Todo era perfecto para tres noches para el recuerdo. La banda en su mejor momento, el entorno y como no, sus amigos con los que divertirse en esta ocasión tan especial. Y vaya si lo fue. Los que tuvimos la suerte de vivir las tres noches, tardaremos en olvidar (si es que se puede olvidar) lo que pasó en el Poble Espanyol.
Emotividad, diversión y buen rollo a partes iguales. Ver a Fat Mike y los suyos emocionados encima del escenario por las muestras de cariño que les han dado sus fans durante 40 años, no tiene precio. El cariño fue recíproco, porque se pudieron ver muchas lágrimas entre aquellos que se dieron cuenta de que aquello significaba el fin de una era, que para ellos había sido parte de su vida y su lifestyle.
La puesta en escena para estas tres noches mágicas, no podía ser más espectacular. 40 canciones por día, relativas a 6 discos de su emblemática carrera. Y por si esto no fuera suficiente reclamo, el último día tocaron The Decline, la obra maestra de 18 minutos que solo ellos podían crear y que sirvió para desatar la locura del personal.
Si decimos que en cada una de las tres noches vimos a unos NOFX diferentes, no sería decir ninguna mentira. Sabían que lo tenían que hacer bien, y querían despedirse en la cumbre, dando posiblemente los 3 mejores conciertos de su carrera. Se les recordará en lo más alto, el Olimpo de los Dioses solo es para unos pocos elegidos, y ellos lo son. Vimos a unos NOFX más profesionales que nunca, cero charla (son conocidas sus largas tertulias durante sus conciertos) y 100% música. He tenido la posibilidad de verlos muchas veces y nunca han estado ni cerca del nivel mostrado en estos 3 días, especialmente el viernes. Se les veía muy cómodos encima del escenario, con una sonrisa constante y dando más saltos que nunca. Sabían que no sería un día triste a pesar de la despedida, sino todo lo contrario, un día para celebrar y divertirse como ellos bien han demostrado que saben hacer a lo largo de estos 40 años.
Desde el primer acorde nos dimos cuenta de que no serían tres conciertos más de NOFX, sino que serían especiales. Y por si quedaba alguna duda, la despejaron cuando comenzaron los tres días con canciones que suelen estar en el tramo final de su setlist. Sticking in my eye, 60% y Dinosaurs will die, fueron las encargadas de hacer volar todos los vasos por los aires, con permiso de The Decline, donde, literalmente, los que volaron fueron las personas y sus cabezas.
Todo era perfecto, el público divirtiéndose, ellos gozándoselo encima del escenario, las guitarras sonaban más afinadas y limpias que nunca, la atmósfera era irrepetible. Hasta el cielo pareció unirse a la fiesta de despedida de los californianos, ya que solamente hizo acto de presencia la lluvia durante su actuación.
Se notó que daban pocas fechas por Europa, puesto que en el recinto se escuchaba casi más gente hablando en otras lenguas que en castellano.
Ellos mismos quisieron hacer que fuese una noche diferente y divertida, se les ocurrió la genialidad de colocar un tirador de cerveza en el foso y fueron repartiendo cerveza a todo el que quiso durante su actuación.
Gracias NOFX por todos los shows y por marcar una era. Mucha gente se dio cuenta de que NOFX era algo más que un grupo de música. A pesar de lo que dice Fat Mike, el Punk Rock se queda huérfano y el tiempo dirá si volveremos a vivir una época tan maravillosa como la que nos han brindado los californianos.
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