Agnes Obel en el Festival Les Déferlantes 2014
Clavar la tienda y salir corriendo es una de nuestras tácticas de supervivencia festivalera favoritas. Todo sea por no perdernos ni un minuto de música. Así que dejamos nuestra quechua instalada en un camping de las afueras de Argèles sur mer, nos sacudimos de la cabeza las imágenes de Roskilde Festival del día anterior y marchamos a todo gas para el Chateau de Valmy bajo la cortina de agua de una de esas tormentas de Julio, que llegamos tarde al Festival Les Déferlantes!

 Festival Les Déferlantes 2014Pero los primeros conciertos se han anulado por la lluvia así que estamos a tiempo y, curiosamente, la primera en estrenar el escenario principal y saludarnos a nuestra llegada de Roskilde va a ser la danesa Agnes Obel. Tras el desprecintado de la batería y el resto del equipo, Agnes se sienta al piano y sus dos acompañantes de cuerda se acomodan como pueden bajo un toldo de camping que nuestros cerebros intentan sustraer de la imagen. En el fondo es mejor así, porque el parque de Valmy, con su castillo, sus escenarios aún goteando, y una danesa al piano bajo un toldo de camping, resulta una peculiar caja de música queen la que va a funcionar durante tres días un carrillón que empieza con la suavidad de Riverside.

La encargada de abrir el escenario Chateau es Hollisyz cuyo sonido, por mucho que la cantante se empeñe en negarlo, es un puente que conecta  los ecos de los 80 con la generación de principios de siglo XXI saltándose con elegancia el indiepop de la última década. Y no solo por el look oxigenado de Cécile Cassel sino por su interesante abanico de recursos que van desde la psicodelia oscura de Mr. Selfish al electro-disco pegadizo de este Come Back to Me muy en la linea de La Roux, pasando por el refrescante pop de base de temas como Better than Yesterday.

Tercera rubia en escena: Debbie Harris a la cabeza de los clásicos Blondie. Esta vez la encontramos menos inspirada que en otras ocasiones pero no se le puede negar el empeño de veterana Pop-Rockera que quiere levantar un concierto agotando hasta la última barrita de su batería personal. One way or another, Call me... Un repertorio previsible pero agradable en el que no echamos en falta nada de lo que esperábamos de ellos salvo, tal vez, un poquito más de chispa.

Público del Festival Les Déferlantes 2014
Pero la chispa vino enseguida a manos de The Selecter, unos veteranos del ska que nada tienen que envidiar a sus coetáneos Madness o The Specials. Es más, de todos ellos, probablemente son los que mejor pegada conservan y aquellos que han guardado una mayor dosis de locura gamberra frente a la facilidad de las tentaciones comerciales. Y es que escuchar cosas como Too Much Pressure en directo y ponerse a saltar como un descerebrado es algo inevitable y universal, como confirmamos unos días más tarde en el concierto de la banda en el Cruilla BCN.

Al caer la noche llegó el momento de los pesos pesados del cartel. Cuando habíamos perdido la cuenta de las cantantes rubias del día, Vanessa Paradis, nos conquistó con un gran sentido del directo y una serie de versiones muy rockeras de todos sus mejores temas, empezando por Tu pars comme on revient y pasando por clásicos como Sunday Mondays o Joe le Taxi y alguno de sus éxitos más recientes como la canción  La Seine que comparte con Mathieu Chedid "M". De pronto, un tipo alto y melenudo que estaba escondido en un rincón con sus instrumentos, se destaca y se marca en dúo con Vanessa una emocionante Station Quatre Septembre. Es el cantante Benjamin Biolay, que últimamente la acompaña a todas partes aunque no se sepa muy bien qué tipo de dulce guerra se tienen declarada.

A continuación, Fauve, el grupo de chavales que nos han metido hasta en la sopa este año en Francia. El caso es que las letras  de su rollo slam tienen dos o tres pasajes interesantes, casi memorables, pero el conjunto resulta facilón, pretencioso y saturado de lugares comunes que interpelan a una generación que ni siquiera es la suya. Con todos los respetos para los seguidores de este bluff, si esto es lo que quedaba por inventar en la música, nos podemos ir yendo para casa.

Indochine en el Festival Les Déferlantes 2014Por suerte, llegó Indochine a poner la guinda de la noche y recordarnos lo que es una banda de rock.  Los esperaba un público de varias generaciones reclutado a lo largo de tres décadas de exultante vida musical. Sirkis y sus colegas no defraudaron: salieron a arrasar y no dieron ni un momento de respiro. Desde un latido electrónico saltaban las primeras notas de Electrastar. Nos volvimos locos con los primeros acordes de Alice & June, y con Memoria y Miss Paramount. Nicolas Sirkis es un bólido en escena y va sin frenos pero aun así consigue detenerse para anunciar una sorpresa. Y en un chascar los dedos tiene una acústica entre las manos y se lanza a versionar L'Hexagone del desaparecido Renaud, un cantautor mítico, especie de Sabina galo, con lo que eso supone. Un minuto y medio sin respiración, con el público encogido de emoción en un silencio solo roto por algunos que se arrancan a cantar el himno con Nicolas. La tensión ambiente se acumula sobre la primera cuerda de la guitarra acústica y la hace saltar. "No me lo puedo creer, suelta Nicolas, he roto una cuerda!" Pero antes de que acabe la frase ya tiene otra guitarra y termina la canción como el "toreador" de escena que es, bien curtido en sus 30 años de andar por las carreteras y llenando estadios.

Indochine en el Festival Les Déferlantes 2014Siguiendo con la pequeña pausa intimista, Cali, el cantante que apadrina Déferlantes y con la excusa se da el gustazo de cantar con más de uno de los que pasan por escena, se marca con Nicolas unas frases del Mandela Day que encadenan con  J'ai demandé a la lune. Más inspirados que nunca, nos damos de bruces con College boy y estamos en las calles de la Black City. En ellas encontramos joyas como la ochentera Des Fleures pour Salinger o la inevitable 3ème sexe. En los bises, dos broches de oro: Trois nuits par semaine y L'Aventurier ambos entre mis temas favoritos del grupo.

Al acabar el concierto estábamos rodeados de sonrisas inconfundibles. Son las que provoca el placer de haber visto reinar a unos cuantos inmortales del Pop-rock en los jardines festivaleros del Chateau de Valmy.

Dr. J

Indochine en el Festival Les Déferlantes 2014
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