Con un sold out 15 días antes del bolo se presentaban Sons of Aguirre & Scila en Madrid. Teníamos curiosidad por ver cómo se desenvolverían en un entorno distinto (sala) al que nos tienen acostumbrados a verles (festivales). Cumplieron y con nota.
Acompañándoles para este show estaría Msias. El dj de Sons of Aguirre cuando iban en solitario, consiguió congregar a muchos feligreses a su misa de 20. La homilía parece que caló hondo entre los parroquianos, ya que enseguida se observó una comunión entre público y artista.
Con la sala prácticamente llena ya, se encargó de descargar su rap católico de combate a todas las almas allí presentes. Nos despachó su “podéis ir en paz”, no sin antes terminar la ceremonia con “Chungo, grande y fuerte”.
Con la parroquia bautizada, le tocó el turno a estos genios del humor y la música.
Sonaban los primeros acordes de “Bienvenidos a España”, y la sala entendió que hoy sería uno de esos días en los que habría poco tiempo para el respiro. Parece que el público eligió San Valentín para desfogarse.
Por poner un pero, quizás en las dos primeras canciones el sonido no fue todo lo nítido que hubiéramos deseado, ya que en algunos momentos saturaba.
El comienzo del rip-off a lo jamiroaquai, nos transportó hasta un cayuco. El combate entre la cigarra y la hormiga cerró el primer bloque, que sirvió para poder dar las buenas noches al público presente y agradecer la respuesta del mismo, habiendo conseguido el sold out en una sala de 900 personas.
Especial ilusión hizo el escuchar el single “Aporofobia”, nos recordaron con influencers la cruda realidad en la que vivimos donde las apariencias mandan y nos pusieron a botar con “Funk the system”.
El combo valenciano también tiene su corazoncito, y quiso homenajear al día de San Valentín, con su emotiva y preciosa “Si cojo el fusil”. Con un Varea inconmensurable a la acústica consiguieron rebajar la adrenalina y transportarnos hasta un viaje infinito. Qué pena, no poder disfrutar en vivo del acompañamiento del piano y el violín en este tema. Ahí lo dejo.
Como buen grupo concienciado con las causas sociales, quisieron hacer un alegato a favor de la gente que está sufriendo desahucios y criticar la postura del gobierno silenciando esta situación.
La particular visión del gobierno actual no pasó desapercibida, y quisieron dedicarles “El circo De la Rosa”. “Paco y Pepe” pusieron de manifiesto las desigualdades sociales que hay a día de hoy en nuestro país y “Cristales Rotos” se convirtió en una bonita metáfora para mostrar las intenciones de un pueblo más que enfadado.
“Guillotina” nos enseñó el por qué a veces es necesario mano dura ante las injusticias. El veganismo estuvo presente en la cena en forma de velociraptor y la excursión final sirvió para recordarnos el por qué del auge de ciertos partidos.
El himno “Valley of the Fallen” fue un broche final perfecto, para una noche que dejó con muy buen sabor de boca a todos, público y artistas.
Aprobado y con nota de estos trileros de la lírica, que si algo tienen por delante es, futuro.
Saltimpunki
Acompañándoles para este show estaría Msias. El dj de Sons of Aguirre cuando iban en solitario, consiguió congregar a muchos feligreses a su misa de 20. La homilía parece que caló hondo entre los parroquianos, ya que enseguida se observó una comunión entre público y artista.
Con la sala prácticamente llena ya, se encargó de descargar su rap católico de combate a todas las almas allí presentes. Nos despachó su “podéis ir en paz”, no sin antes terminar la ceremonia con “Chungo, grande y fuerte”.
Con la parroquia bautizada, le tocó el turno a estos genios del humor y la música.
Sonaban los primeros acordes de “Bienvenidos a España”, y la sala entendió que hoy sería uno de esos días en los que habría poco tiempo para el respiro. Parece que el público eligió San Valentín para desfogarse.
Por poner un pero, quizás en las dos primeras canciones el sonido no fue todo lo nítido que hubiéramos deseado, ya que en algunos momentos saturaba.
El comienzo del rip-off a lo jamiroaquai, nos transportó hasta un cayuco. El combate entre la cigarra y la hormiga cerró el primer bloque, que sirvió para poder dar las buenas noches al público presente y agradecer la respuesta del mismo, habiendo conseguido el sold out en una sala de 900 personas.
Especial ilusión hizo el escuchar el single “Aporofobia”, nos recordaron con influencers la cruda realidad en la que vivimos donde las apariencias mandan y nos pusieron a botar con “Funk the system”.
El combo valenciano también tiene su corazoncito, y quiso homenajear al día de San Valentín, con su emotiva y preciosa “Si cojo el fusil”. Con un Varea inconmensurable a la acústica consiguieron rebajar la adrenalina y transportarnos hasta un viaje infinito. Qué pena, no poder disfrutar en vivo del acompañamiento del piano y el violín en este tema. Ahí lo dejo.
Como buen grupo concienciado con las causas sociales, quisieron hacer un alegato a favor de la gente que está sufriendo desahucios y criticar la postura del gobierno silenciando esta situación.
La particular visión del gobierno actual no pasó desapercibida, y quisieron dedicarles “El circo De la Rosa”. “Paco y Pepe” pusieron de manifiesto las desigualdades sociales que hay a día de hoy en nuestro país y “Cristales Rotos” se convirtió en una bonita metáfora para mostrar las intenciones de un pueblo más que enfadado.
“Guillotina” nos enseñó el por qué a veces es necesario mano dura ante las injusticias. El veganismo estuvo presente en la cena en forma de velociraptor y la excursión final sirvió para recordarnos el por qué del auge de ciertos partidos.
El himno “Valley of the Fallen” fue un broche final perfecto, para una noche que dejó con muy buen sabor de boca a todos, público y artistas.
Aprobado y con nota de estos trileros de la lírica, que si algo tienen por delante es, futuro.
Saltimpunki
Fotos: Antonio Garrido Fotografía
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