y tras conocer las cifras oficiales de 37.000 personas en el recinto, a la mayoría de ellas las supongo presentes en el show de Greenday. En los minutos previos, Bohemian Rapsodhy de Queen sonaba a todo volumen y esas 30 y tantas mil gargantas intentaban cantarla al unísono como ya ocurriera en alguno de los conciertos de esta gira. Pero está claro que las canciones en inglés nos cuestan un poco, y el momento fue un poco mezcla de voluntad y wachi wachi.

Después de la animación del conejito rosa que les acompaña por el mundo, empezaron Billie Joe y sus chicos con más ganas que sonido, es cual parecía algo apagado, creo que en parte debido a la ecualización pero también a que en esta gira parecen llevar más efectos en las voces, sobre todo en las canciones nuevas. Poco a poco fue sonando mejor, también a medida que subíamos la pequeña ladera en la que estábamos.

El concierto es un show de casi 3 horas en las que tocan de todo, hay canciones de los inicios, más directas y crudas, hay canciones del discazo American Idiot (2004), algo más elaboradas como esa maravilla que es 'Jesus of Suburbia' y canciones algo más arregladas con lo que pierden naturalidad de su último disco-trilogía Uno, dos, tré (2012).

A la mitad del concierto, hacen un medley de versiones, a su manera, del Highway to Hell de ACDC, Satisfaction de los Rolling o el Always look at the bright side of life de los Monty Python .....con Billie tumbado en el escenario mirando al público. Tré vestido the abuelilla inglesa con pamela y todo, Wally tras la pared de amplis, Mike con gafas estrafalarias al bajo, Billie con bombín y bastón en una especie de Charlotte a la Tim Burton. Una escena bastante cómica.

Si a todo esto sumas a un grupo, entregado a la gente, absolutamente comunicativo y atento, quizá abusando un poco del levantamiento de masas tipo "ahora decid ohhhhhhh, ahora ehhhhhhh" pero al fin y al cabo tocando para la gente y no para ellos, el resultado es un concierto desenfadado, divertido, a ratos cañero y a ratos algo más "emotional", en total sintonía con el público de estos niños grandes con Billie Joe a la cabeza. Si le miras a los ojos, ves brillo, ilusión y algo de inocencia chiflada, con las ganas de volverse loco como no paraba de repetir a los asistentes: "Quiero que os volváis locos!!"

El timing, la preparación y el control de los tiempos es total, claro, acorde con un espectáculo con tintes teatreros, guiños al público, lanzamiento de camisetas a decenas de metros con un artilugio que tenemos que mirar, lanzamiento de rollos de papel higiénico al público, mangueras refrescando al personal con chorros de agua. También hicieron su ya tradicional selección de público para que subieran a tocar la guitarra y a cantar. Al chaval que salió a cantar en 'Longview' se le quedó la cara todavía más blanca cuando Billie le regaló una guitarra aunque se la tendría que ganar saltando al público desde uno de los laterales del escenario. No vi donde cayó ni cómo, y la cara de poker del segurata en la pantalla no nos sacó de dudas, así que es posible que esté todavía en la cama del Hospital de Cruces diciendo: "eeeeehhh, Billie Joe me prometió una guitarra". Es broma. Afortunado él.

Ya con la guitarra verde y blanca de siempre en la mano, y ya en formación de trío a la vieja usanza,  comienza una serie con 'Basket Case', seguida de 'When I come around' y canciones de la primera época que desataron todavía más la locura.

Que Green Day han evolucionado en la última década es obvio. Han introducido algún teclado, un segundo guitarra para las partes en que Billie Joe simplemente se preocupa de cantar e interactuar, algo de percusión extra, varían más los acordes....en mi opinión no lo necesitan porque maquillan su esencia. Igual hay gente que les fastidia que gusten a los más jóvenes, y a un sector de ellos de una manera casi enfermiza, y los quieran comparar con otro tipo de grupos. Volvemos a la parte más melódica y emotional de la banda. Pero para mí está claro que fuera de las etiquetas y de supuestas traiciones siguen haciendo conciertos cojonudos. Y con eso me quedo.

Como colofón a la lista de grandes nombres de este BBK Live 2013, Fatboy Slim ofreció un espectáculo más visual y efectista, entre lásers y diseños en la pantalla, que musical. En ese apartado me resultó algo floja la sesión, poco seria e inconexa. Con algún tramo decente, guiños en euskera en las pantallas, creo que se afogonó tratando de agradar a todo el mundo para al final quedarse en unos cuantos samples, su archiconocida 'The Rockafeller Skank' y poco más. Poca personalidad en esta ocasión del señor Norman Cook. Ni right here ni right now.

Y así entre el último katxi a precio de oro y los últimos encuentros con amigos, nos vamos despidiendo y bajando por las laderas del monte Kobetas para volver quién sabe cuándo. Quizá más pronto de lo que pensamos pues el festival EnVivo tiene previsto celebrarse ahí mismo el último finde de Agosto, aunque está visto que con ese festival este año puede pasar cualquier cosa...lo contaremos.


kboy


Vídeo The Hives y GreeenDay en BBK Live by LastTourTV