Bajo un cielo que amenazaba lluvias –como no podía ser de otra manera–, comenzaba el Bilbao BBK Live 2014. Una edición memorable en cuanto a cifras –139.000 personas que han dejado beneficios aproximados de 18 millones de euros–, pero de la que no se puede decir lo mismo en cuanto a las actuaciones. Poca conexión con el público, defectos de sonido y alguna que otra decepción hicieron que muchos echásemos de menos lo que en su día fue el BBK.
Porque este festival ya no es lo que era. Bastaba un vistazo rápido al recinto para darse cuenta de que el público objetivo ha cambiado. Abundaron los británicos –un 18%. Normal, con un cartel que parecía hecho a su medida–, y podemos decir sin miedo a equivocarnos que el 90% de las jóvenes presentes o bien llevaban diademas de flores o bien vestían flecos en unas cazadoras ‘superrockeras’. En ocasiones, llegamos a dudar si algunas estaban allí por la música o para lucir modelito a lo Coachella.
Pero volvamos a lo que nos concierne. Franz Ferdinand fue uno de los primeros nombres en anunciarse para este 2014, que ya era hora. En su momento, no nos pilló de sorpresa, ya que acababan de sacar nuevo disco y el festival empieza a tomar un rumbo más ‘indie’. Los de Glasgow fueron los primeros cabezas de cartel en subirse al escenario de Kobetamendi. Una tarea nada fácil después de que Hercules & The Love Affair y Vetusta Morla dejaran bien alto el listón en sus respectivas tablas.
El equipo capitaneado por Alex Kapranos optó por una austera actuación en cuanto a despliegue de luces y demás. Un juego de tres altavoces nombrados como ‘Thoughts’, ‘Words’ y ‘Action’ y una pancarta gigante al fondo con su logotipo fue el único atrezzo que acompañó a la formación. Los cuatros solitos se bastaron y se sobraron para que los de abajo pasásemos un muy buen rato.El cuarteto roncanroleó durante hora y media saltando de hitazo en hitazo, que de esos van sobrados. Las guitarras comenzaron a sonar al ritmo de ‘No You Girls’, y siguieron con ‘The Dark of the Matinée’ y ‘Right Action’, por lo que ya empezamos bien.
Hacía unos minutos que se podía vislumbrar un suave sirimiri a través de los rayos de luz del escenario cuando el frontman de la banda gritó: “Estamos encantados de estar en Bilbao en una noche tan deliciosa como esta”. Tal vez irónico, porque una vez más llovía sobre Kobetamendi. Tal vez no, a la vista de cómo lo dieron todos todo en temas ‘Take Me Out’. Especialmente, en ‘Take Me Out’, habría que decir. Éxito por antonomasia de la banda británica, que no había alma que no conociera y que sacudió sin igual a los 40.000 presentes. De una forma u otra, se agradeció más que nunca que los escoceses dedicaran unas palabritas al público, algo que brilló por su ausencia en las actuaciones de muchas de las bandas del festival.
La pega que se podría sacar de este concierto es que el sonido no fue todo lo correcto que debiera: ‘Do You Want To’ sonó extraña y en ‘Bullet’ Kapranos y coros parecían no poder llegar a los tonos más altos. Aún así, nada de esto fue excusa para que el público se dejara la voz canción a canción.
Tras hacer el paripé de dejar el escenario, el cuarteto volvió a por el bis y a nosotros apenas nos quedaban hits por tachar de la lista. La recta final comenzó con ‘Jacqueline’ y ‘Goodbye Lovers and Friends’, esta última muy idónea para acabar con los minutos musicales. Pero fue ‘This Fire’ la que tuvo el honor de erigirse como colofón final, que además sonó mucho más potente que la versión de disco. Kapranos hizo que todos los presentes se agacharan más y más hasta llegar al suelo, para volver bien arriba al grito de que todos estaban “fuera de control”. Así, con el fuego en el cuerpo y el mantra de que “vamos a quemar la ciudad”, nos dejaron Franz Ferdinand, mientras una lluvia fina nos calaba hasta los huesos.
Ergo
Take Me Out by Franz Ferdinand @ Bilbao BBK Live 2014
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