A las 5h de la mañana supe por qué no tenía nadie alrededor. Estaba situado justo debajo de un pedazo foco que me pareció toda la noche que era de dia y, para más Inri, un pedruscón como mi puño en los riñones; a solo 10 metros, la carretera con un resalto… y a las 8h30 demasiada calor para quedarse en la tienda.
Con todo el solano se estrenó el sábado con Easy Rider, una actuación que pasó sin pena ni gloria, con poco público. Siguió Lujuria, que también con poco público consiguió levantar los ánimos, con canciones llena de alusiones y un discurso más que coherente sobre lo que está ocurriendo en Palestina .
A eso de las 17h30 se empezó a llenar el recinto de jóvenes con túnicas, y algunos con capas de piel, a pesar de los 35º de justicia. Uno se hubiera creído en el Señor de los Anillos, o en Juego de Tronos. La gente se estaba preparando para recibir a nuestros amigos helvéticos de Eluveitie. Me gustó bastante el estilo, mezclando un sonido potente de guitara, un cantante con una voz desgarradora e instrumentos tradicionales, pero creo que esta actuación habría ganado bastante con horario nocturno.
H.E.A.T. después de dos canciones, pasé de ellos. Ya había echado el ojo a la cantante de un grupo que acababa de firmarme autógrafo y preferí ir hacia el segundo escenario, para escucharlos. Vision of Atlantis. Clémentine Delauney, guapa y con una gran voz me recibió sola en el escenario cantando una canción supermelódica. Siguieron canciones que no tienen nada que envidiar a Nightwish, Creo que dedicaré tiempo a descubrir más sobre este grupo, y su cantante…El estilo melódico y potente.
A eso de las 19h45 el recinto empezó a arder, Heaven Shall Burn nos entregó la mejor actuación del día hasta aquel momento (quizás de lo que llevábamos de festival), lleno de potencia. A pesar de no conocer el repertorio del grupo, fue una pasada: Marcus Bischoff nos tenía en sus manos, que si hacemos una tormenta perfecta, o consiguió poner todo el recinto de rodillas…Un grato descubrimiento.
Ya no podía más, era la hora… el primer motivo de mi viaje: ver Hammerfall!! Desde los primeros compases del concierto toco el cielo, empezando con Children of the damned tocaron entero su primer disco, mejorado con los himnos del grupo, y el estreno de Bushido que llegara a ser un clásico. El cierre con Hearts on fire fue tremendo. A pesar de problemas técnicos, superó mis expectativas. Cómo me gusta este grupo, cómo me gustan sus canciones!!
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Volbeat salió al escenario cumpliendo con su papel de cabeza de cartel del festival. Tocaron los temas esperado como Lola Montez y Pearl Heart. Su repertorio me pareció más enfocado al metal que al rock, pero que marcha tiene este grupo. Se atreven con todo. Y lo más hermoso es que han dejado un recuerdo imborrable a una decena de niño que subieron al escenario durante la última canción, porque ellos representa la “New Metal Generation”, es bonito el gesto, y es bonito saber que después de nosotros vendrán otros.
Cuando llegó WarCry, con un montaje muy parecido al que llevaba Iron Maiden en el World Slavery Tour. Muy luminoso y con gran sonido. La verdad en este momento decidí cenar, y me perdí buena parte del concierto, pero tenía que estar listo para la siguiente actuación.
Y ya estaban aquí los buenos de Kai Hansen y Michael Kiske. Su proyecto Unisonic es tremendo, temazos tras temazos, canciones suyas, pero sin olvidar su paso por Helloween, que bien suena “March of time” sobre todo que no me lo esperaba. El único bemol de la actuación es que, a Michael Kiske, muchas veces se le intuía más que se le escuchaba.
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A eso de las 3.30 de la mañana le tocó el turno a Leo Jiménez. Su Heavy Metal Orchestra es un regalo para los oídos. Alterna clásicos de toda la vida, con tema propios que me han encantado. Esta entrada con Future World bien podría haber sido el cierre de Unisonic, Leo no tiene nada que envidiar a Kiske…,
Rendido volví a mi tienda y me quedé dormido con un tema de Slayer... jodido foco, jodido pedrusco.
Y ahora quisiera hablar de la organización. Me parece increíble que en 2 días de festival solo hubiera 10 minutos de retraso en las tres últimas actuaciones. Y el sistema de fichas para la barra y los stands de comida también muy útil. Agradezco también el trato que nos dispensaron los miembros de la seguridad. Eso sí, en la época en la que vivimos se echa de menos algo de wifi y algún enchufe para haber intentado subiros unas fotos y unos vídeos del concierto en tiempo real, pero le doy un 10 a “sufriendo y gozando”.
Y, por último, las verdaderas leyendas del fin de semana: el público, siempre presente en cada una de las actuaciones, dispuestos a disfrutar y a rendir homenaje a los grupos que se dejaron la piel en el escenario.
Mescouillesenskis
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